Antonio-Pedro Tejera Reyes
El
impresionante movimiento socio-económico que han producido las medidas
preventivas que se han tomado para combatir la epidemia covid-19, tiene
convulsionado al mundo entero, pues si bien en China y otros países de su área
el tema sanitario lo tiene resuelto, no cabe duda que en el aspecto económico
su desarrollo está sufriendo una profunda revolución. A los hechos nos
remitimos.
Parece
entonces consecuente que los que hasta ahora han visto de lejos – y lo siguen
vendo – el movimiento turístico como algo solamente relacionado con el negocio,
enfoquen sus comentarios hacia este punto, sin considerar para nada el
transcendental valor que el movimiento de personas - el turismo – tiene como factor determinante
de la paz mundial, sin entrar en todo su excepcional valor que ha llevado a la
humanidad a disfrutar del “estado de bienestar”, como ha ocurrido en los
pasados años en muchos países europeos, donde podemos poner de ejemplo a España
o Italia, para no insistir en un tema que ha estado a la vista de todos,
Que este
“estado de bienestar” se haya quebrado de la trágica forma que lo ha hecho, es
solo culpa de gobernantes ineptos, y sus satélites vividores, que no han sabido
disponer los recursos que el turismo ha generado para aplicarlos al bienestar
social de sus países, como ahora ha quedado demostrado con la aparición en unos
pocos meses de unas poderosa vacunas - no solo una sino varias, y las que
quedarán - que demuestran sin ningún género de dudas que la sanidad mundial
tenía los recursos suficientes para haber evitado desde el primer día de su
aparición, toda esta tragedia que ha arruinado al mundo. No a todo el mundo,
por supuesto, pues datos publicados indican que “los bimilenarios han aumentado
su capital en un 13% solo en unas pocas semanas”.
Lógico
entonces que los que solo han visto el turismo como el maná para su
aprovechamiento, lo vean como un negocio e ignoren el valor extraordinario que
el movimiento de personas tiene para el desarrollo de su cultura, su nivel de
vida, convivencia social, etc. etc. “El turismo es riqueza para la persona,
para la familia, para la comunidad, para el mundo entero” (OMT 2003)
Es consecuente
entonces, que estemos enfrascados en la lucha permanente de llevar al
conocimiento de los pueblos del mundo este sin igual valor del movimiento de
personas – el turismo – que no nos cansamos de repetir, recogen los principios
rotarios desde hace más de cien años: “El conocimiento mutuo y la amistad como
ocasión de servir…la buena voluntad y la paz entre los habitantes del mundo
unidos en ese ideal” …
Nada
sorprendentes las consecuencias de todo este entramado – “entre el altruismo y
el negocio” (Wilfredo Wildpret, dicit) – donde ya las grandes empresas se
apoderan de las pequeñas que han logrado no desaparecer, con noticias impresionantes
todos los días como es la venta de más de cien hoteles en las Islas Canarias,
en algunos casos a precios realmente increíbles.
La más que
preocupante situación en la que el mundo se encuentra natural-mente tiene su
propio origen en esa visión comentada, de considerar el turismo como un
negocio. Volvemos: a los hechos nos remitimos.
Se hace
necesaria una campaña mundial para preparar personal que sepa enseñar, difundir
y propagar, los verdaderos valores del turismo Un personal consciente que esté
imbuido con honestidad y honradez, de la necesidad de esta toma de conciencia
de la necesidad del conocimiento, para conseguir el mundo de la comprensión y
de la paz, que todos deberíamos desear.
Una indiscutible realidad, frente a la ineptitud, la ignorancia, la avaricia y la corrupción que domina al mundo de hoy.
Grupo de
Expertos de la Organización Mundial de Turismo. De las Naciones Unidas.
Pluma de Oro
de Rotary Internacional. Puerto de la Cruz, Tenerife, Islas Canarias.
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