Antonio Pedro Tejera
Reyes
RAZONES SIN
DISCUSIÓN
Lo decimos todo en la presentación de este artículo. D.
Manuel Fraga, sabía muy bien lo que decía y el valor de ello. Algo sobradamente
demostrado. Ahí está la historia.
Guillermo Valencia, es otro buen ejemplo de cómo hay que
caminar por la vida. Son varios los reportajes en que nos hemos referido a él,
contando una historia de sacrificio y honestidad, alrededor de esa premisa que,
para no olvidarla, la colocaba sobre su mesa de trabajo diario: perseverancia.
CONOCIMIENTO Y LA EXPERIENCIA
“Nos decía un buen día el inolvidable maestro D. Manuel
Fraga Iribarne, que había que instar, presionar, insistir. Nuestro insigne
Guillermo Valencia Velásquez, tenía sobre su mesa de oficina, en Aruba – desde
donde gerenciaba la empresa Centroamericana, Intercontinental Group & Hotel
– una discreta pieza de madera con el rótulo impreso: PERSEVERANCIA”
Dos hombres de éxito. Dos mensajes. El mismo fin, la misma
cosa. Nunca como en este momento tenemos que ponerlos en práctica en este nuevo
mundo con el que nos enfrentamos ahora.
D. Manuel Fraga Iribarne, en su etapa de Ministro de
Información y Turismo, pasea en el camello del inolvidable Lázaro, en Puerto de
la Cruz, junto al prócer del turismo canario, alcalde de esa ciudad en la
ocasión, Isidoro Luz Cárpenter.
Estamos ante un reto imponente en el cual, dentro de todo
su contexto, esas premisas que nos dan D. Manuel Fraga y Guillermo Valencia,
tienen que pertrecharse del mayor conocimiento y experiencia para poder sacar
al mundo adelante.
Una situación insólitamente inesperada que ha abordado a
nuestros dirigentes mundiales sin la preparación necesaria para afrontarla.
En caso se polariza en la actividad política y empresarial,
donde las decisiones son fundamentales para conseguir unos resultados y
consecuencias, lo más positivos posibles para toda la humanidad, con el fin de
que se llegue a “un desarrollo que satisfaga las necesidades de las
generaciones actuales, sin poner en peligro la satisfacción de las necesidades
de las generaciones futuras”, según se recomendó y aprobó en 1992, en la Cumbre
de la Tierra, Río de Janeiro, con la presencia de la mayoría de los jefes de
estado de todos los países del mundo.
La temática está bien clara. El mundo necesita de unas
acciones cargadas de esta recomendación a la cual hay que llegarle con el
máximo conocimiento y honestidad, y que hay que buscarles donde esté y donde
sea. No hay otra solución positiva posible.
Protocolos y más protocolos contra la pandemia mundial que
nos azota, puede que nos conduzca solamente a crear una alterable confusión,
como bien dice la Mgter. Elena Villar, en el último editorial de su prestigiosa
revista digital Turista Maganize.
Estamos en un momento crucial que nos toca vivir a toda La
Humanidad, y la responsabilidad socio-empresarial tiene que llegar al poder
político para asumir su verdadera responsabilidad en el lugar adecuado, conscientes
que su gestión sobre la base de que el gobierno de una nación – y con ello del
mundo entero – es una empresa, y que con ese criterio hay que gestionarle.
Guillermo Valencia y el autor de este reportaje
EL MUNDO QUE LLEGÓ
Según hemos leído en el portal Central América Data
Express, nos abocamos a un escenario que se tiene que acomodar a “unos cambios
estructurales en el comercio mundial, preferencia de los consumidores por vivir
en las afueras de las ciudades y una creciente demanda por equipos tecnológicos
para poder trabajar desde casa, son algunos de los giros que experimentarán las
economías en la nueva realidad.”
Esta ligera pero profunda visión del nuevo mundo, está
avalada por los criterios que venimos sustentado en nuestras intervenciones, y
es todo un conglomerado de consideraciones, reflexiones y recomendaciones que
la Organización Mundial del Turismo, ha venido haciendo toda su vida, y que
ahora toman protagonismo, pues el movimiento de personas es lo que está
produciendo el aumento de la calidad de vida de los pueblos y el bienestar
social que todos deseamos para todos.
Ahí están los principios rotarios, más vigentes que nunca
ante la imprescindible necesaria “economía colaborativa” que tenemos que
aplicar urgentemente: “la amistad como ocasión de servir… la buena fe como
norma en los negocios… el aprecio a toda ocupación útil y la dignificación de
la propia… la inteligencia, la buena voluntad y las paces entre las naciones…
unidos en el ideal de servicio…”
Instar, presionar, insistir, con perseverancia sobre estos
principios no es una necesidad de nuestros dirigentes político-empresariales:
Es su obligación ineludible.
Una responsabilidad histórica en la cual están en juego las
necesidades de las generaciones actuales y de las futuras, y que los dirigentes
tienen que asumirla con todas sus consecuencias, sin la precipitación ni la
presencia de la política como en algunos casos evidentes se ha puesto de
manifiesto. A las pruebas nos remitimos.
JUSTICIA, PAZ Y ORDEN
Es de justicia que, en estos momentos cruciales para la
humanidad, pasemos a recordar esos retazos de los principios de Rotary
Internacional, acuñados hace más de 100 años, y que más tarde dieran a la luz
“El Día de La Paz y la Comprensión Mundial”, el significativo mensaje que ahora
más que nunca se tiene que hacer presente en el mundo para conseguir la paz y
el orden que todos debemos desear.
Con el mundo digital a nuestra disposición el gobernante
mundial tiene la obligación de aprovechar sus ventajas para, de una vez para
siempre, imponer determinadamente una “economía colaborativa” eficaz, y la
terminación absoluta de los enfrentamientos bélicos.
Se ha acabado la hora de los narcisismos políticos, o del
trabajo por unos ideales caducos que ya nadie respeta. Es la hora de trabajar
con honradez, honestidad, conocimiento e inteligencia, sabiendo gerenciar con
equidad y con la justicia social por delante.
Basta ya de “vividores delincuentes” que, amparados en
políticos ignorantes, con sus fantasmagóricos proyectos, auténticas quimeras,
son capaces de las más viles acciones para conseguir sus propósitos, satisfacer
su ego personal y lograr buenos recurso económico.
Nada de ir a explorar La Luna antes de buscar los elementos
propios para combatir las plagas que azotan a la humanidad: la pobreza, las
carencias en la sanidad – como se ha puesto de manifiesto ahora – y la
incomprensión social.
Hace falta un total entendimiento entre todos los
habitantes del planeta, repetimos: la
inteligencia, la buena voluntad y la paz entre las naciones… unidos todos en el
ideal de servicio.
HAY SIEMPRE UNA NUEVA LUZ
Nunca como ahora ha hecho falta esa política de “economía
colaborativa” que como una premonición venia ya asomando en todo el mundo, y
que con esta pandemia se hace obligatoria aplicar para conseguir avanzar en la
recuperación de nuestro mundo que ya, desde luego, no volverá a presentar el
panorama que tenía el pasado año si bien tenemos que hacer todo lo posible por
salvar aquello que no se haya perdido totalmente, desgraciadamente mucho de
ello irrecuperable. Instar, presionar, insistir, es hacernos fuertes con esta
actitud positiva, y tiene que ser la base del nuevo desarrollo. Los gobiernos
del mundo tienen que tomar las riendas de esa “economía de guerra” y dar el
ejemplo de cómo hay que gestionar la vida de sus ciudadanos ahora después de la
pandemia.
El turismo – el movimiento de personas – tiene que volver a
ocupar el protagonismo al que había llegado, pues es una realidad que como dice
la Organización Mundial del Turismo es riqueza para la persona, para la
familia, para la comunidad, para el mundo entero.
No estamos solos, somos una gran familia. Tenemos que
comprenderlo. La colaboración en forma decidida, instando, presionando,
insistiendo, con perseverancia. No nos cansaremos de predicarlo, aunque en ello
nos vaya el ser molestos para quienes solo ven su beneficio personal vendiendo
ahora mascarillas y antes petróleo, o falsas ideas políticas totalitarias
dictatoriales, sobre el dominio del mundo, el poder económico y el ego
personal… narcisismo patológico, que diría El Confidencial.
Esto es lo que hay. Seguimos. Instar, insistir, presionar….
Perseverancia.
EPILOGO
Alejandro José Gallard Prio: “Si hay algo que no debemos
perder es la fe en nosotros, en nuestra humanidad, en nuestra capacidad de
amar, en nuestro espíritu de lucha, en nuestra inquebrantable búsqueda por
encontrar el mejor mañana, que es el milagro de la vida.”
Pedro García Cabrera: “La esperanza me mantiene”.
*Antonio-Pedro Tejera Reyes. Del Grupo de Expertos de la
Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas. ONU.
Pluma de Oro de Rotary Internacional. Puerto de la Cruz
Tenerife. Islas Canarias.
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