Lorenzo Soriano
Es sábado, viernes 4 de Diciembre y
estamos en territorio español. Estamos en el día del comienzo del típico "puente", casi un acueducto, típico
también de la particular y peculiar, "orgia" laboral española.
Esa sangría que, añadiendo a los días
de vacaciones semanales, y los dos días
semanales, a los autonómicos, y a los "especiales" se lleva más de
180 días laborales netos. Los especiales, los describiré para el que no quiera
entenderlo. El lunes de carnaval, entre el domingo y la apoteosis del martes y
el entierro de la sardina del miércoles, ¿qué patrono o empleador sería tan
estúpido de pedirles que vinieran a trabajar a sus empleados? Además sería
inútil, ya que las calles están cerradas y el acceso muy restringido.
Y en Navidades, y en Semana Santa, y
con las locales famosas como Fallas, San Fermines, y demás cuando caen como
este año o peor. Pues sí. Les cuento que estos días en una visita a un
ayuntamiento Local, me encontré con un lio armado porque dos funcionarias
habían sido expedientadas por haber reincidido en "optimizar el calendario laboral"
desde el primer día laborable de enero. Pues bien, el día del Puffff, es aquel
día como hoy, en el que he tratado de contactar con 7 personas con las que tenía
gestiones profesionales pendientes, y la respuesta unánime, empezaba por
!"....puuffff, es que....".
Y así uno tras otro se han excusado y
relegado la cita para dentro de dos semanas, la del 14 al 20 que ya es la última laborable en este curioso país.
Total, que como en Agosto, al final he cerrado mi oficina a las 12 y me he ido
a casa a pasear a mis perros. Claro que aquí, y por otra parte, no a todos les
toca esa lotería de 14 pagas por 170 días de trabajo a paga cada poco más de
doce días. Y además las cotizaciones sociales y los que tienen asuntos propios
y los que se dan de baja de vez en cuando porque están mal, lo que es
comprensible o porque lo permite simplemente la ley. Rematando el tema, comía
ayer con el director general de una cadena de Hoteles y me confesaba compungido
que el absentismo de este año, del que quedan unos días para terminar, rondara
una media del 12,85% de la plantilla. Deducirán ustedes el porqué de la
corrupción, el del paro mayor de Europa y occidente, el del cierre de cientos
de miles de empresas y pérdida absoluta de cierta industrialización del país.
Solo la empresa corrupta ligada al poder puede subsistir abrevando de lo
público. Con lo de Abengoa, a cuyos directivos despedidos, incluso Borrell les
facilito su multimillonaria indemnización, está claro que acabaremos pagando su
ruina. Aunque la tengan latente hasta las elecciones porque, echar a la calle a
10.000 empleados de los 25.000 que tiene sería desastroso electoralmente.
Comprenderán que así, difícilmente
podamos seguir, y menos competir en
Europa y con los mercados emergentes. Y los que vienen pretenden estrujar más
que Montoro ha hecho y trasladar más a los "ricos" y a las empresas.
Pues sí. El futuro es de color hormiga africana. Puffffff.
A reflexionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario