Salvador
García Llanos
Lo mejor es que
la población haya hecho suya Mueca. Que
se haya identificado. Se ha podido palpar, de nuevo, en esta edición. La
convocatoria es esperada. Los contenidos de la programación interesan. Periodismo
extranjero incluye referencias y quiere saber más. Hasta la iniciativa privada
se suma y contribuye a su financiación y difusión. La animación se extiende por
vías, recintos y plazas. Es un espectáculo para todos los públicos y para todos
los gustos. Para algunas sesiones se cuelga el ‘no hay entradas’. Abuelos,
padres y madres llevan de la mano a nietos e hijos para gozar del arte al aire
libre. La ciudad se transforma y todos disfrutando.
Ya saben que Mueca estuvo a punto de desaparecer pero hasta los más recelosos y
los menos colaboracionistas presumen hoy de la iniciativa. Hay que
congratularse, son bienvenidos, es otra forma de identificarse que ojalá
perdure. Nada más satisfactorio para quienes parieron la idea y para quienes
hicieron todo lo posible para que creciera y madurase.
Originalidad, transgresión, osadía,
riesgo, perfeccionamiento, filigranas, atracción, fantasía, plasticidad,
estética… Todo eso es Mueca, con
público de todas las edades volcado. Y con una organización que ha de seguir
madurando. Y con la calle, con el aire libre no aprisionado, como el mejor
escenario natural.
La ciudad necesita de una convocatoria
anual así. Cultura, arte, innovación, espectáculo… Hay que seguir esmerándose.
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