Oh, sí, está muy claro. La Ley de Seguridad Ciudadana es un ataque directo al Estado de Derecho. Quebranta la convivencia. La ultraizquierda quiere implantar definitivamente el horror.
El Gobierno comunista de Sánchez quiere silenciar, acallar y poner la mordaza a los hombres y mujeres que lo dan todo por la defensa de la libertad, la democracia, el imperio de la ley. Este gobierno nos quiere sin protección.
Pero somos más. Por supuesto.
Las más importantes formaciones políticas democráticas (dejemos a un lado al psoe largocaballista) se han unido una vez más para acudir a la manifestación organizada y convocada por policías nacionales, guardias locales y guardias civiles. Todo ha sucedido en Madrid. La ciudad de la libertad.
El Estado de Derecho debe ser defendido ante otro ataque directo de los enemigos.
Este psoe batasunizado quiere sembrar dudas sobre el trabajo impagable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Quiere Sánchez, y lo quiere Otegui, y lo quiere Rufián, una España con huelgas salvajes y la gente de bien metida en casa, callada, acobardada, rendida.
Pero no va a ser así. Nunca sucederá lo que ellos quieren.
Somos más.
Tal y como manifestó la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: “Nuestras Fuerzas Cuerpos de Seguridad del Estado son de las mejores del mundo, de las más profesionales, más queridas, modernas y que ayudan precisamente para combatir la ley del más fuerte contra el débil".
Punto.
Ahí es donde comienza la muerte política del sanchismo.
Todos los radicalismos que se alimentan del psoe acabarán en el pudridero porque nosotros, las personas libres, jamás dejaremos que EH Bildu, Esquerra y Unidas Podemos, con su defensa a los delincuentes, dirijan nuestras vidas y nos sometan bajo el imperio del horror.
Digamos no a la criminalización de los hombres y mujeres que nos protegen. Protejamos siempre a los que defienden España y nos salvaguardan de las arremetidas de los bárbaros. Protejamos a los más leales a la Constitución y a la soberanía de España.
Protejamos a los hombres y mujeres que entregan sus vidas para que vivamos en democracia. Pero no bajo la democracia del sanchismo encamado con las alimañas etarras, con los golpistas catalanes y los comunistas del gulag.
Celebrar manifestaciones no comunicadas, la regulación en la difusión de imágenes grabadas a los agentes en el ejercicio de su actividad profesional, y otras tantas aberraciones, están encaminadas a convertir en un imposible el desempeño de las funciones de quienes nos defienden.
Pero nunca estarán solos. Nunca se sentirán olvidados. La gente de bien está con ellos.
Tras el lema “No a esta reforma. No a la Inseguridad Ciudadana. Nos afecta a todos” acudieron miles de policías. Madrid sigue siendo la ciudad que nos llama para defender el imperio de la ley y la democracia.
La seguridad es sinónimo de vida.
El comunismo de
Sánchez es sinónimo de miseria, hambre y muerte
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