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viernes, 13 de octubre de 2017

CINE: JEAN ROCHEFORT

Evaristo Fuentes Melián

Falleció hace unos días a los 87 años, en Paris donde nació, Jean Rochefort. Rochefort fue un actor francés un tanto peculiar, su conversación estaba llena de ‘boutades’ e ironía, con cáustico humor. Por ejemplo, decía que aceptaba los personajes de algunas de sus películas por dinero, a sabiendas de que los guiones eran de baja calidad.

Había trabajado en 1974 con un papel en “El fantasma de la libertad”, la penúltima película de Luis Buñuel, que consta de catorce episodios o viñetas entrelazadas.        

Mas uno de sus mejores filmes, en mi vida de cinéfilo siempre aprendiz, fue “El marido de la peluquera” (1990), dirigida por Leconte, en el que actúa de protagonista con la bella exuberante Anna Galiena; es una película que rompe esquemas  y es incluso iconoclasta; la pareja vive fuera de toda norma social, cuando la peluquera termina su trabajo, cierra todas las cortinas del local y se corren cotidianas juergas a dúo,  se emborrachan de sexo y alcohol, bebiendo las colonias de los estantes de la peluquería. ¡Inaudito!

Esta trama me retrotrae en mis recuerdos a mi pueblo, al peluquero de mi adolescencia y a su bella esposa, pero en nuestro ambiente social encorsetado es imposible de imaginar o suponer que realizasen tamañas similares locuras…

Otro filme que vi de Jean Rochefort fue “El artista y la modelo” (Fernando Trueba, 2012). Un veterano escultor vive retirado en un pueblecito francés de montaña, junto al Pirineo, lindando con España; descubre y recoge en 1943 a una fugitiva francesa en plena ocupación alemana, una bella joven mujer (Aida Folch);  el personaje encarnado en Rochefort la esculpe desnuda en varias y extensas jornadas con la gubia de su arte, bajo el asentimiento de su esposa, una actriz ya veterana famosa: Claudia Cardinale.

Jean Rochefort me hizo pasar unos buenos ratos con sus personajes. Tengo grabada en compacto “El artista y  la modelo’, y, como homenaje a Rochefort, tengo la promesa de volver a revisarlo, a revisionarlo, con un par de amigos tan cinéfilos como yo.

Espectador

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