Bienvenidos al Diario del Valle

SEARCH

jueves, 20 de julio de 2017

EL TURISMO QUE VIENE, A EXAMEN

A RASTRAS CON LA PROFESIONALIDAD EN EL TURISMO

Antonio-Pedro Tejera Reyes

Curtidos hasta cierto límite en las exigencias que el conocimiento de la actividad turística trae consigo, no es de extrañar que nuestro espíritu crítico se rebele constantemente ante las incidencias que vemos todos los días, en las cuales se ponen de manifiesto el desconocimiento y la falta de profesionalidad, de muchos los actores en el sector, lo cual ha traído consigo - y sigue trayendo – el fracaso de numerosas empresas, grandes y pequeñas, sin ningún tipo de distinción ni categoría.


La sobrecargada mesa ofrece un aspecto poco digno de un hotel de cinco estrellas, algo intolerable en un hotel de lujo, contrario a la excelencia que debería ser su modelo, que dice bien poco favorable del profesional dirigente del no mencionado hotel. 

No es de recibo que personajes identificados sin el conocimiento necesario, dirijan las empresas de sector turístico, llámense países, pueblos, ciudades, operadores de programas de viajes, de agencias, hoteles, etc., ya que este evidente error traerá, tarde o temprano, fatales consecuencias en las cuales estarán involucrados todos los actuantes alrededor de la empresa que será llevada a la quiebra.
Son muchos los ejemplos que podemos poner de los operadores turísticos europeos que han llevado a la ruina a confiados operadores del turismo en Canarias, por presentar una prescripción de la empresa, en algunos casos de forma fraudulenta. Casos conocidos que han tenido amplia significación y consecuencias en el mundo entero.

Contra esta falta de conocimientos, y en muchos casos de honestidad en la gestión, las medidas tomadas por los núcleos receptores han sido determinantes para que cada vez, marchen con más claridad y seguridad las relaciones empresariales en el sector turístico, sin que esto signifique que se ha conseguido la fórmula ideal para evitar estos grandes problemas.

La otra cara importante de la profesionalidad, es la que tiene que ver con el conocimiento de las funciones de todo el personal activo del sector, en cuya formación llevamos muchos años involucrados totalmente. No es de extrañar entonces que detectemos a cada rato los muchos errores que se cometen en contra del desarrollo armónico del turismo, ese que produce riqueza para la persona, la familia la comunidad y para el mundo entero, como bien ha acuñado la Organización Mundial del Turismo.

En esa panorámica, la buena disposición y la cultura turística adquirida en los centros que honradamente han expandido sus enseñanzas por el mundo, son un patrimonio de La Humanidad que se enfrenta a aquella otra “procesión” que solo han visto en estas nobles enseñanzas la fórmula ideal de ganar votos políticos, generar riquezas personales, o justificar ingresos económicos procedente de actividades ilegales, alardeando de instalaciones y suntuosidad difícilmente acorde con los ingresos que pudiesen reportarle una humilde entrega a una enseñanza seria y eficaz poblada de los medios necesarios para sus fines. Estos no debieran ser otros que conseguir un personal culturizado principalmente en el valor humanístico fundamental del desarrollo turístico: la consecución de un mundo donde se pueda vivir disfrutando de la paz, y sus valores añadidos, como dice Rotary Internacional, con la inteligencia la buena voluntad y el aprecio a toda ocupación útil, en beneficio de toda la comunidad mundial. Esa debe ser la finalidad.

A todo esto llegamos, a través de una larga carrera de años de trabajo y entrega en los cuales hemos invertido toda una larga vida, sin otro propósito que el deber cumplido, y cuya recompensa está en esos cientos de profesionales turísticos que nos contactan y nos escuchan desde innumerables lugares del mundo, en algunos casos hasta bendiciéndonos y agradeciendo la oportunidad que se les dio para su formación integral que les cambio la vida de forma integral tanto en lo profesional como  en lo familiar: Inolvidable, increíble, maravilloso, “ha cambiado mi vida” etc. etc., son algunas de las expresiones que estas decenas de profesionales emplean para describir lo que en su día aprendieron a través de un grupo de abnegados  profesionales turísticos de Canarias, que con la mayor ilusión y una entrega sin límites, emplearon su mejores horas en trasmitir conocimientos nacidos de sus experiencias profesionales, muy lejos de esos estudios “académicos” en los que se quiere encorsetar una actividad que lo que necesita es práctica, calor humano, honradez y honestidad, algo que está muy lejos de la manipulación política y el despojo a lo que muchas de las veces nos hemos visto sometidos.

Con estas meditaciones – reflexiones y recuerdos diríamos mejor – llegamos a un hotel de cinco estrellas, hito histórico de una ciudad centro turístico de una muy importante isla, donde en una cena de gala de una de las más importantes organizaciones de servicio mundiales, el profesional de turno en la dirección del no citado establecimiento, permitió colocar cubiertos para once personas, en mesas redondas con capacidad sólo para seis comensales. Este estropicio – por llamarlo de una manera suave – no se puede permitir de ninguna manera. La profesionalidad del personaje, no sólo quedó en entredicho, si no la imagen de la empresa arrendataria del citado hotel, el propio establecimiento, y con ello la de la propia ciudad donde se celebraba el acontecimiento. Intolerable.

La profesionalidad en el turismo es algo muy profundo. La falta de ella puede producir consecuencias fatales de carácter irreversible, pues el viajero frecuente – el turista común – solo recordará con el tiempo, el nombre del lugar donde ocurrió el suceso, quizá nunca más el nombre de sus personajes…

¡Cuidado! La competencia nos acecha. De eso y de otras lamentables historias sabemos demasiado…

*(Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas, ONU)    

No hay comentarios:

Publicar un comentario