Evaristo Fuentes Melián
Con la pandemia
del corona virus han coincidido manifestaciones multitudinarias por el racismo,
que nos han roto todos los esquemas del pensamiento único.
Ahora resulta
que, tanto Winston Churchill, a quien le lamimos el culo cuando estuvo en
Tenerife en 1959, en el yate de Aristóteles Onassis, el Griego de Oro; como a Cristóbal Colón, por quien hemos
mantenido una intensa pelea orgullosa durante siglos, cuestionando si pasó o no
pasó por La Gomera en el siglo XV camino de un mundo por descubrir; ahora
resulta, repito, que tanto a Churchill como a Cristóbal Colon, los están
maldiciendo y decapitando o destruyendo sus estatuas en algunos lugares de este
Puto Mundo llamado Tierra.
Y si nos adentramos
en el terreno de lo típicamente isleño, el último ´gorrrrpe´ típico de
socarronería canaria, ha sucedido en Garafía, municipio de los más pequeños del
Archipiélago, situado en el Norte de la isla de La Palma. Por lo visto, los vecinos de Garafía esperaron a que se
ausentase el cura párroco, para sacar la procesión prohibida por causa del
maldito virus.
Ahora bien: lo
que ya clama al cielo y a todos los demonios, es la especulación que se está
produciendo dentro de España, muy al
Centro, en una comunidad autónoma muy importante, de cuyo nombre prefiero no
acordarme. Es que, entre los ancianos asilados en hospitales públicos por el
corona virus, es donde se está produciendo el mayor porcentaje de
fallecimientos debidos al virus maldito. Pero ahora viene lo escalofriante,
queridos lectores: Algunos familiares de esos ancianos, han firmado en un
documento en que se permite a las autoridades sanitarias dejar morir al
susodicho familiar por el sistema de la eutanasia pasiva….
ESPECTADOR
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