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viernes, 19 de agosto de 2022

LA FOTOGRAFÍA

Lorenzo de Ara

Quiero hablar de esta fotografía. Hay una fotógrafa detrás. Una persona. Y están los seres humanos que aparecen en ella. La Gran Depresión. Se han escrito libros, maravillosas novelas: “Las uvas de la ira”, se han realizado estupendas películas. Con las crisis que vienen y van siempre es recurrente poner en primer plano la Gran Depresión del 29 al 33. Pero antes el nombre de la fotógrafa. Dorothea Lange. La fotografía reza: “Madre migrante”. Hecha en 1936. Se expone en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

¿Qué sabía de Dorothea Lange hace dos semanas? Nada. Absolutamente nada. ¿Y qué sabía yo de Vivian Maier? Nada. Nada de nada. Aunque no escribiré sobre Vivian, dejaré escrito que su trabajo me gustó tantísimo que he recopilado muchas de sus fotografías. Leo sobre ella.

Pero la foto de Dorothea inmortaliza un periodo de dolor y de miseria y de hambre y de desesperación que pocas veces el ojo humano ha podido capturar con el humanismo que aquí podemos ver.

Una madre y sus tres hijos. El abismo no solo en la mirada perdida de la progenitora. Ese abismo está igualmente en las tres criaturas, dos de ellas huyendo del objetivo y un bebé que duerme o ya muere o nunca ha nacido del todo.

Esta imagen despierta la desazón. Nos prepara para afrontar la guerra. Nos pregunta sin doblez truculenta qué estamos dispuestos a dar para detener la negrura que lo devora todo. ¿Seremos capaces de poner en primera fila? 

Aunque la mujer por un momento pueda hacernos pensar que está derrotada, que la rendición es inapelable, los niños que no miran, el bebé (sí) duerme, no aceptan el presente y serán ellos capaces de hacer renacer la justicia social. No estarán ajenos al sufrimiento más extremo. Quizás vean morir a la madre. Darán sepultura al cuerpo. En cualquier sitio árido, sin vida. Una cruz en un cruce de caminos. O cabe también que el cuerpo quede tendido sobre la tierra. Y los niños avancen hacia un mañana que nacerá con la misma hambre, la misma sed, la muerte y la vida en pelea.

Hoy la vida se pavonea con artilugios para el entretenimiento. No es la lectura una opción para combatir el tedio, ¿verdad? El mundo rico, son sus miserias, ignora que hay otra hambre, otra soledad, otras guerras anónimas, otros cuerpos casi mil millones de bípedos que cuando dicen no tener nada es que no tienen NADA.

¿Qué es la nada?

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