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miércoles, 1 de septiembre de 2021

ENRIQUE CEREZO, EL CINE Y LA EMIGRACIÓN

Evaristo Fuentes  Melián

El periódico  diario EL PAÍS, en la última página de la edición el miércoles 18.8.21, publica a toda plana unas declaraciones muy interesantes y amenas de Enrique Cerezo, presidente actual del club Atlético de Madrid.

Don Enrique Cerezo se sale de madre—del tema de fútbol quiero decir-- en sus declaraciones y en vez de hablarnos del deporte del balompié, se deja hacer preguntas de otros temas tales como el cine. Por lo que  declara, fue incluso actor en varias películas famosas de los tiempos de Maricastaña, de cuando los españolitos emigraban a Alemania u otros destinos europeos, en los años sesenta del siglo XX, hasta la cantidad de un millón de emigrantes, según algunas estadísticas. Y dieron como resultado películas tan jocosas, pero tan auténticas, como la titulada “Vente a Alemania, Pepe”, cuando el landismo empezó a hacer su aparición en esta tierra de pan, toros y pandereta.

Hay una frase que lo dice todo. El timo de la estampita, puro y duro, estaba instalado en España, en especial en las grandes aglomeraciones de las grandes ciudades, como son el metro, la estación del tren o donde hubiera cantidad de gente arremolinada, como podían ser las gradas de pie de un gran estadio. La película del inolvidable  Tony  Leblanc, haciéndose el enfermo del “mal de san vito” con sus aspavientos patológicos, es una de las más célebres. 

Ya antes de la guerra ‘incivil’, los pueblerinos españoles, en especial los pocos canarios  que viajaban a Madrid, ya iban avisados de que en el metro y en las grandes aglomeraciones de las horas punta del mediodía, mientras  algunos lujuriosos lo aprovechaban para tocarles sus partes a las chicas de buen ver mirando para otro lado, otros se dedicaban subrepticiamente a mangarte tu cartera, a base de cortarte con una hojilla de afeitar la chaqueta y sacarte la cartera como por arte de birlibirloque, sin tú darte cuenta. Eran unos artistas. 

En fin, que la gente en los años sesenta se iba a Alemania a trabajar, pero en cuanto conseguía un poco de dinero volvía a España para presumir. También existía la picaresca de conseguir otra pareja. El productor director Iglesias, hizo un par de películas hablando del tema y destaca lo de la santa esposa española que va por Navidad para darle la sorpresa a su marido emigrante en Alemania, pero la sorprendida es ella (actriz Ángela Molina), pues se lo encuentra ligado con una alemanita o con otra emigrante de distinta procedencia.

Lo de la emigración de Canarias fue más frecuente a Venezuela y países adyacentes. Tengo un amigo íntimo del colegio, que lleva más de ¡sesenta años! en el interior de Venezuela a mil kilómetros de Caracas,  y sospecho que no volverá jamás a Tenerife. Algunos canarios, muy pocos, han triunfado en Venezuela, trabajando duro han conseguido volver al cabo de muchos años, vivitos y coleando, invirtiendo sus importantes ahorros en Tenerife. Y por el contrario otros muchos no consiguieron volver. Un familiar mío  se fue en el año 1955 y luego regresó dieciséis años después; él decía que le iba muy bien, con su chalet de lujo y piscina climatizada, pero si enseñaba alguna foto, lo que se veía era un casucho y un pequeño estanque de agua corriente…

Amén.

Espectador

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