Antonio-Pedro Tejera Reyes
“Un mundo mejor solo es posible partiendo de unos principios
justos; una justicia social digna y equitativa, y unos personajes impartiéndola,
que tengan muy presente las consecuencias de sus actos.”
En la naturaleza no existen
premios ni castigos,
solo existen las consecuencias.
Robert Ingersoll (1833-1899)
Analizar las consecuencias de nuestros actos, nuestros
hechos, o nuestras decisiones, parece estar diametralmente opuesto a la forma
de proceder y actuar en este mundo en que vivimos. Esto, que parece sencillamente
una reflexión banal, está arraigado de forma permanente en las personas, según
hemos detectado a través de nuestros largos recorridos en esta vida.
Estamos viviendo en un mundo en el cual las consecuencias
han perdido todo su valor ante el encandilamiento de un presente al cual solo
se le ve lo que produce en su momento. A nadie parece interesarle eso de las
consecuencias, cuando se hacen y se deshacen situaciones que afectan el
sentimiento humano hasta en lo más íntimo de su ser sin darles el merecido
valor a las mismas y sin importarnos para nada, al parecer, el destrozo que
cometemos en la más profunda sensibilidad de las personas al destruirle sus
mejores deseos, sus ilusiones…el trabajo de toda su vida, su proyecto más ambicioso… aunque en ellos se
estén conjugando los más sólidos elementos para la construcción de un mundo
mejor, más justo y más responsable, unido, claro está, a ese sentimiento
idílico que es el amor… Difícil y complicado.
Mesa de trabajo en
la sede de la UNIVERSIDAD PARA LA PAZ, UPAZ, con el rector Francisco Barahona
(el centro) y el profesor Felipe Matos (a la izquierda) en el año 1998,
conformando el proyecto Turismo y Paz, que se desarrollá desde la Villa de la
Orotava, Islas Canarias., ahora como estudios a distancia.
Nos podemos referir a casos concretos que han acabado con
familias enteras compuestas por cultos profesionales, o casos en lo que se ha
acabado con empresas modélicas que han creado plataformas de enseñanzas
mundiales apoyadas en la cultura de la paz, cuyos espectaculares resultados han
sido juzgados con los más altos calificativos por sus cientos de
participantes.
CASTILLOS DE ARENA
El mundo entero se halla plagado de personajes obsesionados
en la búsqueda de las fórmulas más precisas de elevar sus ganancias personales,
sin importarles para nada las consecuencias de sus actos, o el daño que puedan
hacer a la humanidad al cercenarles los más grandes proyectos de desarrollo
fundamentados en la difusión del conocimiento, la práctica de la ética, o el
ideal de servicio en su vida privada, profesional y pública, como dice el
objetivo de Rotary Internacional.
“Castillos de arena”, con este título, Manuel González
Ortega publica días pasados, lo siguiente, en un periódico digital de Canarias.
La actividad personal
continua del alumnado, en las modernas técnicas de la enseñanza, proporciona
una especial panorámica sobre la captación de su temática por parte del mismo,
lo que repercute justamente en la evaluación de su capacidad y su calificación,
consiguiendo, además, despertar el máximo interés en los grupos participantes
en su desarrollo.
“Hay seres humanos que cultivan la utopía - que es una rara
flor para el resto de los mortales – como si fuesen castillos de arena. Saben
de su fragilidad, de las contadas horas maleables amenazando su existencia,
pero no les importa el tiempo que tarden en construir torres, almenas y fosos;
una y otra vez se les verá levantando castillos de ensueño junto a las orillas,
sobre las ruinas de anteriores intentos, recordándonos lo necesario de esa
ingenuidad primera por construir un mundo nuevo. Esa didáctica de las ideas,
tan propia de los utópicos, es un muro de contención contra la ignorancia, la
mediocridad, la injusticia social y la desesperanza.”
Estamos ente una lucha titánica en la cual llevamos las de
perder. Parece imposible que logremos inculcar en la mente de los dirigentes
políticos del mundo, unos principios que estén acordes con la consecución de
unas estrategias que se asienten en la mente de nuestros regidores encargados
de impartir la justicia social, donde las mismas esté caracterizada por un
serio estudio de las consecuencias de sus actos, con el pensamiento presente,
sin ningún equívoco, en que sus acciones estén ajustadas al bien común y a la
prosperidad de una humanidad que está a la expectativa de poder alcanzar un
nivel de vida que le permita subsistir con la debida dignidad propia del
trabajo que realiza.
LOS PASOS NECESARIOS
En este escenario, estamos sintiendo como se desmoronan las más
grandes ilusiones, ideas, proyectos y realidades, sin que a los autores de
estos destrozos parezca importarles para nada sus consecuencias.
En este mismo orden de cosas, no parece lógico ni razonable,
que países que generan en sus puertos y aeropuertos un tráfico de pasajeros
millonario, no sean capaces de establecer líneas de producción de alimentos y
toda clase de implementos necesarios para estos viajeros turistas, incluidos
los “suvenires” de artesanía popular, que podrían ser las creadoras de muchos
puestos de trabajo y un importante reglón de su economía.
Antonio Pastor
Abreu, distinguido profesional del turismo, imparte una de sus brillantes y
documentadas exposiciones, ante un grupo de estudiantes americanos de cinco
países distintos, durante una de las sesiones internacionales del INSETI-UPAZ,
dentro de su programa sobre la calidad en el turismo y la promoción de la paz.
Tenerife, Islas Canarias, 2012.
Un espectáculo increíble, donde dirigentes obsesionados con
el poder político, olvidan y desprecian el poder empresarial creativo que ha
sido, en la historia del mundo, lo que ha levantado países enteros como el caso
del Japón o Alemania - por poner un
señalado ejemplo – devastados hasta el límite por una cruenta guerra y hoy
líderes económicos internacionales, gracias al poder de unas empresas
constituidas desde la entidad privada que se han desarrollado basadas en los
estudios del mercado y las mejores técnicas de producción adoptadas por las
mismas.
¿Se hace, algo para activar y remediar esto? ¿Nadie se hace
responsable de esta incongruencia y de las consecuencias que esto
comporta? Preguntas que no tendrán
respuesta de quienes tienen la obligación de darlas, pero que nosotros las
tenemos contestadas desde hace mucho tiempo…
*(Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del
Turismo. UNTWO)
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