Salvador García Llanos
Más cifras positivas para el sector turístico y más
concretamente para el Puerto de la Cruz. Hay que congratularse, naturalmente,
aunque cueste desentrañar las verdaderas razones de esa recuperación. No es
querer amargar los registros de la favorable evolución que denotan los
registros del presente año, pero habrá que preguntarse si se debe a los
excedentes de otros destinos, a una eficacia inusitada de los soportes
promocionales, a la dimensionada confianza que representa la marca, a la
progresiva implantación del Plan de Modernización o a los reclamos que
constituyen determinadas actividades locales de indudable proyección. Porque
innovaciones en la oferta no se han producido y la realidad municipal de
ciertas prestaciones y servicios tampoco ha sobresalido. Frente a la
satisfacción que deparen los registros, sería bueno conocer más a fondo -y
debatir, incluso- las causas.
Pero, bueno, algo tendrá el agua cuando la bendice un 16%
más de visitantes desde enero a septiembre del presente año sobre el mismo
período de 2015, en total 664.509 turistas. Llaman la atención en las
Estadísticas de Turismo Receptivo del Cabildo de Tenerife datos como el
crecimiento a ritmo de dos dígitos de los mercados británico y alemán o el sensible aumento del turismo nacional, cifrado
en un 7%, mientras desciende en el resto de la isla.
El Puerto de la Cruz aloja el llamativo 16% de los turistas
que escogen la isla como destino vacacional. Se contabiliza más cuatro millones
ochocientas mil pernoctaciones, un 18,7% más que el pasado año. La estancia
media en la ciudad de esos turistas es de 7,28 días -dato siempre importante
para estudiar planes vacacionales, gastos en destino y grados de satisfacción-
que propicia una ocupación del 76,1% en establecimientos tantos hoteleros como
extrahoteleros. El incremento en este concepto es del 20,5%.
O sea, que, con estos registros, la evolución positiva del
principal sostén de productividad es un hecho. Sería bueno profundizar en los
motivos para extraer consecuencias que impulsen el comportamiento de actuaciones
futuras. El Consorcio de Rehabilitación Urbanística sigue teniendo mucho que
decir. Si los principales frutos del proceso de recuperación del destino están
aún por llegar, cabe preguntarse por su revalorización a medio y largo plazo.
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