Antonio-Pedro Tejera Reyes
y a veces
lloro sin querer…
Rubén Darío.
RECUERDOS DEL
PASADO
En la emblemática Plaza del Charco, de Puerto de la Cruz, isla de Tenerife, ciudad donde nació el turismo en Canarias, celebramos varios años pasados el tradicional Almuerzo de Navidad, que todos los años organizábamos con profesores, alumnos y amigos de nuestro programa mundial relacionado con la formación profesional para llegar a ser un exitoso gestor en el sector del turismo mundial.
Mensaje de Navidad, difundido al mundo entero, desde nuestro particular lugar de trabajo, en Venezuela.
“Contra la
adversidad, el método más afectivo ha sido siempre y será, el trabajo. Nada
puede sustituirle. Es la base de la vida. Sin esa fuerza impulsora del mundo,
es imposible cualquier avance positivo. Trabaja”
Banquete de
Navidad, que se celebraba anualmente con los alumnos iberoamericanos que
seguían sus estudios de turismo en Canarias, programados dentro de los esquemas
de la Universidad para La Paz, de las Naciones Unidas, y nuestro instituto
superior de dichos estudios nacido en las islas en el año 1971.
El año 2011, estuvo señalado por la presencia de alumnas francesas procedentes de un instituto de París, íntimamente relacionado con su alcaldía, quienes resaltaron con su aportación, la fraternal unión de nuestros continentes América-África-Europa, en una animada fiesta después de asistir a la lección magistral del profesor Francisco Vicente Rodríguez, sobre LA IMPORTANCIA DE LA GEOGRAFIA Y LA HISTORIA EN EL DESARROLLO DEL TURISMO. Hecho de excepcional importancia hoy, cuando el Covid-19 ha aparecido para sumir al mundo en la más espantosa tragedia conocida, de la cual saldremos marcados ya de por vida.
Puerto de la Cruz, Tenerife, Islas Canarias. Navidad 2011. El grupo de estudiantes iberoamericanos que seguían estudios en nuestro Centro Internacional de alumnas de Estudios Turísticos de Canarias, aquí ya con alumnos europeos incorporados, procedentes del ayuntamiento de París, un proyecto abortado “in misericorde” que se consideraba el mejor del mundo para la formación profesional turística.
En ese acontecer todo lo que sea unión, reconocimiento de valores y comprensión entre los pueblos del mundo, será una auténtica necesidad ineludible que deben seguir con todo rigor los gobernantes en cualquier estamento que se encuentren.
La brasileña, Nashacha García, en sus estudios en Tenerife, aprovecha ampliar sus conocimientos con el tallado de frutas, en el curso que se impartía en nuestro Centro Internacional de Estudios Turísticos de Canarias, en las fechas navideñas.
Presentes nos
quedan las estampas de los trágicos momentos que soportamos viendo desaparecer
de forma inminente, “in misericorde”, y sin ningún tipo de defensa posible,
este señalado programa de formación profesional para el turismo, que en algunos
momentos oímos como en la propia Organización Mundial del Turismo, le
calificaban como el mejor del mundo. Era el fruto de una larga labor de más de
cuarenta años de investigación, que se llevó a la práctica, con el fin de cubrir
las necesidades del conocimiento para participar en el mundo entero en algo de
tanta importancia vital para La Humanidad, como es el desarrollo del turismo.
Algo muy difícil de entender para aquellos que generalmente sus conocimiento-tos
“académicos” no van más allá de “la punta del muelle” como decimos en Canarias.
LA NAVIDAD EN AMÉRICA
Luz y colorido de navidad en la insuperable Playa de Copacabana, Río de Janeiro, una de las principales ciudades americanas donde impartimos nuestras lecciones de turismo – Universidad Estacio de Sé – sin descuidar nuestros idílicos paseos de día y de noche, por esta joya turística del monumental Brasil.
Recogiendo los
cientos de informaciones de este variado calidoscopio de alumnos que visitaron
Canarias en esas señaladas fechas, nos encontramos ante un panorama de
auténtica variedad de motivaciones que dan contenido a estas fiestas en los
distintos países de América donde existen tradiciones ancestrales muchas de
ellas sin referentes históricos por su antigüedad milenaria. Lo que es una
constante en el espíritu de recogimiento, de paz y de alegría que esta época
del año propaga por todo el mundo y que en este largo continente tiene las más
variadas celebraciones.
Desde Argentina hasta Canadá, no queda un solo país, ni un rincón de América, donde no estén presentes tradiciones y ritos que acompañan la celebración de la Navidad.
Capiovi, Misiones, Argentina, hermosa anidad con entrañable simbología floral
Vamos a reseñar solamente como ejemplo México: un país de enorme tradición católica donde la celebración del nacimiento de Jesús, tiene un muy especial significado, con vivencias ancestrales que marcan la significación de una cultura religiosa que hemos tenido durante años la oportunidad de comprobar a través del mítico cine mexicano.
Junto a los
tradicionales “belenes”, “pesebres”, o “nacimientos”– como se denominan
largamente las representaciones del “portal de Belén”– en México es tradicional
la piñata navideña, al parecer una importación de Italia arraigada fuertemente
en la cultura popular del país, piñata la cual se realizaba dando forma a una
pieza popular mediante papelillos de colores y rellena de pequeños elementos,
generalmente recreativos y golosinas. Colgada a una prudencial altura, un
personaje con los ojos vendados rompía el citado elemento ante el jolgorio de
todos los concurrentes.
Así las representaciones vivientes del nacimiento del niño Jesús están arraigadas desde tiempos remotos.
Las muestras de la artesanía popular en toda Iberoamérica, tienen un máximo exponente en la representación del nacimiento del Niño Dios, con originales retablos imaginativos, de los cuales conservamos varias piezas en nuestro “museo-turístico” particular.
La famosa piñata navideña mexicana de los 7 picos, un rito ancestral que significa los 7 pecados capitales.
Un ejemplo vivo de estas festividades arraigados en nuestra América, que hemos tenido afortunadamente la oportunidad de conocer.
UN MUNDO
DESCONOCIDO
Las decenas de alumnos que pasaron por las Islas Canarias, en esos años 1999-2011, procedían de todos los países de Iberoamérica – con alguna excepción – alguno de EE.UU., Japón y Senegal. Un mundo desconocido que hacía temblar de emoción a nuestros brillantes profesores a quienes teníamos que estimular durante sus exposiciones, con la perspectiva que se les presentaba de mostrar sus conocimientos ante un selecto grupo de interesados participantes graduados todos en turismo en sus respectivos países, que viajaban a Canarias, con la ilusión de conocer en vivo los poderes del movimiento turístico, sus fórmulas para saberlo desarrollar y, fundamentalmente, los más exitosos modelos para su gestión.
La gastronomía navideña europea, nos muestra este delicioso y adornado cochinillo, en una célebre taberna austriaca. F/Tejera Reyes.
El tradicional pavo navideño, un plato presente en los países iberoamericanos, en sus más clásicas variantes.
Los resultados de esta gestión están reflejados en cientos de trabajos, y en una larga serie de reflexiones, consideraciones y opiniones, presididas por las notas de agradecimiento que alguna vez llegó hasta adquirir expresiones “como la de haber cambiado su vida, después de la experiencia vivida en nuestros increíbles programas”.
La aportación
de nuestros ex alumnos – hoy mucho de ellos jubilados después de una exitosa
vida laboral – fue decisiva para la organización y ejecución de estos
programas. Ellos eran el soporte de todo, con ese conocimiento que les habíamos
inculcado desde las aulas y que más tarde les convirtieran en serios y honestos
profesionales, algunos de ellos empresarios de éxito, dirigentes comerciales, y
hasta políticos renombrados cuyos casos han sido notorios en las islas, algunos
con proyección internacional.
En ese mundo
de ilusión, logros y constancia, no podía faltar el pecado capital de la
envidia, mucha de ella sana, como la de algunos miembros de otros países que
nos felicitaban por la forma en que habíamos conseguido la comunión
empresa-centro educativo, algo que en sus países era una auténtica utopía.
Difícil y complicado un trabajo de largo alcance, que tuvo que nacer treinta años atrás con unos parámetros que iban soñando con un futuro que llegó, dejando muchos “muertos” por el camino, pero que formó una pléyade de personajes que cuando llegaron a la cúspide de las empresas sabían lo que tenían que aportar para que las jóvenes generaciones se integraran en sus equipos con el conocimiento y la experiencia necesaria, tanto para sí mismos, como para el movimiento mundial del “turismo que es riqueza para la persona, para la familia, para la comunidad, para el mundo entero”…
Tradicional árbol de Navidad, en la Plaza de Armas, de Lima, Perú, un simbolismo presente en todas las grandes capitales de América,
No queremos
que falte en esta exaltación de estas memorables fechas, aún con la terrible
experiencia que estamos soportando, el extraordinario escenario de los destinos
turísticos, así como las muestras de cuanto aquí rememoramos como un envidiable
legado de la experiencia que trasmiten.
El desarrollo
de la economía mundial y su progresión sociológica, tienen que hacerse
presentes ante las disparatadas “medidas preventivas” tomadas en algunos países
que nos han afectado a todos y que nos han dejado con millones de desempleados
y miles de empresas pérdidas para siempre, y ante un mundo nuevo que no sabemos
cómo será su resurrección.
Se deben tomar sabias decisiones urgentes, y un conglomerado de acciones que superen y que aquellos iluminados que están apareciendo por todas partes con sus programas teóricos sin bases experiencias ni conocimiento científico que los avalen, sin caer, naturalmente, en la osadía de la extravagancia, y la ignorancia.
La Universidad para la Paz, de las Naciones Unidas, es uno de los valores mundiales defensores de la ética y de la lucha contra la corrupción. Sus enseñanzas llegaron a principios de este siglo a ser impartidas en las Islas Canarias, dirigidas desde la Villa de la Orotava En su sede – Ciudad Colón, Costa Rica – se encuentra el Monumento al Trabajo, al Desarme y a La Paz, una creación de la escultora cubana Thelvia Marín, de madre canaria; algunas de sus obras están también entronizadas en estas islas atlánticas.
Un mundo en el
cual, las horas que hemos disfrutado con la Universidad para La Paz presente,
nos ha remitido al valor personal como el principio y fin de todas las cosas,
creándonos una visión cuya perspectiva es el positivismo, muy lejos de aquellos
que nos han despojado de valores irrecuperables cuyo fin será, sin duda, el
cajón de los desperdicios, como muy bien acuñaba el famoso Edward Deming en sus
programas sobre “la calidad total”.
Navidad, Año Nuevo… Un mundo de esperanzas, para hombres y mujeres de buena voluntad… “cuando quiero llorar no lloro, y a veces lloro sin querer” …
*Del Grupo de
Expertos de la Organización Mundial de Turismo.
*Pluma de Oro
de Rotary Internacional. Puerto de la Cruz, Tenerife, Islas Canarias.
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