Salvador García Llanos
Un proyecto de
remodelación de tres vías y una plaza en el Puerto de la Cruz. En pleno centro
de la ciudad: San Juan, Las Damas, Iriarte y la Concejil, localizada en la
confluencia de aquéllas, frente a la antigua casa de Victoria Ventoso y el
colegio de los padres agustinos, de cuyo destino estable, por cierto, y de las condiciones de financiación
contenidas en un convenio, habrá que hablar algún día.
Ahora lo hacemos de una
actuación que interesa y que va a ser muy visible, en un marco de desarrollo
urbanístico que ya fue objeto de atención en los años ochenta y cuya solución
satisfizo sobremanera, con sello de Manrique, Jalvo y Díaz de Losada: se
ajustaba a la filosofía de ganar la ciudad para los peatones y cambiaba la
fisonomía de un espacio muy céntrico.
De momento, el consejo de
gobierno del Cabildo Insular ya la ha aprobado, en tanto que la concejalía de
Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento la somete a consideración de los
vecinos esperando sugerencias y alegaciones. Hasta mediados del presente mes,
las podrán presentar: ya se verá si son estimadas o no a la vista de que el
citado órgano del Cabildo ya emitió dictamen favorable.
No hay que hacerse muchas
ilusiones después de lo ocurrido con el paseo de San Telmo pero confiemos en
que haya portuenses sensibles que no dejen pasar la ocasión que parece
pintiparada, por cierto, para que aquel consejo municipal para la defensa y
promoción del patrimonio histórico,
creado al calor de un acuerdo plenario adoptado por unanimidad en este
mismo mandato, estudie con rigor, intercambie pareceres, conozca el fondo de
criterios técnicos y valore posibles alternativas si las soluciones del
proyecto dejan entrever dudas o no son satisfactoria del todo. Este es un
asunto de patrimonio urbano que no se puede dejar pasar negligentemente para
que cuando comience la ejecución y ya no haya nada que hacer se amontonen los
lamentos y las protestas inútiles. Los portuenses ya han acreditado su
indolencia y su pasotismo: ahora tienen oportunidad de demostrar lo contrario
exponiendo sus puntos de vista en un esquema viario céntrico y característico y
en un rincón o plaza de notable sabor histórico.
De la información
periodística que da cuenta de la iniciativa se desprende, por ejemplo, cambios
en la vegetación (no habrá palmeras sino otro tipo de árboles) y ampliación del
espacio para viandantes así como del que se podrá ocupar comercialmente. Hay que dar por hecha la renovación del
mobiliario urbano y la sustitución del pavimento. No se dice nada de
estimaciones presupuestarias.
Queremos suponer que los
empresarios y propietarios del sector ya estarán interesándose por lo
proyectado. Les espera el futuro, que brinda opciones de renovación,
recuperación y nuevos enfoques. Recordemos, en ese sentido, que San Juan fue
conocida con la denominación popular calle de Las Tiendas. Es el momento de
estudiar, preguntar, reunirse, sugerir y dejar escritas las alegaciones.
Después, entre las prisas y el afán de acabar cuanto antes, será tarde.
Antes de decir el tópico
'manos a la obra', hay que producir otras respuestas digamos teóricas. No hay
mucho tiempo (hasta aparece un festivo), así que manéjenlo con eficacia.
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