Antonio-Pedro
Tejera Reyes
EL
CREPÚSCULO DE LOS IDEALES
“En este mundo, la verdadera riqueza de una persona,
se mide por el bien que ha hecho a su alrededor”
Mahoma.
Decía mi ex que yo vivía asustado, por que le conté un
lejano día que soñé que me habían robado la cartera. No entré en
más detalles, o no me dejó hacerlo...
Estas palabras, como casi siempre desde hace ya algunos
años, me pusieron, en aquel entonces, a reflexionar sobre lo que había oído.
Los crudos pensamientos sobre mi entorno personal, me
llevó a dos primorosos artículos de opinión leídos en esos días, uno en El
UNIVERSAL, de Caracas, y el otro precisamente en ese tiempo en EL DIA, Santa Cruz de Tenerife.
¿De verdad que vivo asustado? No creo que esa sea la
manera de catalogar el estado en que me encuentro después mis largos años de
vida. Para mí la verdadera expresión de este estado sería: desengañado. Ahora,
pasados unos largos años, tengo mil y un motivo para confirmarlo, entre ellos,
precisamente, aportados por quien me decía que vivía asustado… ¡Pues claro! ¡Si
vivía engañado!, de ahí el desengaño… Mas claro: el agua.
Y es que cuando una persona ha depositado todos los
valores de su vida – que sé son muchos- en torno a un mundo ideal donde las
personas conforman una sociedad seria y responsable, el comprobar día a día, el
engaño, la traición, el robo... la infidelidad... en fin, las verdades que nos
rodean, nos llevan a está situación terminal en la cual solo podemos pensar en
las cosas lúgubres, oscuras, llenas de misterios y de torturas psicológicas que
nos rodean por todas partes. Solo habría que echar una mirada alrededor o leer
la prensa diaria, para comprender lo que se puede pensar, si seriamente
queremos entender lo que sentimos.
Habiendo sufrido robos de todas las maneras,
manipulaciones fraudulentas de todos los colores y sistemas, y las más íntimas
expoliaciones, incluso de nuestro propio nombre, no creo sea posible pensar de
otra manera. No, no vivimos asustados, ya no nos asusta nada. Sabemos lo que es
llegar a un banco y comprobar que nos habían robado impunemente nuestra caja de
seguridad, con las más sutiles artimañas y complicidades. Sabemos lo que es
manipular los más íntimos episodios de nuestra vida para presentarlo en un vil
anónimo y difundirlo donde creían los malvados, que nos podía hacer daño. Todo
eso lo sabemos... y más... Cuando se han tenido estas vivencias, yo creo que ya
no se puede decir que uno viva asustado. Posiblemente ya no haya muchas cosas
en este mundo que le puedan asustar, ni extrañar... Todo se ha recorrido...
Enlazando estas meditaciones con estos enjundiosos
artículos que no queremos nombrar, de EL DIA y EL UNIVERSAL, tenemos que
confirmar que estamos mas que de acuerdo con aquellos que denuncian la crisis
de los ideales, de la ética, la moral y todos esos hermosos signos de la
convivencia ciudadana en los cuales ya no podemos creer, perseguidos por los
recuerdos vivos de quienes se han aprovechado de nuestra “candidez” al
entregarles todo nuestro patrimonio en su manos, creyendo, como creemos, que en
el mundo deben de haber todavía personas honestas, honradas y serias, dispuestas
a no engañarnos...
Seguimos. No es entonces que vivamos asustados, es que
estamos torturados todos los días por la presencia de todos estos hechos que relatamos,
en síntesis, y que nos persiguen por todos lados. Sin intermitencia, sin
consideración, como lozas de plomo que no nos dejan muchas veces “separar el
grano de la paja”, ofreciéndonos a través de la ventana de la vida, solo esa
parte negra que hemos tenido que sufrir, por creer en esa otra Humanidad que
cada vez se nos aparece como una nebulosa inalcanzable para los que trabajamos
y vivimos apegados los mas puros principios de la ética y la moral... la razón,
la justicia, la honestidad, el trabajo...
Lizeth, Mary, Vanesa… pidiéndonos asesoramiento para sus
trabajos en las lejanas tierras mexi-canas, son una esperanza... al igual que
Cuauhtemoc con su especial dedicatoria…
El tiempo se nos acaba, quizás todavía haya algo que nos
quite la razón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario