Lorenzo Soriano
Cierto y verdad es que a base de soportar el desprecio de los
gobernantes, he terminado por perderles el respeto. Y puedo decir que a todos,
ya que si es que asumo que pudiera existir alguno que tuviera algún rasgo diferenciador, al
consentir y aceptar a sus compañeros de camada o de otras aledañas, las
conductas y los privilegios que no reprueban o aceptan los convierte en
cómplices necesarios de la golfería apandadora. E incluyo a todas las
instituciones corrompidas ellas por la pasividad manifiesta en actuar contra
las malas actuaciones de una gran mayoría de ellas.
La reforma fiscal que nos ha “parido” esta lumbrera de ministro es
nauseabunda. No solo es complicada, tortuosa,
y fomentadora de dudas, injusticias de tramo o diferencias de criterio,
sino que será el tormento de los asesores necesarios hasta para tributar una
caseta de feria. Sirve para decir lo que
quieren, les interese, y lo contrario, que es lo peor. Además es un futurible
previsible, ya que en el hipotético y teórico caso que de verdad beneficiara a
más personas que a las que perjudicara sin duda, será para 2017 cuando al pagar
la renta del 16 se materializara. Y no garantizan la durabilidad, no pueden, ya
que ellos seguramente, y aun haciendo esta “bobería” para que les votemos no
estarán al mando del país en esa fecha.
Llega además tarde y en mala hora, presumiendo que aquí todos van a
ganar lo que ganaban y que este país es estable y se le puede aplicar un
criterio fiscal europeo. El, que es un extraterrestre puede creerlo, pero la verdad es que, en este país, y con
nuestras circunstancias y características, es absolutamente inviable. Cierto es
que a algunos a partir de año que viene, les quedaran unos euritos mas en el
bolsillo, pero si siguen quitando deducciones a particulares, empresas y
autónomos, y subiendo energías, y demás colaterales que ni a tiros bajan o
siempre suben, como Ibis y demás cotizaciones, tasas o arbitrios, al final
siempre pagamos mucho mas. Y esto ocurre por la sencilla razón de que no se
lucha contra la rigurosidad del gasto
público que no sea social. De eso no quieren ni hablar, les da una urticaria
rosada tipo asiática. No se deshacen de los gastos superfluos, asesores
externos, empresas “publicas, semipúblicas y mediopensionistas”. Coches de cargos, choferes, viajes, visas,
eventos y folclores varios, siempre que les beneficie, compren votos, enchufen
a parentela, o cautiven sectores. No sé si se han fijado pero el nuevo rey, Don
Felipe, ni mentó, ni de refilón, el tema de
la corrupción, ni el exceso de gasto “corriente” que asola y ancla a
este país. Todo un detalle de lo que tiene políticamente prohibido, o que él
tampoco está por la labor. Finalmente, si a pesar de ellos y de sus ineptitudes
intencionadas, el país recuperara algo del pulso perdido, los podridos
cimientos en los que se asienta el modelo que envuelve al sistema, seguirían
corroídos y enquistados, igual creciendo incluso, por lo que los ciclos
negativos se acortarían y antes de 5 años estaríamos otra vez renqueando con la
inmensa deuda a nuestras espaldas y manteniendo a tantos o más vividores y
aventureros de la política que ahora. Así
esto y dado que no quieren cortar lo podrido por la parte sana, esta
"reformita" es un brindis al sol y con vinagre.
A reflexionar
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