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miércoles, 13 de abril de 2022

RECUERDO DE INFANCIA, LAS CUEVAS, EL CAMPO, Y CANALES

José Peraza Hernández

Recuerdo de mí niñez, recordando, allá por los años 1960. Los niños de la Calle de nombré General Franco, y por último calle La Alhóndiga. Del Realejo bajo. Este lugar de juego se centraba, junto al barranco Godínez, y la Carnicería, donde está la Academia de música.

En este campo, llevaba por nombre y era conocido cómo barranco Godínez, era el campo donde se venía desde los años de antaño, a jugar el Realejo, jóvenes del Colegio de San Agustín, Particos que se jugaban de campeonato de Aficionado. Este terreno, era de arena y piedra, muchos perdimos, y perdieron muchos el dedo grueso del pie, cómo las uñas, donde, debes de darle a la pelota, le dabas a una piedra, tiempos, tiempos aquello.

Otro de los temas, era que un costado del campo, era una larga y mayor de largo del campo, era inclinada, por donde pasaba un gran canal de agua, todos era de matojos, cañaveras, overoles y tierra y flor, cómo tuneas, los cabreros llevaban sus cabras para que comieran, bajaba el campo tuneras higos, tierras como piedras. Ya no digo nada cuando llovía. Pues antes de cada partido había que retirar, todo lo que caía.

Del canal para arriba, había huertas, unas de plátanos, millo, papa cómo verduras las casas, etc.

Visto la situación, los dueños de las fincas, se pusieron de acuerdo, para poder hacer una cueva, de bastante largo, con el fon de pasar por él, para ir al final del barrando a cambiar las torna u o dulas. Estos vecinos decidieron reunirse, porque ellos vivían en la calle de la Cruz Verde, tenían que bajar todo ese recorrido, llagar a la calle la Alhóndiga, subir todo el barranco Godínez, para llegar, primero a pasar por el campo, subir por un costado de varias huertas, para llegar al final de barranco, con el fin de controlar las tornas y proceder hacer los cambio. Recuerdo que había un canal qué, cruzaba, ha todo lo ancho del barranco, el que era sujetado por grandes columnas de cemento. Las personas, como los chicos, pasaban sobre él, caminando sobre los bordillos de canal.   

Los vecinos se pusieron de acuerdo, para hacer un camino, pero el caso, que de entrada era algo imposible, la única forma era hacer un túnel. De esta manera se bajaba junto a la Cruz Verde, para llegar a la boca del mismo. El material, no era muy duro, s cómo zahorra de color negra, según se iba avanzando, iban abriendo unos huecos, que daban para el barranco, esos ventanales, le servía para lanzar el escombro, para tomar el aíre, y daba algo de luz.  De esta manera, podían seguir avanzando, no tenían que sacar escombro. De esa forma, fueron avanzado hasta llegar al otro extremo. Luego, ya solo bajaban unos escales de piedras, hasta llegar al fondo el barraco, para llegar al camino, para hacer el cambio de tornas.

Tengo que decir que, que detrás de la portería la que daba hacía el Realejo de Alto, se encontraba una cueva, pero esté era de piedra rocosa, esta cueva, nunca llegue hasta su final. Era una cueva que la faltaba, el aíre. En está cueva, había que entras con antorchas, linternas, velas etc. Según me llegaron a comentar, personas mayores, esa cueva, pasaba de la plaza de la Iglesia de la Concepción, otros me decían qué, podía llegar a la finca de Los Príncipes.

Ahora pasamos al lugar conocido, por el camino de las Tenerías, la que se encontraba en la calle General Franco, luego paso a llamarse calle alhóndiga. Por este camino, ibas a parar a las Cañitas, y si continuas llegaras al Realejo Alto. Desde las Cañitas, o de la carretera que le decíamos carretera de la Charca, veíamos el campo del barranco, todas las laderas, y como no podía ser de otra manera, se veía los ventanales de del túnel. Como el barranco, los canales, que pasaban por la finca de don José de Iglesias, que era el encargado de toda la finca de Los Cuartos, que lindaba con el camino de las Tenerías.

La cueva de las tenerías

El camino de las Tenerías era un camino de tierra piedras y hoyos, por donde pasan las bestias, para cortar caminos, o porque iba a la herrería de Erasmo. De la otra manera, había que ir algo más, se encontraba el camino de Siete Fuente, camino que iba a desembocar a la carretera general que iba para sabiente, cómo la isla baja.

Varios metros más allá, nos encontramos junto al Colegio de San Agustín, se encuentra la calle de nombre “Calle La Virgen”, la que daba salida a San Agustí, cómo a la Cascabela, Las Cañitas, cómo al Realejo de Arriba.

Recuerdo qué, a la entrada al camino de Las Tenerías, se encontraba don viviendas, una a la derecha, era una vivienda, donde en la fachada se encontraba una cruz de Madera, donde vivía, uno de los hermanos de los argelinos, recuerdo al amigo y conocido cómo Pepe “El Cubano”, quien tenía la venta en la en la calle alhóndiga.

Al otro costado de dicha Tenerías, vivía don Tomás, conocido por “El Peleta”, esté, era de profesión de zapatero, con él, trabajaba un hijo de nombre Pepe. Quien era músico de la Banda Municipal de Realejo Bajo. Su otro hijo, de nombre Rufino, esté era también músico de la misma banda, a partes esté, tambien tocaba en aquella época, lo hacía en Orquetas. Rufino, en el día, trabajaba en el patio de su casa, haciendo lejía, la repartía en una furgoneta, por el valle y hoteles etc.

Recuerdo que nos comentaba, chicos búsqueme botellas vacías, y se las pago a perra.

Seguimos más arriba nos encontrábamos otra vivienda, de la familia conocida por los “Cachimba”.  Seguidamente, nos encontramos, con la finca y una gañanía, de propiedad de don Juan, conocido por “El raja tabla”.

Seguidamente nos encontrábamos con la casa de Erasmo y su herrería. Persona que también tiene su historia. Continuamos, seguimos camino hacia arriba y nos encontramos con un moro, donde termina la finca de Juan, y continúa con la finca de los Iglesias.

A cuarenta metros más arriba, nos encontramos con la boca de la cueva, la que es, de materias de zahorra blanca. Por cruza un canal de agua, que bien pasando desde el barranco Godínez, pasado por toda la finca ya mencionada.  El canal que pasa por dentro del túnel es de unos 60 centímetros de ancho por 50 de altura, donde el agua es calentita. La cueva, fue bien trabajada, tenía buena altura, y una separación, retirado del canal, aproximado un metro y medio. Pasando unos 15 metros de la entrada de la cueva, había varias cuevas más, que fueron hechas para sacar zahorra, las que no tenías salida.

Está cueva, tenía salida, donde el canal llegaba su salida al barranco, que pasaba por debajo de La Cascabela, donde se encontraba la finca de don José María Chávez Rojo, donde dicho canal, continuaba en dirección para La Carrera, y El Jardín.

Está finca se encuentra, donde está hoy La Avenida Canaria, esto era un gran barranco y bastante profundo. Donde para cruzar, al otro lado del barco, había un puente de madera, para cruzarlos cargado con sacos de papas a hombres.  Tiempo, tiempos.

Tengo que decir qué, dentro de esta finca, la que yo conocí bastante bien. Se encontraba dos cuevas más, de material de risco, el que daba en dirección a la altura del Cine Teatro Realejo, donde en esa zona había varios canales. Y la otra cueva, se encontraba enfocada en dirección hacia la plaza del Carmen y la Farmacia junto a la plaza de las Flores.

Pues estos es una pincelada de los que fue en aquello años, y que hoy ya no existe.

Estas son las cuevas que he podio recordar el entorno más llamativo.

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