A mis amigos Luis León Barreto y Rosario Valcárcel
Hay días que no estoy en
el Mundo
me convierto en Poema y
desciendo
hasta la última estrella.
La palabra se hace sombra
y la sombra un Don
Quijote embistiendo
a los molinos aún por
llegar.
La Soledad no es una
clepsidra
con los brazos extendidos
también tiene su llanura
y sus montañas de luz
donde lo arcano semeja
una adolescencia.
Diríase que es un
tío-vivo
con lenguaje veronal
pulsando los gestos
en la profecía del
Silencio.
Cuando el poeta toca
el santo y seña extiende
su mantel.
En el epicentro de la
umbría
hay una señal de la cruz
que da claror a los pasos
del delirio.
Y no hace falta salir de
la gruta
para encontrar lo
desconocido
el Absoluto está en todas
partes
ser desnudez de uno mismo
es la metáfora redonda
y el huracán que envuelve
la existencia.
Luis Ángel Marín es un poeta zaragozano que reside en la
isla de La Palma desde 1987. Aunque lo cierto es que nosotros lo conocimos en
el Ateneo de Madrid, repleto de público, mientras recitaba unos poemas de sus
primeros libros.
Su lírica aporta al lector nuevos caminos de reflexión,
nuevas formas de plantear la vida, los recuerdos. La libertad de creación
porque él escribe sobre la irrealidad, sobre esa poesía que según sus propias
palabras está por llegar.
Todo es génesis. Todo es principio, afirma Luis Ángel Marín,
un escritor que rompe con el lenguaje y nos lleva al desasosiego. Y para ello,
en cada uno de sus poemas, procesa la realidad, la investiga, busca la plenitud
a través de sus emociones y del intelecto, y convence. Convence por su dominio
técnico, su metalenguaje y su forma de captar y plasmar la realidad.
Pero sobre todo convence porque sabe sorprender, porque es
un poeta audaz que evita los moldes pasados, rompe con el lenguaje y une la
poesía con la filosofía como conciencia. Y al igual que el poeta chileno
Vicente Huidobro trabaja el creacionismo. Crea el poema tomando a la vida sus
motivos y transformándolos para darles una vida nueva, sin elementos
anecdóticos ni descriptivos. Para Luis Ángel Marín el creacionismo es el
fundamento de su universo vital.
ORÁCULO
Tengo la sensación de no
estar.
Es tanta la oquedad que
vaga entre
las manos es tanta la noche que
murmura en
las paredes.
Cada lienzo me llevo a la
soledad
Insepulta y allí penetro en lo
sordo.
Los colores me persiguen
con puñados
de música que buscan en
mi lápiz
su verdad.
La luz siempre será mi
testamento.
“El oficio de las
pirámides”
Con su juego dialéctico y su tono existencial analiza la
condición humana, la cotidianidad y la convierte en verso libre. Se enfrenta a
una poesía como vida.
Recientemente ha publicado junto con la poeta Rosa Amor del
Olmo un nuevo libro “El Oficio de Las Pirámides” Precioso título. Un bello
libro de poemas en el que ambos se nutren, de la luz, del abismo, de la
plenitud de la conciencia.
La poesía de Luis Ángel Marín es una lucha entre el Ser y el
No Ser donde la razón, el ensueño y el dominio van cogidos de la mano en un
estilo que él denomina Interaccionismo. Tiene trece poemarios publicados. Ha
sido traducido a varios idiomas y ha ganado varios premios nacionales e
internacionales.
Por eso en estos tiempos en que todo vale, en estos tiempos
de desánimo y desaliento cultural, su poesía nos envuelve en sus mundos
interiores, en sus palabras que son la complejidad del hecho de vivir, el
naufragio de la vida, en definitiva, en los ecos de todos nosotros. Por lo que
estoy convencida de que la poesía de Luis Ángel Marín ha de quedar.
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