Odalys Padrón
Está constatado que hemos retrocedido en derechos humanos y
sociales. Con la reforma laboral del gobierno de Rajoy hay 33 millones de horas
de trabajo menos, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) en el
segundo trimestre de 2015, el equivalente a destruir 884.099 puestos de trabajo
a tiempo completo, se han bajado los sueldos, se ha retrocedido en derechos
laborales y se ha perdido la conciliación entre la vida familiar y laboral. Con
la reforma educativa se ha creado un modelo elitista que promueve un sistema de
reválidas con efectos punitivos hacia el alumnado, generando a la vez una total
desconfianza hacia el profesorado. Con la reforma de la administración local se
han mermado los servicios y prestaciones ofrecidos a la ciudadanía. En definitiva,
han impuesto, sin consenso, utilizando su mayoría absoluta, unas reformas
encaminadas a mejorar la economía de unos pocos, en detrimento de la inmensa
mayoría.
Lo que no habíamos sopesado es que tal como demuestran las
teorías relativistas de Einstein, el tiempo y el espacio están conectados, han
conseguido que regresemos a la época de la transición. Esto explica que una
canción publicada en 1976 detalle de una manera tan acertada la realidad que
estamos viviendo. En la letra encontramos las siguientes afirmaciones: “sólo he
visto gente que sufre y calla, dolor y miedo, gente que sólo desea su pan… y la
fiesta en paz””hay dos Españas que guardan aún, el rencor de viejas deudas”,
que seguirán sin curarse esa herida mientras el PP siga afirmando que la Ley de
Memoria Histórica no preocupa a los ciudadanos, “sólo he visto gente muy
obediente… gente que tan sólo pide vivir su vida, sin más mentiras y en paz”
“libertad, libertad, sin ira libertad, guárdate tu miedo y tu ira porque hay
libertad, sin ira libertad y si no la hay sin duda la habrá” ¿Quién les iba a
decir, 40 años después, a los componentes de Jarcha que la imposición, en época
democrática, de una ley conocida como Ley Mordaza actualizaría una canción que
fue representativa de la transición española como canto a las libertades frente
a las tendencias autoritarias?
Vivimos en una época en el que se compran las voluntades
baratas y se venden a precio de saldo algunas dignidades, en el que discrepar o
pensar distinto está mal visto olvidando que la discrepancia es a menudo el
motor de pequeños y grandes cambios. Discrepar es un derecho y no un
privilegio. Decía Voltaire “no estoy de acuerdo con lo que dices, pero
defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Eso es democracia. Es
inaceptable, en un Estado, que dice ser, de derecho, que el Gobierno pretenda
descalificar y satanizar el pensamiento y las opiniones que no le son
favorables, distorsionando la información para acomodarla a su conveniencia.
Una sociedad que dice ser democrática y pluralista no puede convertir en
enemigo al que con todo derecho discrepa. La libertad de pensamiento y la
libertad para la expresión de ideas, junto al consiguiente derecho a discrepar
constituyen la base fundamental de toda sociedad democrática y plural, de tal
forma que limitar o restringir tales premisas, consustanciales a la propia
esencia humana, representa en sí misma la negación de los derechos naturales
del hombre, cuya garantía, fomento y protección inspiran las Constituciones de
los Estados democráticos.
En estos días hemos vivido la mentira de la democracia en
España. Los diputados que han discrepado se les llama díscolos y se les
amenaza. Utilizan un adjetivo que denota e implica desobediencia o rebelión
contra unas normas. ¿Qué normas? ¿Las democráticas? ¿Las de coherencia? ¿Las de
la honestidad? La honestidad significa que no hay contradicciones ni
discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones. Las personas que
dieron su confianza, a través del voto, a representantes del PSOE esperaban que
sus representantes lucharan por conseguir los fondos necesarios para llevar a
cabo la Ley de la Dependencia y la Ley de Memoria Histórica, que velaran por la
Sanidad y la Educación de calidad, universal y pública, que aseguraran el fondo
de pensiones y las pensiones no contributivas y que restablecieran la libertad
sindical y los derechos laborales entre otros muchos retrocesos que hemos
sufrido. No son díscolos, son representantes responsables con sus promesas
electorales. Son coherentes con sus principios y honestos con su ideología.
Por todo lo que estamos viviendo políticamente y
sintiéndonos engañados tenemos derecho a indignarnos y a expresarlo. Decía
Hessel “el poder del dinero nunca había sido tan grande, insolente, egoísta con
todos, desde sus propios siervos hasta las más altas esferas del Estado.
Indignaos, luchad para salvar los logros democráticos basados en valores
éticos, de justicia y libertad prometidos. Indignaos, sin violencia como
Mandela, Martín Luther King o Gandhi. Indignaos”. Tal como recoge la
Constitución en su artículo 21, de manera pacífica, nos reuniremos en la Puerta
del Sol el viernes 28 de octubre a las 19:00 horas. Alternativa Socialista (AS)
reivindica el respeto a la democracia expresada mediante el voto por los ciudadanos
ante el fraude que supone la utilización de dichos votos para investir de nuevo
al mismo presidente de gobierno. Es nuestro derecho y queremos ejercerlo y
expresarlo democráticamente.
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