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viernes, 31 de diciembre de 2021

EL ENEMIGO ES ÉL

Lorenzo de Ara

Populismo punitivo. Lo copio del título escrito por la abogada Guadalupe Sánchez. Eso y no otra cosa es Pedro Sánchez. Populismo. Punitivo. Concretando todavía más. Caudillismo.

¿Qué diferencia ven ustedes entre nuestro Sánchez y Putin? Hoy, en cuanto al trato que dispensa a los medios de comunicación, la diferencia no existe.

Los periodistas críticos a Sánchez son un objetivo para el monclovita. La libertad de expresión tiene un enemigo y ese enemigo responde al nombre de Pedro Sánchez.

Y maldigo el silencio y la cobardía de muchos de mis compañeros de profesión que callan para seguir alimentándose de los favores del poder despótico.

A partir de ahí, en una rueda de prensa de Sánchez cabe todo lo que puede caber en un contenedor de basura. Y más.

Su mundo no es el nuestro. Su verdad no es la verdad de la realidad que hay en la calle y que pisa el español a diario. Todo lo que sale de su boca es populismo punitivo.

Hay un rey en la adversidad, hay una tercera guerra mundial que ya está aquí, hay una política para adultos que se arrincona, hay una Constitución vituperada y enemigos de ella en el poder, con Sánchez al frente.

Y a las pocas horas del balance presidencial, nada cambia, nada se resiente. Se sabe que el IPC sigue desbocado, que el enmarañamiento autonómico y la cogobernanza hacen que España sea una endiablada selva con alimañas de todo tipo. Sanguijuelas en la izquierda y en la derecha, en la patronal y en los sindicatos. Y un periodismo que muere lentamente, pero muere. Hace un par de días terminé de leer el libro de Pedro Jota, "Palabra de director". Me lo pasé bien. Aprendí que Pedro es hijo único del Big Bang. Que su periodismo es mayestático y prístino. No hay doblez en su trayectoria. Y él primero que ningún otro ser inteligente sobre la faz de la Tierra (sólo hay tres o cuatro a la altura de Pedro) fue el que se percató de la ruindad y de los engaños del psoe ya felipista.

Quiero decir que pasándolo bien con su libro, también comprendí que el libro es un perfecto ejemplo para definir lo que es hoy la política, el periodismo. ¡El populismo punitivo!

Javier Caraballo señala: “La autocomplacencia es el placebo de los malos gobernantes. Puede servir como elixir del momento, pero más allá todo son contraindicaciones, algunas personales, como la soberbia y la prepotencia, que son termitas pacientes, y otras generales, como el alejamiento de la realidad, de la calle. Pedro Sánchez no lo sabe. Por eso se recrea en el placebo con sus discursos a la nación, como el de este miércoles, sobre el balance del ecuador de esta legislatura, porque teniendo motivos objetivos para defender su gestión, le añade tanta impostura grandilocuente que acaba agriándolo todo. En el mejor de los casos, para sus intereses, el resultado es un balance parcial que justificarán, o pasarán por alto, los adeptos, en correspondencia con la política de banderías que existe en España. Pero más allá de los incondicionales, el discurso de la España imparable de Pedro Sánchez se contamina con esa torpe autocomplacencia y acaba estropeando y deformando, por la falta de credibilidad, incluso aquellos aspectos en los que el Gobierno, objetivamente, puede darse por satisfecho.”

Nuestro presidente jamás defrauda. La propaganda triunfalista va con él. A todas partes. Hace el ridículo y apesta a mentiroso, pero sigue firme en su trayectoria hacia el abismo. Nuestro abismo.

Y es que su confianza política, su confianza económica es imposible que pueda ajustarse a la nuestra. A los ciudadanos de carne y hueso. Con alma.

El sanchismo, un caudillismo como otro cualquiera, acepta únicamente el aplauso unánime. Imposible en su mundo perfecto donde ruedan cabezas el reproche y la discrepancia. El toser está permitido en las UCI.

Jamás veremos al socialista echado del psoe por Alfredo Pérez Rubalcaba alardear de cumplir con España. Ni hablar. El secretario general de los socialistas alardea de la amistad consolidada con comunistas, golpistas y bilduetarras.

Nos garantiza que 2022 será mejor que 2021. Lo contrario es impensable en su política caribeña. Decir lo contrario es impensable. Por ahora. Mañana el sanchismo podrá argumentar que es ilegal pensar de otra manera a la suya.

La sociedad española está siendo ejemplar. Mientras, este gobierno lo fía todo a la demagógica propaganda que todo populismo es experto en manejar.

Hay un desastre provocado por la pandemia, y la persona que niega este hecho es que sufre un optimismo radical, patológico.

Sin humildad y sin autocrítica es del todo imposible que la democracia pueda tener un aliado en Sánchez.

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