Teresa del Bosq
Llevaste al muelle de mi herida
tu espina
y te ungí con la miseria natural
de mi agonía
Fue lluvia fresca
en la costa homicida
y amenaza tu caída equivocada
Diferentes mares desaguaron los cielo
anestesiados de fuego
esperanzados en la burla del tiempo
que se llevara tus pasos verdaderos
juguete en la venganza de mi herida
Ahora solos nos quedamos
sin bordones de distancias
desahuciados en la palabra que no supimos descifrar
cuando fuiste
niño y yo mujer.
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