José Peraza Hernández
RESUMEN GENERAL
-. El volcán de la isla de La Palma, da comienzo
activándose su erupción, el domingo 19 de septiembre de 2021, a las 3:13 minutos.
En el lugar conocido por “Montaña Vieja “
-. El viernes 17 de diciembre, los signos vitales del volcán
según los técnicos, los datos se observan
de van debilitándose, y las coladas se van deteniendo.
-. Los técnicos han comunicado el día 13 de este mes
de diciembre, ponen 10 días, cómo fecha oficial de la evolución. Ya que observa
su agotamiento. Lo darán por finalizado.
-. Hoy 25 de diciembre, da Julio Pérez, miembro del
Gobierno, dando una rueda prensa, da por finalizado el Volcán de Cumbre Vieja
su duración. .
-. El volcán ha tenido una duración de 85 días y 8
horas. Esperemos que así sea.
HABLEMOS DE LA HISTORIA DE LOS VOLCANES DE LA PALMA
Claro está, se ha escrito mucho sobre ellos, pero aún
más, como no puede ser de otra manera del de la Cumbre Vieja. El que nos ha
destruido la isla bonita de la Palma. Donde ahora, habrá que cambiar, o retocar
el mapa.
Se ha escrito ríos de tinta, en todas las prensa de
Canarias, la península cómo parte del mundo.
CUÁNDO ENTRÓ EN ERUPCIÓN DEL VOLCÁN DE SAN JUAN DE LA
PALMA
-. La última erupción comenzó el 24 de junio de 1949.
-. El volcán Cumbre Vieja no da tregua y vuelve a
incrementar su actividad hasta amenazar a más zonas de La Palma.
-. Qué es la tefrita, el material encontrado en el
interior del magma del volcán de La Palma.
El volcán de Nambroque, también conocido como volcán
de San Juan, se encuentra ubicado en la isla de La Palma. Se denominó con este
nombre religioso porque la última erupción se inició, justamente, durante la
festividad de San Juan.
Fue el 24 de junio de 1949 cuando el volcán entró en
erupción por última vez, un fenómeno que duraría un total de 47 días, hasta el
4 de agosto. Esta comenzó con avisos el 21 de junio, cuando hubo dos intensas
sacudidas sísmicas, y los días 22 y 23 otros frecuentes movimientos de poca
intensidad, como indican desde el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
La erupción del volcán Nambroque o San Juan de 1949,
en La Palma
"A las nueve de la mañana del día 24 de junio de
1949 un pastor que se encontraba en las inmediaciones de la montaña del
Duraznero, en la isla de La Palma, huyó aterrorizado al ver que se agrietaba la
tierra, salía humo de las aberturas y se oían misteriosos ruidos
subterráneos", narra el mencionado texto sobre la erupción.
Así, fue a las 11.00 horas cuando se abrió el primer
cráter de la montaña del Duraznero que lanzaba al aire una espesa y copiosa
columna de humo. En total, el volcán presentaba tres bocas:
-. Una primera boca de una dimensión de 20 metros de diámetro. Otras dos bocas hacia el norte de la primera de ellas y muy próximas, pero más pequeñas.
No fue hasta el 26 de junio cuando cesa la emisión de
lava, momento en el que la erupción parece haber terminado. Sin embargo, solo
fue una pausa en la actividad volcánica, pues el día 30 sufre una reactivación.
Tras 47 jornadas de actividad, "el día 4 de
agosto cesa toda manifestación externa de la erupción, sólo persiste la
actividad final en fase de fumarolas", añade el diario de actividad
volcánica de San Juan.
Erupciones volcánicas históricas en la isla de La
Palma
Históricamente, se conocen las siguientes erupciones
en la isla de La Palma:
-. 1585: Erupción de Los Llanos en la zona de la isla
más inmediata por el lado Sur a la Gran Caldera de Taburiente.
-. 1646: erupción de Tigalate, cuyo cráter se abrió en
la misma región de la erupción del volcán de San Juan, un par de kilómetros más
al Sur.
-. 1667: erupción de Fuencaliente, la más importante
de las cuatro históricas que se registran.
-. 1712: se produjo la erupción del Charco.
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ERUPCIÓN VOLCÁN
TENEGUÍA, 1971:
Teneguía, 1971
así fue la última erupción volcánica terrestre en España
El volcán de La
Palma entró en erupción el 26 de octubre de hace 50 años
Varias personas observan la erupción del
volcán Teneguía, próximo a la localidad de Fuencaliente (La Palma), en 1971.
Últimas noticias
del volcán en erupción en La Palma, en directo
Se cumplen ahora
justo 50 años de la última vez que entró en erupción un volcán terrestre en
España: fue el Teneguía, en el sur de la isla de La Palma. El 20 de octubre de
1971 se iniciaron los temblores de tierra, cuya intensidad fue poco a poco en
aumento, lo que alertó a los vecinos de Fuencaliente, en La Palma, y las
autoridades desplegaron las medidas de protección civil. La erupción comenzó a
las 16:25 del 26 de octubre de 1971, y duró hasta el 18 de noviembre de ese
año. Fue una erupción relativamente corta; de hecho, fue la más corta de las
que ha habido en Canarias, sobre todo si se la compara con la que duró seis
años en el siglo XVIII en el que hoy es el parque nacional de Timanfaya, en
Lanzarote.
MÁS INFORMACIÓN
El volcán
Teneguía permanecía inactivo desde 1677, cuando empezó a expulsar lava. La
población asistió al espectáculo entre la curiosidad y el temor; se recuerdan
largas colas de vehículos cerca del volcán para observar el espectáculo de la
lava, sobre todo por las noches. El volcán produjo daños materiales a los
cultivos de vid de la zona y destruyó una playa, aunque también creó una nueva.
La valoración final de pérdidas fue de seis millones de pesetas,
fundamentalmente en vías de comunicación, cultivos y algunas viviendas, según
informaba entonces La Vanguardia. También se vivieron momentos de angustia en
la evacuación de 28 barcos de pesca en la playa del Faro. Un turista murió a
consecuencia de una fuerte intoxicación sufrida por la inhalación de gases
cerca del volcán, al romper el cordón de seguridad establecido para proteger a
la población.
La lava no afectó
a las zonas pobladas y, como el volcán está justo al sur de la isla, en la
costa, la lava se vertió prácticamente en su totalidad al mar, lo que hizo
crecer la superficie de la isla en unos dos millones de metros cuadrados. Este
espacio de tierra nueva fue declarado Monumento Natural por la Ley de Espacios
Naturales de Canarias, y es uno de los grandes atractivos de la isla: durante
muchos años, al pasear por la lava reciente, la tierra aún estaba caliente.
La Cumbre Vieja
de La Palma, donde hoy ha entrado en erupción un volcán, es uno de los
complejos volcánicos más activos de Canarias. En ella se han producido dos de las
tres últimas erupciones registradas en las islas, la del volcán San Juan (1949)
y, en 1971, el Teneguía.
En octubre de
2011, tras varias semanas de intensa actividad sísmica bajo la isla canaria de
El Hierro, se produjo una erupción volcánica submarina junto a sus costas.
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10 AÑOS DE LA
ERUPCIÓN EN EL HIERRO
Parecidos y
diferencias con el volcán de La Palma.
En la isla vecina
se produjo una erupción submarina, también hubo crisis sísmica y evacuación de
población. Durante seis meses estuvo en erupción.
Miguel Calero
10 años después
de la erupción del volcán de El Hierro, el volcán de La Palma lleva desde el 19
de septiembre emanando lava. ¿Se parecen en algo ambos volcanes? La gran
diferencia, las consecuencias: en El Hierro la erupción fue submarina y en La
Palma la erupción está arrasando la isla.
Pero hay más
similitudes. Cuando el magma entra en contacto con el agua se la conoce como
erupción freatomagmáticas y se dan en los océanos, lagos o aguas subterráneas.
Pueden ser surtseyanas (cuando se trata de aguas poco profundas), submarinas
(como es el caso del Hierro en 2011) y subglaciares (el caso de la erupción del
volcán islandés del glaciar Eyjafjallajökull en el año 2010). El volcán Cumbre
Vieja pertenece a las erupciones explosivas.
Qué pasó en El
Hierro (y parecidos con La Palma)
El 17 de julio
del año 2011 comienzan a registrarse movimientos sísmicos en la isla, por
debajo de 3 grados e imperceptibles por la población. A finales de septiembre
de ese mismo año, aumentó el nivel de la actividad sísmica y se procedió a la
evacuación de cerca de 300 personas.
Los movimientos
se situaban en el Mar de las Calmas y la presión que ejerce el magma del volcán
abomba la isla en 3,5 cm (en La Palma llegó casi a 20 cm), mientras que se
permite a los vecinos de la isla volver a sus casas. El 9 de octubre se observó
un gran movimiento sísmico (de 4,3 grados) y al día siguiente, el 10 de
octubre, tiene lugar la primera erupción del volcán submarino.
Los vecinos
fueron de nuevo evacuados y se confirmó la aparición de dos focos eruptivos.
Desde la isla se observan tanto la enorme mancha creada por los elementos
expulsados por el volcán (correspondiente al 80% de la costa de El Hierro),
como burbujas, remolinos… Además, el olor a azufre no permite la
vuelta de los vecinos desalojados y el sector pesquero sufre grandes daños. El 25 de octubre se descubrió un nuevo volcán de 700 m de
diámetro en la base y cráter de 120 m de ancho. El 31 de octubre se repite la
actividad volcánica y hasta el 2 de noviembre se cuentan más de 300 temblores
de tierra, incluido un seísmo de 4,4 grados.
El 3 de noviembre
se volvieron a observar burbujas en el mar que advierten de otra posible
erupción y el 5 de noviembre los vecinos de La Restinga son nuevamente
evacuados tras el avistamiento de una burbuja de una altura similar a un
edificio de dos plantas (como está ocurriendo ahora con la lava que alcanza una
altura de tres pisos). Hasta el 5 de marzo de 2012 no se dio por terminada la
erupción del volcán submarino.
El volcán
submarino de la isla El Hierro fue la primera erupción submarina en los últimos
500 años; en cuanto a volcanes terrestres, no había erupción de un volcán desde
el año 1971, 40 años después de la erupción del Teneguía en La Palma.
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MÁS DE LOS VOLCANES DE TENERIFE
-. Garachico, 1706: cómo se
recuperó una villa de la peor erupción volcánica de la historia de Canarias
La lava de Arenas Negras arrasó hace tres siglos en Tenerife una de las ciudades más prósperas del archipiélago, un desastre que ofrece muchas claves sobre la vida después de un volcán
Recreación de la erupción que arrasó Garachico en 1706, por el pintor Ubaldo Bordanova.
Garachico (Tenerife)
Al anochecer del 4 al 5 de mayo de 1706,
comenzaron a sentirse en Tenerife terremotos tan fuertes que “veíanse sepulcros
con efectos de querer arrojar los cuerpos muertos, oíanse las
campanas que con sentidos golpes parecía que tocaban a agonía”, según narró
fray Domingo Josef Cassares. Los temblores precedieron a una erupción que, sin
ser de las más grandes del archipiélago en volumen de lava o duración, fue la
de mayor huella humana y económica de su historia. “Tuvo un impacto terrible,
una repercusión a largo plazo enorme, mucho mayor que ninguna otra en la
historia de Canarias”, resume Carmen Romero, geógrafa experta en vulcanismo
histórico canario. Hoy, al pasear por la avenida marítima de Garachico, podemos
sentarnos a tomar una caña sobre esa colada ya firme a observar cómo los
turistas se hacen selfis y saltan al agua en las piscinas naturales que creó la
lava.
La erupción de Garachico fue
determinante no solo para la propia villa, sino para todo el archipiélago. Su
puerto concentraba gran parte del comercio internacional que vinculaba la isla
con Europa, África y América. Pero una de las dos principales lenguas de lava
que arrollaron la localidad partió por la mitad la ensenada natural que daba
abrigo a los barcos, inhabilitando buena parte de ese preciado muelle. La
actividad se trasladaría al puerto de Santa Cruz, actual capital, y muchos de
los habitantes abandonaron el lugar. “La población no se llega a recuperar
hasta bien entrado el siglo XX”, sentencia Romero, de la Universidad de La
Laguna (ULL).
Piscinas naturales en el mar formadas por la lengua de lava que arrasó Garachico en 1706.
JUERGUEN RICHTER
Las coladas de la erupción de Arenas
Negras, llamada así porque todo el entorno quedó cubierto por picón (gravilla
volcánica), arrasaron varias poblaciones como sucedió en Todoque estos
días en su camino hacia el mar. Pero en aquella ocasión, lo peor estaba al
llegar a la costa: no desembocaba en plataneras y acantilado, sino en una
próspera ciudad. “Se produjo una autoevacuación de los
habitantes de las zonas afectadas, porque no la organizaban las autoridades, en
cuanto empezaron a caer las bolas de acreción provocando incendios terribles”,
describe Romero. Esas bolas de las que habla son pedazos de hasta tres metros,
desgajados de la lava, que ruedan por los barrancos tomando forma esférica y
que se convierten en proyectiles infernales al alcanzar las edificaciones.
La lava avanzaba mucho más rápido que
desde Cumbre Vieja en La Palma, ya que las coladas recorrieron en un solo día
los 6,5 kilómetros hasta la costa. La lava que está creando una fajana estos
días cubrió los más de 5 kilómetros de distancia con el mar en 10 días. En
Garachico, llegaron siete lenguas a la costa desde el volcán de Trevejos: la
primera provocó una evacuación urgente el mismo 5 de mayo, pero la ciudad
entera tuvo que marcharse el 28 de ese mes cuando otra amenazaba con atrapar
entre dos brazos ardientes a los que se quedaran. “Las coladas de La Palma
tienen una morfología y una viscosidad que
no tuvieron las de Garachico”, explica Romero, como están
comprobando los primeros análisis de ese magma vertido en la superficie. Por
eso son más lentas.
Las lavas de Arenas Negras cubrieron,
tras 40 días, un área de más de siete kilómetros cuadrados; la actual erupción
de La Palma ha cubierto por ahora más de cuatro en tres semanas. Ambas son
erupciones modestas en comparación con la de Timanfaya, que duró seis años
desde 1730 y cambió toda la estructura de la isla de Lanzarote. Pero el impacto
humano es distinto: a finales del siglo XVII, Garachico contaba con más de
3.000 habitantes; después de la erupción, quedaron menos de 500, y sin que haya
constancia documental de ningún muerto. El puerto casi inútil. La burguesía se
marcha. “Se cortaron la red de caminos y la de conducción de agua que era
fundamental porque en la parte baja de la isla no había manantiales”, indica la
geógrafa. “Igual que en La Palma, las coladas cortan todas las infraestructuras de
comunicación y abastecimiento a la población”, añade.
Plano de Garachico realizado por Leonardo Torriani pocos años antes de la erupción, con el puerto abrigado en forma de herradura todavía intacto (a la derecha).
Pero hay esperanza y enseñanzas
oportunas del caso de Garachico y también de Timanfaya. Dos palabras canarias
que van a ser claves: entullar, recubrir las zonas cubiertas por la
lava con tierra de préstamo, y sorribar, preparar ese terreno nuevo para
cultivar o edificar. Y un concepto determinante: la voluntad. “La recuperación
de los territorios nuevos tras las coladas es relativamente rápida si existe
interés y capacidad económica”, asegura la experta en las erupciones históricas
de Canarias. Garachico no se recuperó y vivió en la leyenda de un pasado
glorioso: “Después se decía que había sido una ciudad tan rica que tenía los
suelos de mármol”, cuenta Romero.
Pero Garachico no recobró esa riqueza
porque no hubo intención; el nuevo puerto no se construyó hasta 2012. A los
poderes de la época les interesaba que el flujo económico se trasladara más
cerca de la capital, La Laguna, desde esa parte tan remota de la isla. Porque
una colada no es una maldición que impide recuperarse a un territorio. Más bien
al revés: en Canarias llevan siglos creando vida y riqueza sobre las lavas, a
pesar de que toman forma de malpaís,
ese terreno tortuoso y árido sobre el que parece imposible andar siquiera.
Aspecto actual de Garachico, con las coladas de 1706 que destrozaron el puerto (abajo) y formando piscinas naturales en el litoral.
BENGT NYMAN
Garachico era la prueba: la ciudad
original se construyó sobre otra plataforma lávica, sobre una fajana como la que se está creando
en La Palma. Se había levantado en un delta previo. Se observa en la
trama urbana, en forma de arcos, y al mirar una foto aérea de la ciudad: un
abanico que se despliega sobre el mar. En un documento de 1541 se señala:
“[Garachico] se ha poblado y fundado muy junto al mar, sobre malpaíses y riscos
y tierra inútil, y por ser de tal calidad, y las personas que han edificado sus
casas, ha sido trayendo tierra de otra parte para entullarlo, quebrando grandes
peñas y riscos”.
Las coladas de lava que la arrasaron
hace 315 años son ahora unas cuidadas piscinas naturales en las que bañarse
plácidamente junto al mar. Justo al lado del delta magmático que surge estos
días en La Palma, hay otro un poco más antiguo, creado en la erupción de San
Juan de 1949. La Bombilla es un núcleo de población que se forma poco después
encima de aquella erupción, porque de la lava surgieron las
plataneras. Y la erupción de Timanfaya, que destrozó pueblos y duró más de
2.000 días, provocó que Lanzarote tenga ahora unas condiciones perfectas para
el cultivo de vides, gracias a la astucia de los
lugareños, que aprovecharon las propiedades de condensación de la
roca volcánica para mimarlas y protegerlas de los vientos.
“No se quita [la lava]: se pone encima.
Es como si fuera una maceta, echas tierra y plantas”, resume Romero. Para
construir Garachico hubo que entullar: traer suelo de otra parte de la isla,
tierra de préstamo, ponerla sobre la superficie escabrosa y generar superficie
llana. “Es una técnica de cultivo habitual en Canarias, no solo en volcanes
recientes, en todas las zonas en las que hay
malpaíses o coladas. Esto es una infraestructura que los
agricultores de las islas llevan haciendo desde hace cientos de años”, resalta
la profesora de la ULL.
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RUTA POR EL VOLCÁN DE EL CHINYERO (TENERIFE)
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