Sheina Leoni Handel
El siglo XXI avanza con rapidez,
grandes cambios sociales y
culturales van de su mano, sin perderle
pisada. Nuevos descubrimientos e inventos tecnológicos; pero también transformaciones en el orden normativo luchan por abrirse paso a la par de estos marcando de igual forma la
vida de muchas personas.
Un siglo en el cual las declaraciones
de derechos abundan, donde las minorías hacen sentir efusivamente sus voces,
tal como lo hicimos y seguimos haciendo
las mujeres en la actualidad.
Siglo contradictorio, porque pese a
todo estos avances, la miseria, las guerras y la discriminación siguen
existiendo en forma exacerbada. En los tiempos de la Globalización muchas personas no tienen lo
suficiente para satisfacer sus
necesidades básicas. Raros tiempos vivimos.
Pero seamos positivos, ¿Cuántos avances
se han hecho y cuántos se harán en un futuro?
No pretendemos que esto sea un
consuelo, ni una afirmación para conformarnos, sino más bien una premisa para
continuar avanzando, un momento de reflexión, en el cual debe
ser tenido en cuenta la participación
de todas las personas capacitadas, y aquellas que no están aún concienciadas deberían tenerlo en cuenta .
Todos somos importantes y necesarios en este
crucial momento de la historia; en el cual
las mujeres somos figuras
preponderantes, porque podemos y sabemos hacerlo; porque siempre lo fuimos en
el transcurrir de la historia aunque debimos encubrirnos detrás de nombres masculinos o
de nuestros cónyuges para poder participar en un mundo, tremendamente
masculino.
Este es el momento clave, este es,
según dicen algunos autores, el Siglo de
las Mujeres.
Siglo XXI, Siglo de las Mujeres.
¿Por qué hablamos del siglo de las
mujeres? Porque es en éste donde
comienzan a brillar definitivamente casi todos los roles que las mujeres
somos capaces de desempeñar, venciendo en forma permanente los
obstáculos que se nos van presentando
Podemos ser buenas esposas o amantes, madres, las mejores amas
de casa, trabajadoras y vivir variedades
de situaciones de una manera excelente,
sin desmayar y sin que los demás desmayen.
Pero este importante cambio de roles
que las mujeres hemos adoptado, solo han sido posible con la aceptación definitiva del hombre de la capacidad y el
derecho que tenemos nosotras de concretar
efectivamente estas responsabilidades ;a la vez que muchos aceptaron involucrarse con tareas que hace unos años eran consideradas exclusivas
del sexo femenino.
Todavía existen hombres que rechazan
estos cambios, así como existen
sociedades en las cuales las mujeres ganamos
menos por igual trabajo, o se nos exigen más requisitos para el mismo puesto, o simplemente
somos consideradas incapaces.
Nada de esto nos ha detenido, por el
contrario, en base a nuestro desempeño y
coraje, hemos logrado obtener posiciones, que a lo largo de
muchos períodos de la evolución
humana, nos fueron negadas.
Todos los días deberían ser 8 de marzo.
El Día Internacional de la Mujer es una fecha muy importante en la vida de todas las mujeres del mundo. Dicha
convocatoria, que tuvo lugar en 1911 en
Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza en sus primeros momentos, se ha
extendido desde entonces, a numerosos
países. Así, en 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) proclamó la fecha mencionada como Día Internacional por los
Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. La idea de un día internacional de la mujer surgió
realmente al final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el
auge del movimiento obrero; sin embargo es en al año mencionado que la Comunidad Internacional acepta definitivamente el Día Internacional
de la Mujer.
Muchos avances hemos obtenido desde ese
momento, sin embargo todavía tenemos muchas dificultades que resolver:
1. La
estratificación de género supone muchas desventajas para las mujeres.(es la
distribución desigualdad de riqueza, poder y privilegios entre los dos sexos)
Aunque
por lo general, nos hemos incorporado al mercado laboral, la mayoría
desempeña empleos administrativos en el sector servicios de baja remuneración
Además las tareas de ama del hogar
siguen siendo desempeñadas en su mayor parte por mujeres.
2. En
muchos puestos similares la mujer gana menos, y le requiere más esfuerzo que al
hombre.
3. Sin
embargo, las mujeres constituyen una
mayoría en las nuevas licenciaturas
universitarias, lo que nos ha llevado a competir en puestos que, tiempo atrás
eran solo considerados hombres...
4. Las
mujeres de minorías étnicas tiene mucho más dificultades de integración social
que las blancas.
5. La
violencia doméstica sigue haciendo estragos, pese a la cantidad de medidas tomadas por las autoridades, muchas mujeres son
invalidadas o muertas por esta causa diariamente.
Conclusión.
La mayor libertad que tenemos las
mujeres para realizar muchas actividades fuera de la casa ha tenido grandes
repercusiones sobre la sociedad. El acceso a la educación y la libertad económica ha cambiado
notoriamente la visión que queremos y necesitamos en la vida, y si bien , como
mencionamos, continuamos tropezando con
barreras que se oponen al
ejercicio de nuestros derechos no nos damos por vencidas.
La tolerancia, el diálogo y el respeto
mutuo deben ser los principales ejes
para sobrevivir en los tiempos que
corren, y es menester considerar que un hombre no es menos hombre por
traer a sus hijos de la escuela, y una mujer no deja de serlo por ocupar un cargo jerárquico en
una empresa.
Lo importante es poder integrar y
transmitir a las generaciones venideras la idea de diversidad, así como la
idea de que las estructuras sociales están en permanente
cambio.
Lograr que los jóvenes del siglo XXI lo
comprendan es un desafío que tenemos
todas las mujeres, pero también los hombres, ya que ante las complejas
situaciones sociales que vivimos necesitamos el apoyo de todas las personas que
integran la sociedad…
En un siglo que nos confunde cada vez
más, las mujeres vinimos al recate.
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