Antonio Pastor Abreu
Según la teoría económica convencional
la competitividad en general, y la de un destino turístico en particular, viene
determinada por bajos costes de la mano de obra, por tipos de interés bajos,
por tipos de cambio favorables (Brexit), y por economías de escala, etc. Nada
nuevo bajo el sol.
Oteando el presente continúo del
turismo. No existen países turísticos competitivos, sino países con
determinados productos turísticos competitivos. Así pues un mismo producto
turístico puede ser competitivo en una parte del país y no serlo en el resto. Recordando
que la competitividad de un destino turístico depende de la capacidad de los
servicios que ofrece, innovando permanentemente la calidad. - Hacia la
competitividad de la empresa turística - (Eulogio Bordás Rubíes).
Mi creencia es que el nuevo paradigma
del turismo se focalizará más en los servicios tecnológicos, con menos
masificación. No tanto por la situación de contagio, que quedará relegada a un
segundo o tercer plano. Sino a la cantidad de palos en la rueda, que nuestro
gobierno comunitario se empeña en poner cada día, por su incompetencia gestora,
bloqueando el destino turístico, Canarias.
Hay luz al final del túnel, que surgirá
con la confluencia de los indicadores. Y la habrá antes de lo que imaginemos.
La presión Social será tan fuerte que no podrán pararla, y algunos, cuando las
Familias empiecen a rodear, acampando, no ya en los Ayuntamientos, también
frente al Gobierno y sus Consejerías responsables, así como en los Cabildos. Y
ante la impotencia, se verán obligados a dimitir. Tampoco existe un plan
quinquenal para reactivar la agricultura.
Hemos comprobado que, para que la
competitividad sea clave, hay que seguir manteniendo en mente, los objetivos a
lo largo del tiempo, enfrentándonos y enfrentados hoy, a un entorno agresivo generado
por la interacción, no sólo del gobierno canario, también, por las denominadas
cinco fuerzas competitivas ya conocidas. Pero la empresa auténticamente
competitiva es aquella que es capaz de sobrevivir a las continuas dificultades en
esta crisis.
En cuanto a los bajos costes sociales y
ambientales y eso significa entender, que para medir el éxito de un subsector
como el turismo ya no es válido mirar, exclusivamente, los resultados y la
satisfacción del turista. Por más que lo he machacado en artículos pretéritos, con
el diamante de la competitividad de Michael Porter.
Es por ello que seguimos olvidando las
cinco condiciones u objetivos básicos, que debe cumplir un destino turístico,
para que sus empresas continúen siendo competitivas con la nueva anormalidad, tales
como: El nuevo modelo de Desarrollo Económico. Protección de la identidad Cultural.
Protección de la base Social. Conservación de las condiciones Ambientales y hoy,
el punto más crítico, el Atractivo turístico del destino con las
infraestructuras determinantes para potenciar la supervivencia Familiar.
Estas cinco condiciones nos aportarán
un nuevo enfoque, que nunca debimos perder de vista y que han de estar englobadas
dentro de un elemento marco. La gestión pública. La Administración tiene la
obligación de contemplar las necesidades de este desarrollo en su legislación,
y al mismo tiempo, debe asegurar la participación de la Sociedad. Este será el
desafío del cambio en nuestro destino turístico, con las nuevas tecnologías
junto a la robótica.
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