El Puerto de la Cruz, jamás ha estado inmersa en una crisis de
gobernabilidad tan grande como el actual. De sobra es conocido que jamás hubo
un pacto de gobierno que marcara las directrices y el rumbo de la ciudad, y que
meramente se conformaba un grupo de gobierno basada en el interés personal.
Un ayuntamiento sordo, que pese a las presiones sociales con la obra de San Telmo han hecho oídos
sordos y sigan adelante con lo que será sin duda una gran pérdida de la
identidad portuense.
El consorcio agoniza por culpa de la desidia de un grupo de
gobierno que no hace presión para que la única esperanza de la ciudad arranque
de una vez, y pueda ver los frutos de una gestión socialista que sentó pro
primera vez a las 4 administarciones para relanzar el Puerto como destino
turístico. A la espera por ejemplo está la estación de guaguas, que sigue dando
la peor imagen que puede dar un municipio.
Gobiernan desde la intimidación, como hacen con los trabajadores
municipales, eliminando derechos y presionando para una negociación casi
autoritaria y dictatorial.
La crisis del agua es un ejemplo más de lo plegado a los desesos
que están de las grandes empresas, incumplen promesas como la propuestas en el
Plan de ajuste y permitir que consesionarios están generando desempleo en la
ciudad y prestando un peor servicio que daña la vida de los ciudadanos y que
empeora nuestra imagen.
La cultura es sólo cultura de escaparate, han tardado 5 años en
inaugurar una biblioteca que le PSOE construyó y con fondos estatales en sólo
2, al final con financiación del
cabildo Insular porque en las arcas municipales no hay espacios para la cultura
y la educación….mientras han dejado agonizar una escuela de música y despiden
trabajadores de la Universidad popular.
En numerosísimas ocasiones hemos presentado propuestas para
modernizar y descentralizar la gestión
municipal, como por ejemplos las consultas populares propuetas, la oficinas del
ayunbtamiento para los barrios y un sin fin de propuestas encaminadas a
gobernar un municipio que pretender ser de siglo XXI y no con métodos del XIX. Pero seguimos sufiorneod un grupo de gobierno
obsoleto, carentes de creatividad y entusiasmo para colocar a la ciudad en el
lugar que merece.
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