Lorenzo de Ara
"El PP está fuera de la democracia. Nunca más volverán a gobernar España”.
Palabras así salen de la boca infecta del vicepresidente del Gobierno.
También las piensa y las pronuncia el lugarteniente Echenique. Un ser repugnante que en la Argentina peronista se moriría de hambre y se arrastraría por las calles de los arrabales.
Aquí, menos mal que aquí, en esta España fascista y monárquica, el Robocob del horror puede disfrutar de su Dolce Vita particular. Me alegro.
Eso sí, mientras, el resto de los mortales, llámense emprendedores, clase media y trabajadora, subsisten en la más absoluta miseria, con el hambre llamando a la puerta, con el temor de ser encarcelados, maniatados, metidos en zulos, gulags, checas.
El arma que hoy hace posible que la violencia no riegue las calles se llama BOE.
Mientras el BOE esté en las manos del psoe, Unidas Podemos, Bildu, ERC, PDeCAT, PNV, Juntos por Cataluña, BNG, etc, todos ellos seguirán vendiendo que son portadores de la nueva verdad, de la nueva democracia, del nuevo bien universal.
Son, por supuesto, hacedores del horror.
Pero cuando pierdan el BOE, entonces prepárate español. Ese día dejarán de amenazar. Sin el BOE en sus manos, la ETA regresará y, bajo esas siglas tendrán cabida todos y cada uno de los enemigos de España.
Ayer, por primera vez en 42 años de celebración del alumbramiento de la Constitución, el presidente de España se negó a responder a los periodistas.
Una tiranía se afianza día tras día.
Medios de comunicación arrastrados y profesionales sin dignidad se convierten en peones de la tragedia que ya se mastica.
Nunca verás a España convertida en un escenario balcanizado. Jamás.
Pero sí tendrás que convivir con los grupos violentos de la extrema izquierda (incluye en ella al psoe), que tomarán las calles y fomentarán el regreso de los escraches, la kale borroka, así como el intento de hacerse con la representación de la soberanía popular mediante el asalto al poder.
Hoy ventilan el odio hacia las Fuerzas Armadas.
Nuestro ejército, que tanto ha contribuido a garantizar el bien de España y de los españoles, figura hoy entre los objetivos a destruir. Esos hombres y mujeres lo han dado todo para salvaguardar la Constitución del 78.
Defender la integridad profesional de los 170 mil militares no es asunto baladí.
Apostaremos siempre por la democracia, pero nunca desfalleceremos en la defensa numantina de la ley y el orden, porque sin ley no hay libertad que valga. Sin ley no hay bien común. Sin ley no hay futuro.
Cuidado cuando a través de las urnas se consiga la victoria. Y llegará ese día.
Pero en ese instante, a esa hora, los que hoy nos mandan perderán el BOE, y entonces sí correremos verdadero peligro.
Pero la
cobardía no se contempla.
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