Evaristo Fuentes Melián
La cara y
la cruz de las recientes elecciones del 24M se reflejan concretamente en el
resultado opuesto obtenido por dos pendencieros de la política, a quienes
llamaremos Don Fulano y Don Zutano.
Don Fulano.-
Vive en un altiplano de tierras desérticas, cuatro o cinco veces más extenso
que el conjunto de estas ocho islas macaronésicas, y con menos agua que el
Chorro del Cuaco que lleva seco casi un siglo. Se gastaba el lujo de venir, con
dinero del erario público, a solazarse en Canarias; y con una buena compañía.
Don Fulano, como consecuencia de su conducta particular personal hipócritamente
lasciva, se vio perjudicado en las recientes elecciones autonómicas, perdió
votos y perdió el poder.
Don Zutano.-
Este baifo señorón endiosado baila al socaire de los bananos que se dan en
estos islotes, diz que agraciados. La primera ruta y destino de un político
insular que se precie es Madrid, capital del Reino, donde hasta las furcias son
más elegantes que en otras latitudes; que lo pregunten si no en ‘Costa Fleming’, que no es costa, sino el
nombre de una zona urbana donde se ubican metisacas de lujo. Su carisma le da
votantes a este bejunco de calidad oratoria con nota de sobresaliente si la
comparamos con la mediocridad de la jerga popular isleña. A la capital del
Reino fue con su vástago, a enseñar al
principiante cómo se debe actuar en tugurios de los caros. Pero se tomó
dos copas de más, se puso farruco y la armó con el argumento consabido de ¿sabe
usted con quién está hablando? En
consecuencia lo expulsaron de su partido de siempre, pero a la gente de Junonia
Menor le agradó el suceso, la aventura de su líder, puesto que fundó con
autoridad indesmayable una nueva asociación a su imagen y semejanza, y lo han
votado en las urnas más que nunca.
_. En
resumen:
Don Fulano y Don Zutano con similares actuaciones personales han
obtenido resultados opuestos, la cara y la cruz de esta cita electoral.
Espectador
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