EL PSOE QUIERE ROMPER PIERNAS

Lorenzo de Ara

“El  PSOE dejó de hablar con el PP de los problemas de España y empezó a hablar del PP como problema de España. Ese es el parteaguas de nuestra historia de los últimos cuarenta años.” Más claro, imposible. Y lo deja escrito Miguel Ángel Quintanilla Navarro.

Pero antes de las primeras líneas de esta humilde colaboración, Quintanilla Navarro, comienza su columna en El Confidencial de esta manera: “"El tribunal ha dicho que no, pero hay alternativas". Cuando José Luis Rodríguez Zapatero pronunció esta frase el 14 de julio de 2010 en el Congreso de los Diputados para tranquilizar al nacionalismo después de la sentencia del Estatut, exhibió la médula del socialismo español actual y expuso el destino inevitable de la estrategia política del PSOE desde hace dos décadas, que es colisionar con el Estado de Derecho.” 

Por tanto, el socialismo radical que sufrimos es capaz de tantas cosas nefandas que el Estado de derecho, la democracia y la convivencia pacífica entre españoles corren verdadero peligro con un partido que se quitó de encima la máscara y en el presente, entre sus muchas acciones de guerra, se encuentra la de ir en busca y captura de Alberto Núñez Feijóo, el PP entero y, por supuesto, tras esos millones de españoles que hoy están dispuestos a votar derecha sin complejos.

El psoe, si puede, porque querer quiere, está con ganas de romper las piernas a quien se oponga a su poderío.

Hay quienes argumentan que el PP tiene un punto flaco. Lo de que Ayuso entre con la motosierra. Es gore que te cagas. Amén de injusto y populachero, pero es lo que personas inteligentes opuestas al régimen despótico que sufrimos afirman un día y otro día; que si Feijóo al final no puede (que ojalá pueda), la presidenta de Madrid es el "¡muera la inteligencia!" en el Partido Popular y la garantía de éxito del sanchismo. 

El lector inteligente (mi caso) está para no pasar una.

Si la teniente Rypley soltó el "¡aléjate de ella, perra!", lo hizo porque defendía la vida de la inocente y se enfrentaba al bicho cara a cara. 

Cuando es el lechero el que llama a la puerta la política es para adultos y aburrida, está claro, pero cuando el bicho anda suelto, la política sigue siendo para adultos, pero más sustantiva que nunca. Matar al bicho con ideas, palabras, gestión, ¡motosierra!

Termina Quintanilla con la más acertada y lúcida argumentación que el PP leerá para no convertirse en carne picada. “El voto del reformismo tiene que apoyarse tanto en la cruda realidad del presente como en la viva ilusión por el futuro, sin exagerar las sombras de hoy y sin prometer una Disneyland imposible, que, por otra parte, los españoles no se creerían. A mi juicio, la clave profunda del cambio electoral que necesita el PP para ganar con claridad y para evitar un desfondamiento instantáneo postelectoral, como el acontecido en 2011-2012, es no pensarse a sí mismo ni como cabeza de una mayoría por aversión a lo que hay ni como el "apagacrisis", sino como quien sabe despertar el orgullo nacional herido por lo lejos que estamos de donde debemos estar cuando no hay crisis: es decir, como cabeza de una mayoría por ilusión por lo que habrá. Para eso, el 78 no es un problema, sino el camino.”