UN MUNDO DE MOTIVACIONES
Antonio-Pedro Tejera Reyes
Las tradiciones en la fiestas navideñas
y de fin de año-año nuevo, un marco de incentivos para el desarrollo del
turismo que debe saber aprovecharse debidamente.
Fin de Año en el gran Hotel
Botánico, Puerto de la Cruz, Tenerife, Islas Canarias. El autor de esta
crónica
(i) junto a Christopher Kiessling, vicepresidente del grupo empresarial
propietarios del
hotel, del Loro Parque, del Siam Park y promotores del parque
acuatico en construcción, en
Gran Canaria, Poema del Mar, uno de los mayores
del mundo..
El movimiento viajero en las fiestas navideñas y de fin de año-año nuevo, lo estamos presenciando con un espectacular avance cada año que pasa. El viaje se ha hecho ya tradicional para estas fechas, y los más remotos destinos turísticos del mundo compiten en sus ofertas para atraer a un contingente de turistas que sueñan con los más sofisticados lugares para pasar estas señaladas fiestas.
En todos los lugares se buscan los
incentivos necesarios para atraer un turismo sediento de emociones, que busca
evadirse de la vida cotidiana para solazarse en unos breves días entre las
diversiones sociales y la gastronomía, como un atractivo generalizado de
un amplio poder.
Así, vemos los reclamos publicitarios
que anuncian, cenas, banquetes, bailes espectaculares, todo ello unido con
brillantes espectáculos, sin que en estas generosas ofertas falten hasta los
cruceros marítimos, aún en lugares en que la climatología no parece la adecuada
para estas celebraciones. Así, la nieve y el frío participan de lleno en unos
programas que son aceptados por millones de turistas que se desplazan de un
lado a otro del mundo, cargados de sus ilusiones y esperanzas de un encuentro
con un ambiente propicio para hacerles olvidar su vida cotidiana, sacándoles
del marasmo de una vida metódica en la que las emociones y las singularidades
son una carencia.
Las grandes ciudades son puntos de gran
atracción, y sus lujosas joyas alojativas y sus sociedades de recreo son
lugares apetecibles donde se pueden disfrutar de los más excelentes programas.
LA GASTRONOMIA A ESCENA
Ahí, en ese escenario donde la
motivación puede ser desde la langosta a la termidor, el pavo relleno, o la
humilde hallaca, está uno de los mejores secretos para una seria promoción que
llena el ambiente publicitario de un lado a otro del mundo, con ofertas y menús
que buscan los clientes haciendo alarde de variados recursos, como pueden ser
el origen y la calidad de sus géneros, los precios, el servicio, e inclusive el
chef que preparará el banquete ofertado.
No faltan ahí, las novedades –
llamémoslas exóticas – como el caso del “pisco navideño” que ahora vemos ofertado
desde Perú. Todo un dechado de imaginación, donde el acompañamiento puede estar
centrado en un buen programa de atracciones con un personaje de moda, un famoso
mago, la presencia de un reputado artista, o la subasta o sorteo de algún
preciado objeto de lujo que puede llegar incluso hasta un automóvil…Todo es
válido a la hora de promocionar una fiesta de fin de año.
El papel de la gastronomía en este
panorama es fundamental, y la acreditada cocina de los ofertantes puede ser la
base que decida a la hora de escoger el lugar de la celebración.
Las recatadas fiestas navideñas, en el
marco de la uno de los lugares turísticos más importantes del mundo, como son
las Islas Canarias (más de trece millones de turistas el año 2015) tienen su
asenta-miento principal en sus múltiples hoteles, cuyos alojamientos se
encuentran al 100% en esas fechas debido a su cercanía a una Europa fría y
nublada, frente a una climatología que en las islas anda diariamente rondando
los 20 grados centígrados, y con un sol casi continuo.
La variedad de sus menús, su excelente
presentación, el tipismo imperante en muchas ocasiones, y la calidad de sus
géneros gastronómicos, carnes, pescados, quesos, vinos y licores, hacen las
delicias de unos visitantes que se rinden ante este escenario, repitiendo
muchos de ellos, su visita cada año.
LAS FIESTAS DE FIN DE AÑO
Con los mejores atuendos y un
sentimiento contagioso de alegría, el mundo exterioriza su puesta en escena en
estas festividades, donde los hoteles de lujo lucen sus mejores galas, como es
el caso del emblemático Gran Hotel Botánico, en la Isla de Tenerife, donde han
pasado las más prestigiosas y afamadas figuras mundiales, desde el mítico
Mickel Jackson, hasta los Reyes de España, ofreciendo sus excelencias para
posicionarse en estas fiestas como un punto especial de destino.
En ese ir y venir del turismo que comentamos, el disfrute de estas efemérides nos ha llevado a calibrar los valores de los grandes hoteles, hasta el propio Palacio Imperial de Hofburg, en Viena, en sus fiestas de fin de año, lugar al que tenemos el añorado recuerdo de haber colaborado desde el año 1971, en la decoración de sus salones para el Kaiserball, con el envío desde Canarias de 20.000 claveles rojos y blancos, como la bandera de Austria, gracias a la especial colaboración de las autoridades canarias de aquel entonces, que entendieron el punto estratégico que supone esta importante manifestación social como lugar ideal para promocionar un turismo de calidad.
Hace unos pocos años conmemoramos allí,
en ese escenario del Palacio Imperial de Viena, los cuarenta años de esta
gesta, con una especial invitación, que nos llevó a conocer como alrededor de
todo este acontecimiento del Kaiserball, se ha desarrollado un imponente
programa turístico revalorizando toda la
historia de la nación, en una generosa oferta cargada de un simbolismo que hace
enmudecer a los visi-tantes ante el Museo de Sissi, sus lujosos palacios, sus
míticas calles, restaurantes y tabernas donde asistían los más célebres de sus
músicos y hombres de letras… todo ello cargado con el fondo musical de los
valses de los Strauss… Una maravilla para embelesarse…
América tendría mucho que decir a todo
esto, y su aprovechamiento para una promoción turística. Propusimos
públicamente una celebración acorde con la época colonial, en el Gran Hotel
Bolívar, de Lima. Creemos sería un atractivo de alto poder para la ciudad,
institucionalizar algo similar al Kaiserball. El marco está ahí. La historia lo
reconoce. Habría que impulsar los medios necesarios para una acción que sería
totalmente rentable. Un baile de época puede ser un atractivo muy singular...
El mundo de la ilusión no descansa y el
turismo busca las singularidades… Algo inigualable…
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