Javier
Lima Estévez
Cada año, en
el marco de Fiestas de Julio del Puerto de la Cruz dedicadas al Gran Poder de
Dios, Nuestra Señora del Carmen y San Telmo, se organizan diversas conferencias
coordinadas por el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) con la
colaboración del Ayuntamiento de la ciudad turística.
La presente
XXII edición del ciclo de conferencias de Historia Local, desarrollada durante
los días 3 y 4 en el Salón de Plenos, nos situaría ante dos conferencias con
temática diversa, pero bajo el hilo conductor de una misma ciudad.
El lunes, la
propuesta llevaría por título “Aproximación a la historia de la música coral en
el Puerto de la Cruz”, a cargo de José Híjar Polo, director de la Coral Reyes
Bartlet, así como otros protagonistas de tal ámbito.
Por su parte,
durante la tarde del martes, el acto tendría como protagonista al historiador y
doctorando por la Universidad de Sevilla, Santiago M. Rodríguez Maldonado, con
una ponencia bajo el título “La importancia del patrimonio documental: el Caso
del Puerto de la Cruz”. Su trayectoria sería glosada por el concejal de Fiestas
y Juventud, Ruymán García García, bajo un evento coordinado por el historiador
del arte, Eduardo Zalba González y con presencia en la sala de la concejala de
Cultura, Sandra Rodríguez González.
Santiago
ofreció aspectos propiamente de terminología archivística, estableciendo las
diferencias entre ordenanzas y actas, así como aclarando sus funciones y
límites. Por otra parte, también sería objeto de su atención la separación de
Puerto de la Cruz de La Orotava y sus efectos en la documentación, en atención
a su papel como Real Provisión o Real Cédula (matizando que el documento de la
separación es claramente una Real Provisión). Al mismo tiempo, recordaría la
pérdida de numerosos documentos como consecuencia de incendios, circunstancia
que enlazaría con el significado tan importante de personas que preservaron ese
legado, tal y como ocurriera con el cronista y político portuense, José Agustín
Álvarez Rixo (1796-1883). En su intervención, no dudaría en aportar, además,
datos relacionados con el origen de la ciudad portuense.
Entre sus
conclusiones, tendría presente la necesidad de recurrir al archivo y, por
supuesto, al análisis documental, recordando el valor que ofrecen los archivos
como patrimonio a valorar y preservar por parte de la ciudadanía.
Son, pues,
pinceladas de un evento en el que destacaría la actuación de los ponentes y la
colaboración e impulso decidido por parte del Ayuntamiento del Puerto de la
Cruz y del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias con iniciativas en pro
de la cultura.
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