Lluis Mesalles, conferenciante en la Universidad de San Marcos, Lima, Perú.
Nos trasmitía ilusión. Esa ilusión que solo se puede trasmitir si verdaderamente uno la siente. En los últimos tiempos nuestra relación era una constante ida y vuelta de ideas, reflexiones y comentarios, especialmente relacionados con el acontecer turístico mundial y la situación de nuestra Venezuela. Si, nuestra Venezuela, porque Luis nunca olvidó lo que Venezuela le supuso en su vida, y aquí, en el sector de Lecherías, Barcelona-Puerto la Cruz, tenía una morada.
En nuestras
últimas conversaciones tratamos del viaje que tenía pensado realizar a este país
desde hacía algún tiempo. Quería venir en Enero pasado, pero las circunstancias
no lo aconsejaban. La visita estaba pendiente. Nos íbamos a reunir para seguir
planificando el proyecto que nos ilusionaba desde hacía ya algún tiempo sobre
el desarrollo del turismo en Venezuela. El cual teníamos ya bastante avanzado.
Nuestro último contacto físico ocurría en una memorable ocasión en la FITUR – hoy inolvidable recuerdo persistente en nuestra retina – donde tuvimos una larga reunión con otros dos connotados ilustres personajes del turismo mundial nacidos – como Luis – en el imperio que creó D. Jose Meliá Sinisterra: las empresas MELIÄ. Ahí, en el Hotel Meliá Puerto la Cruz, en el Estado Anzoátegui de Venezuela, nacería esa vocación de servir al desarrollo del turismo mundial que en esa recordada reunión fue todo un pacto irreversible que persistió incólume, y en el cual Jesús Felipe Gallego y Alfonso Munk, fueran participantes de excepción.
Años de intenso trabajo y cientos de trabajos periodísticos producidos por Luis alrededor del desarrollo del turismo mundial, que nos llevaba de un lado a otro, siempre sin olvidar nuestros principios básicos, trabajar por su desarrollo sabiendo lo que significa para la calidad de vida de los pueblos, la consecución de la paz, y su imponente repercusión que tuvimos la suerte de vivir de cerca, tanto en la España de las post-guerras, como en esta Venezuela donde la puesta en escena del Hotel Meliá Puerto la Cruz, marcó un antes y un después, no solo en esta zona del oriente del país, sino en todo el territorio nacional, donde se convertiría en una preciada meta a visitar por el incipiente turismo de aquellos años setenta del pasado siglo, donde Luis Mesalles fuera uno de sus principales maestros responsables de aquella memorable operación que cambiaría sustancialmente la imagen de Puerto la Cruz.
En lo personal,
se nos atropellan las palabras para reflejar lo que Luis significó en nuestra actividad literaria,
pues su más que extraordinaria atención a nuestros trabajos, sus comentarios y
sus recomendaciones, nos faltan palabras para agradecer el valor de las mismas
que, una y otra vez, acudían a tiempo para precisar situaciones, profundizar
en delicados temas, o abrir las puertas de la esperanza ante los complicados
momentos que el turismo ha tenido que soportar en todo el mundo, sobre lo cual
sus conocimientos y experiencias nos servían para impulsarnos en nuestros trabajos.
EL PERIODICO
DEL TURISMO, una creación que viene desde NUESTRO TURISMO, con 25 años de
existencia, publicó una enjundiosa secuencia de la vida de este ilustre querido
amigo, de la cual recogemos, unas sentidas líneas que con una emoción contenida
reproducimos:
“Desde la humildad fue parte importante de la historia
del turismo. Su experiencia en tres de los cinco continentes estaba ligada al
desarrollo profesional de la hostelería. Una hora con él equivalía a un máster
en administración turística. Todo un recorrido que le hizo ganar el apodo de
“El predicador”. Una fascinante historia a la que hoy queremos rendir homenaje.
Hay personas que son indispensables en una actividad; Lluís era un luchador,
empedernido defensor y promotor del turismo en su máxima expresión. Ahí estaba,
en cualquier rueda de prensa, en una presentación, en un evento de promoción de
un destino o en una ponencia fuera en una feria, en un foro universitario o
apoyando a un organismo público. Su capacidad de empatía le hizo conectar con
mucha gente, en muchos países; era próximo y cercano, por eso, ha dejado una
pléyade de amigos que reconocen su persona y que, quien más quien menos, tiene
algo que agradecerle.”
Sumidos en la tristeza de la pérdida de este insustituible gran amigo, seguimos sus pasos en el intento de perpetuar su memoria haciendo todo lo que podemos difundiendo el valor de la profesionalidad en el turismo, como una base fundamental para conseguir la elevación del nivel de vida de la población mundial en todos sus aspectos. Honrar la memoria de este gran personaje y fiel amigo, Luis Mesalles, es hacer justicia.
Antonio-Pedro Tejera Reyes
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