Antonio-Pedro Tejera Reyes
Las trágicas
horas que se están viviendo en Canarias, y los mensajes que recibimos de las
islas, nos obligan intervenir con nuestra opinión sobre el tema, basado
naturalmente en la larga experiencia que atesoramos, y nuestra dilatada vida
socio-empresarial, no solo en nuestras islas sino durante muchos años en esta
triste desaparecida Venezuela.
Las islas
están pagando el tributo de no haber tenido los gobernantes apropiados en
algunos momentos claves de su desarrollo.
Sin entrar en
el tema de su pertenencia a “las regiones ultraperiféricas”, o como
eufemísticamente quieran llamar a ese conglomerado de territorios que siguen
siendo colonias europeas, estas islas africanas han vivido desde su conquista
con la mira puesta en Europa, como puente con el mundo americano desarrollado
bajo los esquemas españoles.
La historia
está ahí para quien quiera empaparse de todo lo que supusieron las islas para
la penetración en la vida socio-económica de América, Incluido, ¿cómo no?, los
EE.UU.
La evolución
del mundo nos ha traído ahora a las islas la desgracia de la covid-19, y nos ha
dejado a las islas en la más miserable ruina.
Las
estructuras endebles que sostenían un imponente desarrollo turístico, se han
venido abajo por la falta de previsión de las autoridades competentes en el
rubro de la sanidad. Esto no tiene
discusión.
Tampoco tiene
discusión – y alguien tendrá que responder de ello, que para enfrentar el
problema se tomaron unas “medidas preventivas” equivocadas sin medir las
consecuencias. Hoy no está claro, ni nada parecido, como se va a poder salir de
esta complicada situación.
Para agravar
esta catástrofe, las islas están siendo invadidas por mar, por emigrantes
africanos que se juegan la vida en embarcaciones rudimentarias, perdiendo la
vida muchos de ellos, y que en pocos meses ya se cuentan por miles. El
descalabro, el desconcierto y la imprevisión están a la orden del día.
Artículos
retóricos sobre el tema, asociaciones oportunistas, y alocadas declaraciones
matizadas por interese políticos, es todo lo que se está haciendo para resolver
esta desgraciada, sangrante y macabra situación. No parece que se vayan a tomas
las necesarias medidas para parar esta invasión pacífica que padecen las islas.
Nos
encontramos frente a un tema de repercusión mundial, cuya causa principal ha
sido la explotación del continente africano sin pensar para nada en su
población nativa. Algo que ocurriría también, en otras latitudes, pero donde
“los conquistadores” se encontraron con personajes humanistas que defendieron
hasta la muerte la idiosincrasia de sus pobladores y sus derechos humanos. La
historia está llena de estos héroes.
Los
gobernantes canarios tienen que exigir que la Comunidad Europea – cuyos
responsables de esta catástrofe se encuentran dentro de ella, aplique de
inmediato un potente plan de desarrollo del continente africano, para que sus
pobladores puedan disponer de un nivel de vida digno que no les obligue a
jugarse la vida para poder subsistir.
Impulso a su
agricultura, pesca – a los efectos de la alimentación – obras civiles de todo
tipo, industrialización de sus recursos, y un organizado comercio, son
elementos claves que hay que activar de inmediato.
De sobra saben
los europeos que esta es la fórmula. No estamos descubriendo otra cosa que no
sea la tremenda corrupción – en toda la extensión de la palabra – que impera en
sus altas esferas gubernamentales cuyos emolumentos económicos alcanzan cifras
vergonzosas.
Las Islas
Canarias necesitan esa atención urgente y preferente al continente africano.
Todo lo que no sea eso, será pan para hoy y hambre para mañana.
Antonio-Pedro
Tejera Reyes. Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de
las Naciones Unidas. ONU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario