Salvador García Llanos
Osman exalta El esplendor de la luz (título de su
exposición) en su puntual cita con La Orotava festiva de finales de primavera,
allí cuando el Liceo Taoro luce las galas que preludian las excelencias de la
religiosidad solemne y del tipismo romero.
El pintor
egipcio, en efecto, plasma como nadie la luz natural de la Villa monumental, de
sus vías, plazas, edificios y rincones, de modo que el resultado final de cada
cuadro es percibido como una interpretación de su afán y esmero para que esa
singular personalidad urbana, esa plétora de perfiles clasicistas, luzcan con
brillo inigualable.
Osman refleja,
entonces, la luz propia hasta reproducir con fidelidad exquisita las
condiciones reales de su proyección. Es una luz homogénea que predomina, que se
aprecia de inmediato en cualquiera de los motivos villeros escogidos, ese
paisaje que cautivó a Osman y del que ha hecho una admirable expresión
pictórica.
Ensalzada, por
cierto, con la original fórmula de presentación escogida para la ocasión: dos
virtuosos de la adjetivación, dos excelentes conocedores del arte y de la obra
del artista. Juan del Castillo y Luis Ortega, en efecto, sin protagonizar ni
mucho menos un mano a mano, hicieron gala de su sensibilidad para contribuir,
con sus explicaciones, a El esplendor de
la luz.
Conscientes de
la importancia de este elemento natural en la pintura, hablaron de cómo incidió
en la producción de artistas canarios, peninsulares y extranjeros, a sabiendas
de la dificultad que entraña la luz de Canarias. Desgranaron sus percepciones
de colores, texturas y contornos. Juan, que ya colecciona hasta doce
presentaciones de la producción de Osman, lució ese mesurado entusiasmo con el
que identifica las excelencias villeras cada vez que cobran cuerpo
artístico. Y Luis, en un auténtico
ejercicio de dominio de las convenciones y los estilos pictóricos, ensalzó la
aportación del autor egipcio al arte hecho en las islas y desmenuzó los
pormenores de los cuadros que cuelgan en las estancias del Liceo como un
sugerente aperitivo de creatividad noble y lustrosa a las fechas que se
avecinan.
Quiso Osman
acercarse a El esplendor de la luz. Y
sus lienzos y las descripciones de Del Castillo y Ortega lo lograron.
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