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sábado, 25 de diciembre de 2021

RESUMEN DE LOS VOLCANES, TENERIFE EL HIERRO Y LA PALMA

José Peraza Hernández

RESUMEN GENERAL 

-. El volcán de la isla de La Palma, da comienzo activándose su erupción, el domingo 19 de septiembre de 2021, a las 3:13 minutos. En el lugar conocido por “Montaña Vieja “

-. El viernes 17 de diciembre, los signos vitales del volcán según los técnicos, los datos  se observan de van debilitándose, y las coladas se van deteniendo.

-. Los técnicos han comunicado el día 13 de este mes de diciembre, ponen 10 días, cómo fecha oficial de la evolución. Ya que observa su agotamiento. Lo darán por finalizado.

-. Hoy 25 de diciembre, da Julio Pérez, miembro del Gobierno, dando una rueda prensa, da por finalizado el Volcán de Cumbre Vieja su duración. .

-. El volcán ha tenido una duración de 85 días y 8 horas. Esperemos que así sea.

HABLEMOS DE LA HISTORIA DE LOS VOLCANES DE LA PALMA

Claro está, se ha escrito mucho sobre ellos, pero aún más, como no puede ser de otra manera del de la Cumbre Vieja. El que nos ha destruido la isla bonita de la Palma. Donde ahora, habrá que cambiar, o retocar el mapa.

Se ha escrito ríos de tinta, en todas las prensa de Canarias, la península cómo parte del mundo.

CUÁNDO ENTRÓ EN ERUPCIÓN DEL VOLCÁN DE SAN JUAN DE LA PALMA

-. La última erupción comenzó el 24 de junio de 1949.

-. El volcán Cumbre Vieja no da tregua y vuelve a incrementar su actividad hasta amenazar a más zonas de La Palma.

-. Qué es la tefrita, el material encontrado en el interior del magma del volcán de La Palma.

El volcán de Nambroque, también conocido como volcán de San Juan, se encuentra ubicado en la isla de La Palma. Se denominó con este nombre religioso porque la última erupción se inició, justamente, durante la festividad de San Juan.

Fue el 24 de junio de 1949 cuando el volcán entró en erupción por última vez, un fenómeno que duraría un total de 47 días, hasta el 4 de agosto. Esta comenzó con avisos el 21 de junio, cuando hubo dos intensas sacudidas sísmicas, y los días 22 y 23 otros frecuentes movimientos de poca intensidad, como indican desde el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

La erupción del volcán Nambroque o San Juan de 1949, en La Palma

"A las nueve de la mañana del día 24 de junio de 1949 un pastor que se encontraba en las inmediaciones de la montaña del Duraznero, en la isla de La Palma, huyó aterrorizado al ver que se agrietaba la tierra, salía humo de las aberturas y se oían misteriosos ruidos subterráneos", narra el mencionado texto sobre la erupción.

Así, fue a las 11.00 horas cuando se abrió el primer cráter de la montaña del Duraznero que lanzaba al aire una espesa y copiosa columna de humo. En total, el volcán presentaba tres bocas:

-. Una primera boca de una dimensión de 20 metros de diámetro. Otras dos bocas hacia el norte de la primera de ellas y muy próximas, pero más pequeñas.

No fue hasta el 26 de junio cuando cesa la emisión de lava, momento en el que la erupción parece haber terminado. Sin embargo, solo fue una pausa en la actividad volcánica, pues el día 30 sufre una reactivación.

Tras 47 jornadas de actividad, "el día 4 de agosto cesa toda manifestación externa de la erupción, sólo persiste la actividad final en fase de fumarolas", añade el diario de actividad volcánica de San Juan.

Erupciones volcánicas históricas en la isla de La Palma

Históricamente, se conocen las siguientes erupciones en la isla de La Palma:

-. 1585: Erupción de Los Llanos en la zona de la isla más inmediata por el lado Sur a la Gran Caldera de Taburiente.

-. 1646: erupción de Tigalate, cuyo cráter se abrió en la misma región de la erupción del volcán de San Juan, un par de kilómetros más al Sur.

-. 1667: erupción de Fuencaliente, la más importante de las cuatro históricas que se registran.

-. 1712: se produjo la erupción del Charco.

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ERUPCIÓN VOLCÁN TENEGUÍA, 1971:

Teneguía, 1971 así fue la última erupción volcánica terrestre en España

El volcán de La Palma entró en erupción el 26 de octubre de hace 50 años

 Varias personas observan la erupción del volcán Teneguía, próximo a la localidad de Fuencaliente (La Palma), en 1971.

Últimas noticias del volcán en erupción en La Palma, en directo

Se cumplen ahora justo 50 años de la última vez que entró en erupción un volcán terrestre en España: fue el Teneguía, en el sur de la isla de La Palma. El 20 de octubre de 1971 se iniciaron los temblores de tierra, cuya intensidad fue poco a poco en aumento, lo que alertó a los vecinos de Fuencaliente, en La Palma, y las autoridades desplegaron las medidas de protección civil. La erupción comenzó a las 16:25 del 26 de octubre de 1971, y duró hasta el 18 de noviembre de ese año. Fue una erupción relativamente corta; de hecho, fue la más corta de las que ha habido en Canarias, sobre todo si se la compara con la que duró seis años en el siglo XVIII en el que hoy es el parque nacional de Timanfaya, en Lanzarote.

MÁS INFORMACIÓN

El volcán Teneguía permanecía inactivo desde 1677, cuando empezó a expulsar lava. La población asistió al espectáculo entre la curiosidad y el temor; se recuerdan largas colas de vehículos cerca del volcán para observar el espectáculo de la lava, sobre todo por las noches. El volcán produjo daños materiales a los cultivos de vid de la zona y destruyó una playa, aunque también creó una nueva. La valoración final de pérdidas fue de seis millones de pesetas, fundamentalmente en vías de comunicación, cultivos y algunas viviendas, según informaba entonces La Vanguardia. También se vivieron momentos de angustia en la evacuación de 28 barcos de pesca en la playa del Faro. Un turista murió a consecuencia de una fuerte intoxicación sufrida por la inhalación de gases cerca del volcán, al romper el cordón de seguridad establecido para proteger a la población.

La lava no afectó a las zonas pobladas y, como el volcán está justo al sur de la isla, en la costa, la lava se vertió prácticamente en su totalidad al mar, lo que hizo crecer la superficie de la isla en unos dos millones de metros cuadrados. Este espacio de tierra nueva fue declarado Monumento Natural por la Ley de Espacios Naturales de Canarias, y es uno de los grandes atractivos de la isla: durante muchos años, al pasear por la lava reciente, la tierra aún estaba caliente.

La Cumbre Vieja de La Palma, donde hoy ha entrado en erupción un volcán, es uno de los complejos volcánicos más activos de Canarias. En ella se han producido dos de las tres últimas erupciones registradas en las islas, la del volcán San Juan (1949) y, en 1971, el Teneguía.

En octubre de 2011, tras varias semanas de intensa actividad sísmica bajo la isla canaria de El Hierro, se produjo una erupción volcánica submarina junto a sus costas.

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10 AÑOS DE LA ERUPCIÓN EN EL HIERRO

Parecidos y diferencias con el volcán de La Palma.

En la isla vecina se produjo una erupción submarina, también hubo crisis sísmica y evacuación de población. Durante seis meses estuvo en erupción.

Miguel Calero

10 años después de la erupción del volcán de El Hierro, el volcán de La Palma lleva desde el 19 de septiembre emanando lava. ¿Se parecen en algo ambos volcanes? La gran diferencia, las consecuencias: en El Hierro la erupción fue submarina y en La Palma la erupción está arrasando la isla.

Pero hay más similitudes. Cuando el magma entra en contacto con el agua se la conoce como erupción freatomagmáticas y se dan en los océanos, lagos o aguas subterráneas. Pueden ser surtseyanas (cuando se trata de aguas poco profundas), submarinas (como es el caso del Hierro en 2011) y subglaciares (el caso de la erupción del volcán islandés del glaciar Eyjafjallajökull en el año 2010). El volcán Cumbre Vieja pertenece a las erupciones explosivas.

Qué pasó en El Hierro (y parecidos con La Palma)

El 17 de julio del año 2011 comienzan a registrarse movimientos sísmicos en la isla, por debajo de 3 grados e imperceptibles por la población. A finales de septiembre de ese mismo año, aumentó el nivel de la actividad sísmica y se procedió a la evacuación de cerca de 300 personas.

Los movimientos se situaban en el Mar de las Calmas y la presión que ejerce el magma del volcán abomba la isla en 3,5 cm (en La Palma llegó casi a 20 cm), mientras que se permite a los vecinos de la isla volver a sus casas. El 9 de octubre se observó un gran movimiento sísmico (de 4,3 grados) y al día siguiente, el 10 de octubre, tiene lugar la primera erupción del volcán submarino.

Los vecinos fueron de nuevo evacuados y se confirmó la aparición de dos focos eruptivos. Desde la isla se observan tanto la enorme mancha creada por los elementos expulsados por el volcán (correspondiente al 80% de la costa de El Hierro), como burbujas, remolinos Además, el olor a azufre no permite la vuelta de los vecinos desalojados y el sector pesquero sufre grandes daños. El 25 de octubre se descubrió un nuevo volcán de 700 m de diámetro en la base y cráter de 120 m de ancho. El 31 de octubre se repite la actividad volcánica y hasta el 2 de noviembre se cuentan más de 300 temblores de tierra, incluido un seísmo de 4,4 grados.

El 3 de noviembre se volvieron a observar burbujas en el mar que advierten de otra posible erupción y el 5 de noviembre los vecinos de La Restinga son nuevamente evacuados tras el avistamiento de una burbuja de una altura similar a un edificio de dos plantas (como está ocurriendo ahora con la lava que alcanza una altura de tres pisos). Hasta el 5 de marzo de 2012 no se dio por terminada la erupción del volcán submarino.

El volcán submarino de la isla El Hierro fue la primera erupción submarina en los últimos 500 años; en cuanto a volcanes terrestres, no había erupción de un volcán desde el año 1971, 40 años después de la erupción del Teneguía en La Palma.

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MÁS DE LOS VOLCANES DE TENERIFE

-. Garachico, 1706: cómo se recuperó una villa de la peor erupción volcánica de la historia de Canarias

La lava de Arenas Negras arrasó hace tres siglos en Tenerife una de las ciudades más prósperas del archipiélago, un desastre que ofrece muchas claves sobre la vida después de un volcán

Recreación de la erupción que arrasó Garachico en 1706, por el pintor Ubaldo Bordanova.

JAVIER SALAS

Garachico (Tenerife)

Al anochecer del 4 al 5 de mayo de 1706, comenzaron a sentirse en Tenerife terremotos tan fuertes que “veíanse sepulcros con efectos de querer arrojar los cuerpos muertos, oíanse las campanas que con sentidos golpes parecía que tocaban a agonía”, según narró fray Domingo Josef Cassares. Los temblores precedieron a una erupción que, sin ser de las más grandes del archipiélago en volumen de lava o duración, fue la de mayor huella humana y económica de su historia. “Tuvo un impacto terrible, una repercusión a largo plazo enorme, mucho mayor que ninguna otra en la historia de Canarias”, resume Carmen Romero, geógrafa experta en vulcanismo histórico canario. Hoy, al pasear por la avenida marítima de Garachico, podemos sentarnos a tomar una caña sobre esa colada ya firme a observar cómo los turistas se hacen selfis y saltan al agua en las piscinas naturales que creó la lava.

La erupción de Garachico fue determinante no solo para la propia villa, sino para todo el archipiélago. Su puerto concentraba gran parte del comercio internacional que vinculaba la isla con Europa, África y América. Pero una de las dos principales lenguas de lava que arrollaron la localidad partió por la mitad la ensenada natural que daba abrigo a los barcos, inhabilitando buena parte de ese preciado muelle. La actividad se trasladaría al puerto de Santa Cruz, actual capital, y muchos de los habitantes abandonaron el lugar. “La población no se llega a recuperar hasta bien entrado el siglo XX”, sentencia Romero, de la Universidad de La Laguna (ULL).

Piscinas naturales en el mar formadas por la lengua de lava que arrasó Garachico en 1706.

JUERGUEN RICHTER

Las coladas de la erupción de Arenas Negras, llamada así porque todo el entorno quedó cubierto por picón (gravilla volcánica), arrasaron varias poblaciones como sucedió en Todoque estos días en su camino hacia el mar. Pero en aquella ocasión, lo peor estaba al llegar a la costa: no desembocaba en plataneras y acantilado, sino en una próspera ciudad. “Se produjo una autoevacuación de los habitantes de las zonas afectadas, porque no la organizaban las autoridades, en cuanto empezaron a caer las bolas de acreción provocando incendios terribles”, describe Romero. Esas bolas de las que habla son pedazos de hasta tres metros, desgajados de la lava, que ruedan por los barrancos tomando forma esférica y que se convierten en proyectiles infernales al alcanzar las edificaciones.

La lava avanzaba mucho más rápido que desde Cumbre Vieja en La Palma, ya que las coladas recorrieron en un solo día los 6,5 kilómetros hasta la costa. La lava que está creando una fajana estos días cubrió los más de 5 kilómetros de distancia con el mar en 10 días. En Garachico, llegaron siete lenguas a la costa desde el volcán de Trevejos: la primera provocó una evacuación urgente el mismo 5 de mayo, pero la ciudad entera tuvo que marcharse el 28 de ese mes cuando otra amenazaba con atrapar entre dos brazos ardientes a los que se quedaran. “Las coladas de La Palma tienen una morfología y una viscosidad que no tuvieron las de Garachico”, explica Romero, como están comprobando los primeros análisis de ese magma vertido en la superficie. Por eso son más lentas.

Las lavas de Arenas Negras cubrieron, tras 40 días, un área de más de siete kilómetros cuadrados; la actual erupción de La Palma ha cubierto por ahora más de cuatro en tres semanas. Ambas son erupciones modestas en comparación con la de Timanfaya, que duró seis años desde 1730 y cambió toda la estructura de la isla de Lanzarote. Pero el impacto humano es distinto: a finales del siglo XVII, Garachico contaba con más de 3.000 habitantes; después de la erupción, quedaron menos de 500, y sin que haya constancia documental de ningún muerto. El puerto casi inútil. La burguesía se marcha. “Se cortaron la red de caminos y la de conducción de agua que era fundamental porque en la parte baja de la isla no había manantiales”, indica la geógrafa. “Igual que en La Palma, las coladas cortan todas las infraestructuras de comunicación y abastecimiento a la población”, añade.

Plano de Garachico realizado por Leonardo Torriani pocos años antes de la erupción, con el puerto abrigado en forma de herradura todavía intacto (a la derecha).

Pero hay esperanza y enseñanzas oportunas del caso de Garachico y también de Timanfaya. Dos palabras canarias que van a ser claves: entullar, recubrir las zonas cubiertas por la lava con tierra de préstamo, y sorribar, preparar ese terreno nuevo para cultivar o edificar. Y un concepto determinante: la voluntad. “La recuperación de los territorios nuevos tras las coladas es relativamente rápida si existe interés y capacidad económica”, asegura la experta en las erupciones históricas de Canarias. Garachico no se recuperó y vivió en la leyenda de un pasado glorioso: “Después se decía que había sido una ciudad tan rica que tenía los suelos de mármol”, cuenta Romero.

Pero Garachico no recobró esa riqueza porque no hubo intención; el nuevo puerto no se construyó hasta 2012. A los poderes de la época les interesaba que el flujo económico se trasladara más cerca de la capital, La Laguna, desde esa parte tan remota de la isla. Porque una colada no es una maldición que impide recuperarse a un territorio. Más bien al revés: en Canarias llevan siglos creando vida y riqueza sobre las lavas, a pesar de que toman forma de malpaís, ese terreno tortuoso y árido sobre el que parece imposible andar siquiera.

Aspecto actual de Garachico, con las coladas de 1706 que destrozaron el puerto (abajo) y formando piscinas naturales en el litoral.

BENGT NYMAN

Garachico era la prueba: la ciudad original se construyó sobre otra plataforma lávica, sobre una fajana como la que se está creando en La Palma. Se había levantado en un delta previo. Se observa en la trama urbana, en forma de arcos, y al mirar una foto aérea de la ciudad: un abanico que se despliega sobre el mar. En un documento de 1541 se señala: “[Garachico] se ha poblado y fundado muy junto al mar, sobre malpaíses y riscos y tierra inútil, y por ser de tal calidad, y las personas que han edificado sus casas, ha sido trayendo tierra de otra parte para entullarlo, quebrando grandes peñas y riscos”.

Las coladas de lava que la arrasaron hace 315 años son ahora unas cuidadas piscinas naturales en las que bañarse plácidamente junto al mar. Justo al lado del delta magmático que surge estos días en La Palma, hay otro un poco más antiguo, creado en la erupción de San Juan de 1949. La Bombilla es un núcleo de población que se forma poco después encima de aquella erupción, porque de la lava surgieron las plataneras. Y la erupción de Timanfaya, que destrozó pueblos y duró más de 2.000 días, provocó que Lanzarote tenga ahora unas condiciones perfectas para el cultivo de vides, gracias a la astucia de los lugareños, que aprovecharon las propiedades de condensación de la roca volcánica para mimarlas y protegerlas de los vientos.

“No se quita [la lava]: se pone encima. Es como si fuera una maceta, echas tierra y plantas”, resume Romero. Para construir Garachico hubo que entullar: traer suelo de otra parte de la isla, tierra de préstamo, ponerla sobre la superficie escabrosa y generar superficie llana. “Es una técnica de cultivo habitual en Canarias, no solo en volcanes recientes, en todas las zonas en las que hay malpaíses o coladas. Esto es una infraestructura que los agricultores de las islas llevan haciendo desde hace cientos de años”, resalta la profesora de la ULL.

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 RUTA POR EL VOLCÁN DE EL CHINYERO (TENERIFE)


El último volcán de Tenerife
Jorge Berástegui
Rocío Eslava

13 de septiembre de 2019El volcán de El Chinyero, una erupción de 1909, es la evidencia más reciente de la naturaleza volcánica de la isla de Tenerife, una invasión de basalto que tiene algo de sobrecogedor. Hasta allí desfilaron estudiantes, académicos y curiosos cuando rugió la montaña. Hoy todo está en reposo, pero caminar sobre ese paisaje casi dramático donde los pinos brotan milagrosamente entre el negro azabache, recuerda la batalla a fuego y roca en las profundidades de la tierra.

En 1909, cuando El Chinyero hizo erupción, el profesor auxiliar Antonio Ponte y Cóloga pasó allí nueve días por petición del gobernador acompañado por el guardamontes Antonio Correa. Desde allí mandó un mensaje a través de una paloma mensajera: "Confirmo todo lo visto y observado por ti. Lava aún circunscrita Llano Asnos, Montaña en erupción Chinyero y no Asnos como se dice. Sin peligro inmediato esos pueblos. Estén tranquilos".

El volcán hizo erupción en 1909.

Al contrario que los guanches, que temían aquellas montañas de connotaciones espirituales malévolas que escupían fuego, la erupción de El Chinyero atrajo la atención de la gente, como los profesores y estudiantes del instituto de La Laguna. En una de esas excursiones, que casi parecían expediciones a otro continente, fueron hasta Icod de Los Vinos y luego subieron a caballo y a pie hasta llegar a un lugar llamado Montaña Poleos, uno de los mejores lugares para observar la erupción con mucha claridad, como cuenta detalladamente el catálogo de la exposición Excursión al volcán, que se organizó con motivo del centenario de aquel evento.

La ruta puede comenzarse desde la montaña de Boca Cangrejo.El hijo de uno de aquellos jóvenes excursionistas recogió el relato de su padre: "Cuando [] las caballerías iniciaron el ascenso, caía sobre nuestras cabezas una oscura y sucia lluvia de ceniza que, además, convertía el día en noche cerrada si no hubiera sido por una sucesión de resplandores vivísimos [] En estas condiciones, y a duras penas, llegamos a las proximidades del Chinyero, el epicentro del fenómeno, donde todo lo que habíamos visto y oído se multiplicaba. Enormes peñascos, grandes como casas, volaban por los aires a gran altura [] y los ríos de lava corrían ladera abajo, quemando árboles y arrasando cuanto encontraban a su paso".

El recorrido por el malpaís no es demasiado largo, entre hora y hora y media.

Nosotros comenzamos la excursión desde la montaña de Boca Cangrejo, en la carretera que baja desde El Teide camino de Chío (TF-38, km 15). Probablemente este fue el volcán que Colón vio en erupción cuando pasó por la isla, como relataba Bartolomé de Las Casas: "Una noche de aquellas que andaba cerca de Tenerife, salió tanto fuego del pico de la sierra (), que fue causa de gran maravilla". Se trata de una caminata circular de 5,7 kilómetros que rodea a El Chinyero, al cual no se puede acceder si uno no tiene un permiso especial. Es un terreno muy llano y fácil de transitar, así que se puede hacer en familia. Y nosotros optamos por empezar por el lado derecho.

Cuidado con el calzado, estos terrenos rugosos donde la lava cogió formas increíbles son una amenaza para los tobillos frágiles.

Lo primero que llama la atención es esa sobrecogedora presencia volcánica. Y no es una exageración. Se trata de un paisaje impresionante, como si aquí la isla se hubiera descubierto del manto verde de vegetación que cubre su esqueleto y estuviéramos presenciando aquello de lo que está hecha por dentro. El Chinyero arrasó unas 2.700 hectáreas de superficie. Solo el paso del tiempo permite que las plantas vuelvan a poblar la superficie, como los poleos o el pino canario, fresco y aromático, que acompaña una buena parte del camino, sobre todo, en la primera y la última etapa. Queda alguno centenario que se salvó de la quema. Y esa pinocha que cae de los árboles y que ahora apenas se recoge si no lo hacen los agentes forestales, antes era el relleno de los colchones en las familias humildes.

Entre las rocas aparecen los lagartos, que son los primeros animales pobladores de estas tierras basálticas.

La vegetación de esta zona también sirve de alimento para cabras salvajes o conejos. O para los muflones, una especie de oveja silvestre de grandes cuernos y originaria de Asia que fue introducida en los setenta por amantes de la caza, pero que se convirtió en un problema, al afectar a la flora endémica de la zona. Entre las plantas más vistosas que se pueden encontrar en el recorrido está el 'rosalito de la cumbre', un arbusto que puede llegar al metro de altura y cuya flor, de color rosáceo, aparece en torno al verano. Un toque de suavidad silvestre en medio de la agreste naturaleza volcánica.

Probablemente este fue el volcán que Colón vio en erupción cuando pasó por la isla, como relataba Bartolomé de Las Casas.

Justo en mitad del camino, la vegetación empieza a escasear y entramos en Malpaís, una irregular explanada llena de grandes peñascos, bombas volcánicas que evocan batallas de gigantes prehistóricos. Cuidado con el calzado, estos terrenos rugosos donde la lava cogió formas increíbles son una amenaza para los tobillos frágiles. También conviene embadurnarse de crema solar y ponerse una gorra. Estamos a unos 1.500 metros y el sol aprieta. Pero merece la pena estar dentro del impresionante Malpaís, viendo el Chinyero al fondo, como si fuera una chimenea apagada de otra época que podría encenderse en cualquier momento.

El Chinyero arrasó unas 2.700 hectáreas de superficie.La zona donde está el malpaís fue, según la arqueóloga Matilde Arnay, "un gran asentamiento guanche, que se veía limitado hacia el sur por las coladas de Boca Cangrejo, y hacia el norte, por las procedentes de Montaña Reventada". En esas zonas que no fueron sepultadas se han encontrado restos de cerámica guanche, escondidos muchos de ellos en grietas y cuevas de distintas dimensiones.

La vegetación de esta zona sirve de alimento para cabras salvajes o conejos.

El recorrido por el Malpaís no es demasiado largo, entre hora y hora y media. Pronto llegamos de nuevo al pinar, junto a la Montaña de la Cruz. Si subimos por el camino que la rodea, también tendremos una vista estupenda con El Chinyero al fondo. Luego hay que desandar ese camino. Nosotros aprovechamos para descansar a la fresca. Entre las rocas aparecen los lagartos, que son los primeros pobladores animales de estas tierras basálticas y devoran las migas de pan o los trocitos de tomate que se caen del bocadillo del senderista.

Solo el paso del tiempo permite que las plantas vuelvan a poblar la superficie, como los poleos o el pino canario. Proseguimos por la última parte del camino entre el silencio armonioso del pinar y una suave brisa fresca de montaña. Hace más de cien años, aquel lugar era fuego y roca incandescente. Disfrutemos del sosiego mientras dure.

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