Javier Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL
En el amplio Fondo de Canarias de la Universidad de La
Laguna localizamos numerosos ejemplares de la recordada revista “Horizontes.
Revista de los Seminaristas de Tenerife”. El primer número, publicado el mes de
enero de 1950, se podía adquirir por suscripción anual al precio de 15 pesetas;
semestral por 7,50 pesetas o trimestral al coste de 4 pesetas. Al efecto,
también se establecía la posibilidad de actuar como suscriptor protector con el
pago de 50 pesetas, o intervenir como suscriptor honorífico con el pago de 100
pesetas.
Figuraría como primer director Antonio Pérez García, mientras que como
director artístico actuaría J. Miguel Adán y como administrador Onofre Díaz
Delgado. El cuerpo de redactores estaría compuesto por Marino Sicilia González,
Elías Yanes Álvarez, Manuel Díaz Luján, José Siverio Pérez, Juan Méndez
Hernández, Esteban Santos González, Rubén Santana Hernández y Miguel Pérez
Álvarez.
Ya en ese primer número, encontramos un artículo firmado por el
estudiante de 2º de Sagrada Teología, José Siverio Pérez. El tema de su
artículo tendría como punto principal la vivienda y los problemas asociados a
su escasez. Asociaría esa cuestión con la aparición de espacios como ciudadelas
y otras construcciones bajo complejas circunstancias económicas. De esas
condiciones y del futuro de las familias expondría la necesidad de actuar con
viviendas adecuadas, pues “en armonía con las directivas pontificias, es hacer
obra de religión sin duda, pero también es hacer Patria”. En el número 3, el
joven seminarista reflejaría sus primeras aportaciones en el ámbito de la
poesía. En concreto, expondría en unas pocas líneas la vocación del sacerdocio
con el título “Ven…sígueme”. En el número 4 continuaría con una nueva
aportación poética bajo el título “La balada del perdón”. En el número 5, junto
a diversas colaboraciones relatarían una serie de actos desarrollados el 28 de
abril de 1950 en atención al tercer aniversario de la designación del recordado
obispo de la
Diócesis Nivariense, Domingo Pérez Cáceres. En la propuesta de
actos tendría un lugar especial J. Siverio. Recitaría diversas poesías
compuestas expresamente para tal ceremonia, “logrando apoderarse de la emoción
del público con la titulada Camino del Cementerio, dedicada a la memoria de su
difunto hermano”. De nuevo, la sensibilidad y armonía en la composición tendría
como resultado en el número 6 de la revista un poema titulado “Íntima”, en el
que logra unir vegetación, agua, ilusiones y esperanzas. De la vida y el paso
del tiempo expondría algunas cuestiones en el poema “Sombras”, publicado en el
número 7. Tan solo un mes después se publicaría “Camino del Cementerio”,
emotivo poema objeto de lectura en el acto homenaje a Domingo Pérez Cáceres.
El
poema, dedicado a la memoria de su hermano Manolo, tendría como inicio las
siguientes palabras: A través de los cristales de mi alcoba/ se divisa, allá a
lo lejos,/ el camino que se extiende ante mi vista/ serpeando hasta la falda de
unos cerros,/ el camino que recoge de las almas/ los más puros sentimientos,/
el camino de misterio,/ el camino solitario,/ el camino de los muertos…Otras
aportaciones como “Otoño”, “A María Inmaculada”, “Pasaron los Reyes”, “Mi campanario”, “Voces
del cementerio” y “El Juglar de la Inmaculada” se extienden hasta el mes de
enero de 1952, momento en el que localizamos su nombre como director de la
revista. El joven diácono desarrollaría tal proyecto junto a redactores de 1º,
2º y 3º de Sagrada Teología, así como de 3º de Filosofía, además de otros que
formarían parte de la sección recreativa y auxiliares de administración. En ese
mismo número colaboraría con el poema “Calendario y Crucifijo” y un mes después
con otro poema bajo el título “Murió de amor”. En los números siguientes sería
autor de nuevas aportaciones, como por ejemplo “Me llamaste”, “Soñando…” y
“Manantial Divino”, representando el último poema elaborado por José Siverio
incluido en el número 36 de la revista correspondiente a enero de 1953.
En definitiva, aportaciones que hemos valorado como
testimonios de la importante trayectoria sacerdotal y periodística realizada
por José Siverio Pérez desde mediados del siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario