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miércoles, 31 de agosto de 2022

TODA UNA VIDA CON LA VILLA DE LA OROTAVA

Isidoro Sánchez García

Antonio Santos Cruz fue un personaje muy singular en la historia de su Villa natal, La Orotava. Lo digo con conocimiento de causa por cuanto nacimos muy cerca, al principio de la calle Calvario, en los números 3 y 5, donde tuvimos la oportunidad de compartir cerca de veinte años de nuestra infancia y juventud, ya que nuestros abuelos maternos, Isidro Cruz y Eustaquio García, muy amigos de Cuba, eran socios. Cada uno de ellos contaba con una casa en el corazón de la Villa y así compartimos colegio en la Milagrosa y en San Isidro, con las monjas primero y con los salesianos después, a partir de 1948 donde coincidimos entre otros curas salesianos con un palmero de Todo que, Víctor Rodríguez Jiménez, que tanto nos enseñó en la vida, en la religiosa y en la política. Puntualmente, en los veranos nos acercábamos a la escuela de doña Lucia. Éramos los primogénitos de las respectivas familias y detrás de nosotros dos teníamos dos hermanos muy especiales, Tino y Francisco, que se nos fueron pronto. 

En 1959 coincidí con Antonio en Madrid ya que fue a cumplir el servicio militar y yo me fui a estudiar ingeniería de montes. Allí compartimos algún año con otros compañeros de la Villa, Paco Polo y José Manuel Lima, también por razones militares. Nunca me olvidaré de las comidas que hacíamos de vez en cuando en la calle Barquillo, al lado del ministerio de Defensa, donde el precio no superaba las 12 pesetas. Antonio me comentaba que dormía en una litera desde la que podía contemplar todas las noches las monedas que entraban en la hucha de un banco o caja de ahorros. Creo que ello le sirvió de estímulo para apuntarse al negocio de las ópticas.

De vuelta a Canarias, Antonio se casó pronto con Lala Valencia y empezó a seguir el oficio de su padre, relojero, joyero y finalmente óptico. Circunstancias de la vida hacen que Antonio siga viviendo en la calle Calvario, pero un poco más cerca de la plaza de Franchy Alfaro, pero siempre en la Villa Abajo cerca del Centro Histórico de la Villa. Allí podíamos compartir las fincas de plátanos por debajo del colegio salesiano y aprender a nadar en los estanques, así como las terrazas del Teatro Atlante y la plaza del Llano para jugar al baloncesto que Gustavo Dorta nos había enseñado además de la cultura folklórica donde no faltó el baile como elemento aglutinador. Disfrutábamos con los partidos del Independiente de Pepe Dorta y del Huracán de los hermanos Perera, Pepe Fariña, Alfonso Quintero y Camilo Pérez, lo que nos animó a meternos a fondo en el mundo del baloncesto, léase en el Águila del Valle, sin dejar, en mi caso, mi amor por el fútbol del juvenil Plus Ultra.

En la década de los años de 1960 el amigo Antonio, que siempre fue muy religioso y no solo por los apellidos, Santos y Cruz me adelantó a la hora de contraer matrimonio y tuvo la oportunidad de dejar una familia muy especial de dos hijas y de dos hijos, uno de los cuales, Antoñito, se fue pronto a los cielos de Canarias. Antonio había comenzado a ejercer como empresario y le gustaba mucho la Formación Profesional que había observado en San Juan Bosco. Alternaba su actividad con el apoyo al deporte de la Villa, tanto creando el C. B. San Isidro como financiando el baloncesto masculino y femenino en La Orotava, al igual que el balonmano y el fútbol. Puntualmente también el mundo de la conservación de la naturaleza. Era un auténtico mecenas.

Como era un hombre al que le gustaba la ‘res publica’ participó en la vida política de la Villa en los años de la década de 1970 y me convenció para que me dedicara también a la causa política por lo que me apunté en 1977 al PPC, el Partido Popular Canario, de talante nacionalista y liderado por el profesor y abogado Bernardo Cabrera. Se las cobré dos años más tarde en las elecciones municipales en La Orotava cuando Don Víctor Rodríguez Jiménez nos pide conformar un grupo en el casco de la Villa para completar la Agrupación Independiente Orotava que nos ha llevado hasta la actualidad gobernando el municipio de la Villa de La Orotava.  Primero con mi hermano Francisco como alcalde, para luego dar paso a Isaac Valencia y actualmente a Francisco Linares. Obviamente recomendé al amigo Antonio Santos, ya todo un empresario, para que nos acompañara en la lista del municipio y así tuvo la oportunidad de sustituirme en el mundo del urbanismo cuando me marché como inspector del Icono, aunque volvimos juntos en las siguientes elecciones de 1983. Así que más juntos imposible. Así mismo apostamos por apoyar la cultura, de la mano de la música y del folklore, por presidir la Asociación de Antiguos Alumnos salesianos de La Orotava, al igual que ejecutar algunos proyectos de la Naturaleza como era nuestro amor al Teide, como todos los Villeros, y de la Salud por el paseo matutino por la playa Jardín del Puerto de la Cruz junto a Segismundo y Edmundo.

Al matrimonio Lala y Antonio le gustaba viajar y por eso recuerdo las expediciones que hicimos a Escocia y a Austria por razones diferentes. La política en el primer caso y el fútbol con el Veteranos Villa a Viena, en otro.  Y así podríamos seguir hablando, aunque no puedo olvidar el año 2007, en La Orotava, cuando el ayuntamiento de la Villa, junto a un grupo de amigos orotavenses donde destacaba Antonio Santos, Milagros Luis Brito, Pepe Dámaso y miembros de la ACH de Canarias celebramos la primera década de la inscripción del Teide en la lista del Bienes naturales del Patrimonio Mundial (2007-2017), así como la presentación en sociedad de las Cuatro Estaciones de Humboldt. Igualmente, la Adenda que escribí del libro ‘Canarias, desde el mar hasta el cielo’, sobre los cuatro Parques Nacionales de Canarias, y fue patrocinada por ‘Multiópticas Orotava’ que presidía el amigo Antonio Santos.

  En agosto de 2018, Pedro Eustaquio García Pérez, junto con Cayetano Mejía Farrujia, con Bruno Juan Álvarez Abreu, con Ana María Llarena Bastarreche y con Isidoro Sánchez García, comparecieron ante el alcalde del Ayuntamiento de la Villa de La Orotava para expresarle: que con fecha 9 de julio del año 2018, el ciudadano Antonio Santos Cruz, natural y vecino de la Villa de La Orotava, había fallecido a la edad de 77 años, y solicitaron del ayuntamiento de la Villa la incoación del expediente a favor de don Antonio Santos Cruz para concederle recompensa honorifica del municipio de La Orotava. En el mes de mayo del año en curso, 2022, otro grupo de villeros liderados por Pedro Ángel Gómez Barreto junto con el grupo inicial de agosto de 2018 solicitaron la incoación expediente y su tramitación de un expediente similar, pero de acuerdo al vigente Reglamento de Protocolo, Honores y Distinciones del Excmo. Ayuntamiento, publicada su aprobación en el BOP de Santa Cruz de Tenerife número 39, del lunes 1 de abril 2019. 

Recientemente con fecha de 28 de julio de 2022 ambos grupos de amigos encabezados por el Villero de Honor, Isidoro Sánchez García, y el periodista cronista oficial de san Juan de la Rambla, reiteraron al Excmo. Ayuntamiento la solicitud en representación de un Colectivo Pro Homenaje Póstumo y Popular a favor de don Antonio Santos Cruz al cual se adhirieron diferentes instituciones, colectivos y personas. Presentaron una memoria justificativa, y una relación de colectivos, entidades y personas firmantes  para que el ayuntamiento le conceda la distinción honorifica de Villero de Honor y rotule con su nombre el tramo del callejón conocido por Torreón, que va desde su intersección con la calle calvario 57, esquina del edifico donde está ubicada Óptica Orotava , hasta a confluencia con las vías municipales de la Avda. República de Venezuela y Avda. María Auxiliadora, para perpetuar su memoria en la sociedad orotavense.

Ciudadanos conocedores de la trayectoria personal del Sr. Santos Cruz en pro del municipio de La Orotava, entienden la necesidad de premiar de manera especial los méritos del señor Santos Cruz por las prestaciones singulares a la Villa de La Orotava en materia social, cultural, deportiva y económica a lo largo de su vida, ya que fue fundador y presidente del equipo de baloncesto del C.B. San Isidro a partir de 1967; por ser mecenas del deporte orotavense especialmente en baloncesto y en balonmano; concejal del ayuntamiento de la Villa de La Orotava en diferentes etapas; presidente de la Banda de Música de la Agrupación Musical Orotava; presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos del colegio de San Isidro de La Orotava y fundador de la empresa Óptica Orotava, lo que significó la creación de decenas de puestos de trabajo en la Villa, en el valle y en la isla de Tenerife; por ser presidente de Multiópticas España, además de ser un hombre conservador del Patrimonio Histórico y Artístico de la Villa, miembro destacado de cofradías religiosas y  patrocinador de la edición de libros relacionados con el medio ambiente y la conservación de la naturaleza, además de proyectar turísticamente  la marca OROTAVA.

Se adhirieron a la propuesta planteada la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Salesiano de La Orotava; la Comunidad Salesiana de La Orotava; la Asociación Cultural Humboldt de Canarias, la Asociación don Víctor de Aguamansa; la Agrupación Musical Orotava; el Club baloncesto San Isidro, el Liceo de Taoro, el Club Balonmano de La Perdoma; el club de atletismo Clator; el C.B. Valle Arautapala; cofradías religiosas y empresas locales y foráneas. Gracias a todos y de manera particular a Cayetano y Ana María, a Bruno y José María, a Sixto y Antonio Expósito, a Pancho Mesa e Ignacio, a Mensa y Guillermina, a Isaac Valencia y Pedro Gómez.

Isidoro Sánchez. Villero de Honor en 2021

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