Todos sabemos lo que ocurrió en Dallas el viernes 22 de noviembre de 1963. Pero no me interesa resaltar de esta fatídica fecha la muerte de la persona, sino la maldición que cayó sobre la ciudad. Mucho tiempo pasó hasta que por fin se vio libre de ser llamada la ciudad que mató al 35 presidente de los Estados Unidos. Una victoria en fútbol americano y una telenovela bastaron para enterrar al fin el maleficio.
Pasarán muchos años, pero muchos, para que Sánchez pueda quitarse de encima el estigma de ser el presidente español que se cargó el Estado de derecho, el sistema del 78, e impuso una dictadura blanda dentro de la Unión Europea.
Nosotros, hoy, a esta hora, y en las que vendrán, somos Josef K. en "El Proceso". No entendemos nada, y sólo podemos preguntarnos ¿por qué?, ¿por qué? ¿Qué he hecho para que se coman ustedes mi desayuno y me impidan seguir siendo libre?
Se habla de la política aburrida como un bien sagrado que España ha perdido y comienza a recuperar Italia, por ejemplo.
Nada hay menos aburrido que el horror.
Jamás en nuestra larga historia como una de las naciones más importantes del mundo, jamás digo, se ha visto España en una situación tan indigna. Ni siquiera en 1898 con la pérdida de las últimas colonias, la Nación se sumió en esta oscuridad. Sí, nos quedaba el protectorado español de Marruecos, Infi, el Sáhara y Guinea Ecuatorial. Pero todo había llegado a su fin.
Hoy ha abierto la boca la mamba negra sanchista para vomitar todo el veneno que lleva dentro. Lo ha hecho entre corderos burgueses, populacho al fin y al cabo que no tiene alma y es capaz de matar a la madre (España) para recibir del becerro de oro las migajas que conviertan en apacible la democracia de sofá que se han ganado con felonía, violencia, vasallaje y ejercicio de la prostitución.
Hoy el Liceo es un gran prostíbulo.
Hablan de concordia, de corazón, de futuro, de paz, de convivencia común, y estas palabras, repito, salen de la boca del amo del burdel.
Nunca antes España había sido llevada ante un patíbulo.
Hoy Sánchez anuncia su muerte. La muerte de la vieja nación y promete una nueva España.
Mañana, con la aprobación del ¡viva la muerte!, porque eso y no otra cosa es lo que la mamba negra sanchista nos echa encima, se habrá consumado la traición.
Nuestro Gólgota nos espera.
El Liceo, hoy, lleno de alimañas que pretenden convencernos de que el no a los indultos es antinatura, es la nueva España que profetiza Sánchez.
¿Se acuerdan de este memorable momento de "La gata sobre el tejado de zinc"?
"¿A qué huele esta habitación? ¿No lo has notado
Brick? ¿No has notado el fuerte y repelente olor a mendacidad que hay en esta
habitación?”.
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