Isidoro Sánchez García
En el año de 1966, cuando fui a trabajar a La Gomera como
ingeniero de montes responsable del Patrimonio Forestal del Estado (PFE) en la
isla colombina, me llamó la atención un cartel de Obras Públicas colocado en la
carretera que bajaba al valle de Hermigua, en el norte de La Gomera, en el que
se podía leer: ‘El mejor clima del mundo’. Yo, que venía del norte de Tenerife
y vivía en La Orotava me quedé dudando por cuanto siempre había oído en el
colegio que mi Villa natal era el municipio más importante de España por el
Teide, 3716 metros de altura, que se repartían entre el mar Atlántico y el Pico
del volcán, y también porque disfrutaba del más variado clima y atrajo a los
primeros turistas europeos que apostaron por el valle de Taoro, en el norte de
la isla de Tenerife, como destino de sus vacaciones. Estas características
climatológicas, las mejores del archipiélago canario, las pude constatar cuando
al año siguiente, en 1967, me fui a residir en el Puerto de la Cruz por razones
matrimoniales. y pude comprobar la importancia del clima en el turismo de salud
para los ciudadanos europeos.
El contenido del cartel público en la carretera de Hermigua
no me extrañó porque en esos años había terminado mis estudios en Madrid y lo
primero que me encargó el jefe del PFE, el recordado ingeniero de montes José
Miguel González, fue dirigir la acción forestal en los montes de utilidad
pública de los seis municipios de La Gomera. Comprobé que la vegetación de los
mismos encajaba en el piso de vegetación del monteverde y la laurisilva que
había descrito el naturalista y geógrafo alemán Alejandro de Humboldt cuando
vino al norte de Tenerife en junio de 1799 y pudo subir al Pico del Teide. Ello
nos sirvió para conocer el informe que años más tarde, en 1969, redactó para el
Cabildo de La Gomera el botánico sueco Eric Sventenius, afincado en Puerto de
la Cruz por sus trabajos en el jardín Botánico y amigo de la Peña Baeza que
presidía Imeldo Bello Baeza y de la que formábamos parte el geólogo Telesforo
Bravo, el médico Luis Espinosa, don Paco el cartero, el caricaturista Vicente
Jordán, el abogado Celestino Padrón, el amigo Juan Pedro, entre otros
personajes portuenses. Disfrutamos con una de las recomendaciones que
Sventenius le escribió a las autoridades gomeras: ‘La primera lección que las
autoridades canarias tienen que enseñar a sus gentes es la lluvia horizontal
que he vivido en el camino de Las Carboneras, en el límite de los montes de
Hermigua y San Sebastián al pasar por debajo de unos brezos impresionantes.
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