Víctor Yanes
España ama el dinero. España adora el
dinero. Cualquier otro valor humano vale menos que el dinero. El dinero es
Dios. El dinero es la aniquilación de todas las dudas. El dinero es, en España,
la cutrez, la humillante decadencia. España ama el dinero. En España se ama el
dinero, muchos intentarán engañar al prójimo para sacarle el dinero, es parte
de una de las grandes señas de identidad de una gran cultura que se remonta en
la historia. España es grande en su profundo carácter histórico, en la grandeza
impecable de su talento. España ama y vive esclavizada al dinero.
El patriotismo es el dinero. Las
cúspides elevadas del poder, detenidamente construidas desde que se silenciaron
los fusiles del dictador, han ejercido laboriosamente el oficio del éxito. La
democracia publicitaria. La democracia planteada como un absoluto vaciado de
contenido auténtico. Quizá, en un primer momento la fuerte marejada del cambio
asomó su entusiasmo, pero los intereses en la construcción de una subcultura
del éxito político y la vanidad sin ningún tipo de límites, estableció un nuevo
orden, que nada tiene que ver con los valores democráticos.
Las élites sólo hablan de dinero, la
deshumanización de la política contribuye al nulo poder decisorio de los
ciudadanos, que observan, muchos con una indiferencia que está a punto de
caducar y otros con una envidia tan transparente que duele. Algunos mileuristas
quieren ser parte de las élites, el delito (fiscal) es parte de la cultura de
las élites políticas, más allá de la moral y de
la valoración de cualquier tipo de
justicia social, que pasa a ser puro adorno. La pertenencia a la gran
clase política para justificar el atropello.
España ama el dinero. España adora el
dinero. Las urnas esperan, como un recipiente de plástico o de cristal, el
próximo día 20 de diciembre. Sólo tenemos ahora las urnas, las benditas y
sagradas urnas. La voz de la papeleta para deconstruir el presente, señalar y
cuestionar los estilos de vida del demoledor abuso de poder. España ama el
dinero. El poder ama el dinero, España es para ellos, lo de menos. España está
a tiempo, su talento legendario e indiscutible es una seña de identidad mucho
más allá del amor por el dinero.
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