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martes, 17 de junio de 2014

MARCA ESPAÑA

Lorenzo Soriano

Me gustan los charcos y este es profundo. España  tiene una interminable lista e historia de héroes individuales, gente de una talla inaudita como su osadía, valor y arrojo. Sin embargo el historial de gestas colectivas es escasísimo, con los dedos de media mano se cuentan, y no sé si exagero o me sobran dedos. Realmente la marca España es una falacia. Nos hemos empeñado en ser “diferentes” y la verdad es que da especial pena en ver por lo que generalmente somos recordados o  identificados. En los cuatro continentes, afortunadamente solo en dos se nos menciona y a veces.  América del centro y sur con México en el Norte, donde se nos aprecia poco  y algo en Europa, donde se nos  ningunea muchísimo. 

En Africa, salvo para insultarnos en Guinea y para jeringarnos en Marruecos ni se nos menta. Y en Asia, salvo Ronaldo y Messi, que hacen anuncios en Doha y en Viet Nam, se nos recuerda algo por el futbol y vagamente. Hemos vendido nuestro aceite a Italia para que lo embotellara con su etiqueta, y nuestro vino a Francia para más de lo mismo. Ahora nadie conoce nuestro aceite y pocos nuestro vino. Fabricamos coches para alemanes, franceses, y para la Ford ( inglesa), pero nuestro, la verdad, no hay nada. Y hasta nuestro Ave es Francés o Alemán. Tenemos sol, playa, monumentos, fiestas, paisajes, paella, sangría y hasta burros y botijos en Mijas. Pero por nuestra tecnología, industria avanzada, artículos de lujo o innovación, no somos ni de pasada mencionados. Más bien por lo contrario, por desastrillos, informalones,  glotones y fiesteros, a la vez de mediocres y baratos. Salvo honrosas y aisladas excepciones, que las hay y muy brillantes al hilo del primer párrafo. 

Es así y ahora no me vengan a sacar el orgullo patrio ni a ofenderse por el ataque a la dignidad nacional. Además aquí, no tenemos sentido de la unidad ni de la bandera, ni los gobernantes se hacen respetar ni son hombres de Estado sino hombrecillos minúsculos y bizcochables. Casi todas las Provincias o “Autonomías” se quieren separar o plantean disputas respecto al Centralismo para que ni se les ocurran cercenar sus Virreinatos o por falsas ilusiones imaginarias surgidas de manipular la historia. Estamos acostumbrados a multiplicar el precio de la obra pública, presupuestar  temerariamente y luego “ya veremos” que con el amiguete de turno resolveremos. Tenemos un “embajador” para países  Satrapeños y dictadores caribeños, que mata elefantes y se empeña en empañar más la imagen ya fatídica de nuestros aviones oficiales de desecho.  
                                                                                                                                   
Salvo contadísimas y honradísimas  excepciones también  de “heroísmo empresarial individual”, nuestra industria es Mickey Mouse en general, y no podemos compararla con la Americana, la sueca, la japonesa, La coreana, la Alemana ni la italiana. Nuestra aportación al lujo mundial, ni se asoma a la francesa, ni mucho menos a la italiana. Y  en astilleros navales de lujo no somos nadie en absoluto,  en comerciales poca cosa. En fabricación de autos de marca propia no tenemos nada y menos automóviles de alto “standing” que nos  hagan solos propaganda, ni en electrónica, ni en telefonía, ni en nada en genera. No quiero amargarles el asunto y que me cojan ojeriza por señalar las “verdades” de nuestra  escasísima capacidad de asombrar al mundo en el terreno industrial o comercial. Llenos de profesionales de altísimo nivel en la Sanidad, el haber apostado por la pública, inviable por su desastrosa  gestión, ha hecho que tampoco aquí seamos referente salvo para que un día dábamos atención universal y gratuita con muchas carencias y listas de espera.     

No tenemos universidades importantes, muchas si, de nivel ni hay  ni se esperan.  En fin, que no sigo en la autocritica porque llega a la flagelación y por ahí no quiero pasar. Supongo que creerán que echarle la culpa a la barahúnda de ineptos  políticos de las  que hemos sobrevivido y   padecemos,  pueda parecer socorrido y recurrente. “Piove….porco governo”.  Pero es que si dijera otra cosa tendría la sensación de mentirles a ustedes.  Somos un país turístico que hemos apostado por lo barato, lo cutre y lo “belén esteban”. Aquí no se nos nombra para cosas de alta tecnología, gran diseño, o de alta costura o confección y acabado. Y eso es tremendo para ser un país europeo, con impuestos más altos de la media y con estructura complicada que ralentiza actividad y desarrollo. Somos la mano de obra barata de Europa, pero con costos laborales mucho mayores que los suecos, con una estructura institucional insoportable y con una fiscalidad confiscatoria incumplible que nos deja indefensos y provoca el sumergimiento de muchísimos profesionales o autónomos por pura supervivencia.             

La marca España, entre mas tardemos en de verdad crearla y entre más nos felicitemos por lo bien que esta sin acometer su creación, peor será para nosotros y mantendrá encantados a nuestros vecinos que se ocupan de vendernos y no de comprarnos.


A Reflexiones 

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