Evaristo
Fuentes Melián
Ha fallecido
recientemente don Blas Piñar, el líder de Fuerza Nueva, partido que se disolvió en noviembre de 1982, dejando una
deuda. Pero, en contra de lo que han hecho otros partidos políticos con mucha
mayor deuda, que se la condonaron (perdonaron), Fuerza Nueva devolvió toda la suya.
Para poder hacerlo, vendió su gran sede de la calle Mejía Lequerica nº 8, de Madrid.
Moraleja: Aun con su extremismo derechista, hay que reconocerle a Fuerza Nueva toda
una lección de honradez estricta en política.
Hace ahora
casi medio siglo, el jueves 4 de junio de 1964, día de la Octava del Corpus Christi,
Fiestas Mayores de La Orotava, se celebra una Velada de Arte. El Mantenedor es
don Blas Piñar. La reina es la señorita Magdalena Cullen Lugo; y las Damas de Honor,
las señoritas María Elena García Torrens, Lita Perera González, Dolores
Valencia Domínguez y otras.
Dos meses y
medio más tarde, el viernes 21 de agosto de 1964, sale un artículo de Blas
Piñar en el diario ‘Ya’, de Madrid, sobre su visita reciente a Tenerife, cuando
le organizaron una excursión a Las Cañadas del Teide; y Piñar escribió:
“Desde lo alto, las famosas guaguas parecen
libélulas rojas libando en el platanal”
Blas Piñar, en
el referido artículo, hace también un comentario sobre las Alfombras de los villeros en su Corpus Christi, con el
tapiz más grande en su Plaza Mayor.
Obsérvense dos
detalles: 1.- Las guaguas interurbanas de Tenerife eran rojas, color político
con el que don Blas no simpatizaba precisamente. Y 2.- Blas Piñar no llama
plaza del General Franco--cuando así se
llamaba oficialmente—a la plaza del Ayuntamiento de La Orotava. Blas Piñar la
llama Plaza Mayor.
ESPECTADOR
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