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jueves, 13 de enero de 2022

EL SANCHISMO ES EL PROBLEMA, NO VOX

Lorenzo de Ara

En el libro de Antonio Caño, "Rubalcaba, un político de verdad", altamente recomendable, se lee que Alfredo al final de su trayectoria se sentía cómodo viéndose como socialdemócrata y no como socialista. Cosas de la evolución y de la inteligencia. Si eres inteligente y demócrata, militando en el psoe, debes ser socialdemócrata, pero si no lo eres, entonces te arrimas al socialismo, y el socialismo por historia y porque los hechos son tozudos, nunca ha sido aliado de la democracia. Jamás.

El psoe ha vuelto a sus orígenes, de ahí que el sanchismo sea hoy la extrema derecha y la extrema izquierda juntas. Revueltas.

He llegado a la conclusión de que un artículo escrito para sacar la fotografía de VOX o de Podemos es una absoluta pérdida de tiempo.

Los mejores analistas, y el señor Caraballo es uno de ellos, tienen que deleitarnos con el destripe del sanchismo. Sin anestesia.

Cuando muera el sanchismo y salga el fiambre de la Moncloa para no volver en un Peougeot 404, entonces, si nada hay mejor que hacer, le pediremos al señor Caraballo que se entretenga y nos entretenga con VOX y con Podemos.

Pero llegados a este punto, dejará clara mi opinión. Lo que menos me gusta de VOX es Buxadé, por ejemplo, también el no de VOX al presupuesto del ayuntamiento de Madrid. Me encabrita y me pone de mala leche el patriotismo de 100 metros lisos que ni siquiera la Legión puede seguir. Me toca los tímpanos y me calienta la lengua el rechazo a Europa. Y poco más.

Pero VOX no es el problema que muchos quieren ver. Ni para el Estado de derecho ni para la libertad de prensa. VOX es un partido perfectamente constitucionalista.

En Podemos no hay un resquicio de cordura, un mínimo rasgo de higiene democrática. La extrema izquierda hoy es infinitamente más peligrosa que la extrema derecha de la que se habla para asustar a iletrados y centristas equidistantes.

Rubalcaba murió siendo socialdemócrata. Antonio Caño fue despedido porque quería y creía en El País socialdemócrata.

¡A por el sanchismo y déjense de macrogranjas ideológicas!

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