Antonio-Pedro Tejera Reyes
EN TORNO A UNA SOLUCION: INSTAR, PRESIONAR, INSISTIR
¿Por qué no? Llevamos mucho tiempo utilizando en
nuestros escritos esa máxima de D. Manuel Fraga Iribarne de: instar, presionar,
insistir. Lamentablemente no nos ha dado mucho resultado, pero los hechos
quedan ahí. Son varios los acontecimientos que hemos visto desarrollarse que
han sido motivo de nuestros comentarios. ¿Casualidad? Es posible.
Nos estamos refiriendo a la monumental obra que significaría
resolver el problema del tráfico de la llamada Autopista del Norte, con aquella
frase que acuñó en Caracas, el combativo político Diego Arria, siendo
gobernador de la ciudad: “Un problema por abajo, una solución por encima”.
No sé si quedan todavía en Caracas alguno de aquellos
“puentes de guerra” – como les llamaban – que eran unas estructuras de hierro
que se colocaron en los lugares más conflictivos del tráfico en la ciudad.
Fueron tiempos en que pudimos comprobar su efectividad, pues vivíamos allí. Mas
tarde se consolidarían unas obras más permanentes, pero aquella gestión
futurista dio un excelente resultado.
Nos trae este genial recuerdo, la crítica e ignorante
actitud de determinados sectores de la población de la isla de Tenerife, cuando
el Sr. José Miguel Galván Bello, incurrió en la idea de construir la hoy famosa
e insustituible Autopista del Sur. Por razones que no vienen al caso exponer
aquí, tuvimos desde sus inicios una información de primera mano sobre este
singular proyecto que cambió toda la faz de la isla, e incluso produjo la
diversificación de la misma como “destino turístico”, cuyos extraordinarios
resultados para sus habitantes no es necesario destacar en este artículo de
opinión, por estar simplemente a la vista de todos.
Los entresijos de toda esta trama que nos llevaría a
despegar en nuestra economía insular, lo vivimos en primera persona. Por un
lado viendo cómo se realizó y ejecutó el magnífico proyecto, y por otro
conociendo las peripecias de su gestión política, donde Galván Bello y sus
técnicos asesores – entre ellos nuestro ilustre amigo el abogado Rodrigo
Rodríguez Ferrer - se doctoraron en conocimiento del tema y la diplomacia
suficiente para conseguir el apoyo internacional de la compañía francesa Dumex,
y del Gobierno Español que aprobaba esta insólita gestión promulgado una Ley
especial que permitía la ejecución de la obra. Algo desconocido en aquellos
tiempos de la dictadura franquista, y realmente extraordinario.
Quizá, ahí podíamos aplicar eso de instar, presionar,
insistir… Nos invaden los recuerdos de cuando la obra estaba en construcción y
a cierto personal de Obras Públicas, que trabajábamos en el proyecto – fuimos
delineantes del mismo – se nos permitía el acceso a las obras, y casi al
finalizar las mismas nos permitíamos el lujo de ir a tomar café en Los
Cristianos, en apenas 45 minutas. Lo contábamos y los amigos se quedaban
alucinados… Todo un tiempo en que el Sr. Galván Bello, subía todas las tardes –
su despacho estaba en el primer piso – a ver el avance del trabajo de gabinete
al tercer piso del edifico del Cabildo de Tenerife, donde en la tercera planta
teníamos nuestro tablero de dibujo en la Junta Administrativa de Obras
Públicas… Recordar es vivir.
Esta es la situación que nos trae a la mente, lo que
pudiera ser la construcción de una vía superpuesta en la Autopista del Norte,
en Tenerife - como hemos publicado repetidas veces desde el año 2005 - la
solución del tremendo problema de su congestionado tráfico, y el ahorro
infinitamente significativo de tiempo que significaría su puesta en escena,
algo que los entendidos economistas pudiesen muy bien calcular unido a varias
alternativas económicas que esta obra aportaría, entre otras la posibilidad del
pago de peaje tal como ocurre en otras vías en la misma España, sin adentrarnos
en los ejemplos internacionales.
El valor escénico de esta obra sería sensacional, aún
con la triste realidad de la falta de un señalado artista como el llorado Cesar
Manrique, pero que se existen en el archipiélago sin tener que recurrir a
personajes foráneos ignorantes de los valores arquitectónicos y urbanísticos de
nuestros ancestros.
En nuestros encuentros con los sueños mentales que
nos llevan a ver esta monumental y necesaria obra como una realidad, nos asalta
la visión desde un espectacular mirador turístico en los terrenos de La
Matanza, o La Victoria, donde podemos ilustrar al turismo que nos visita con la
leyenda de la isla de San Borondón, con el fondo de la música de nuestros
queridos famosos Sabandeños… La ilusión no cuesta nada…
En San Antonio de Texas, los americanos idearon
canalizar y acondicionar el río para resolver el problema del empleo, en una
señalada época de crisis. Hoy es un auténtico reclamo turístico, que hemos
disfrutado en nuestras andanzas por esa hermosa ciudad, y en cuya ribera
encontramos el Restaurante Islas Canarias, como un imperecedero recuerdo de los
fundadores de la misma.
Imaginar el trajín y el empleo que significaría la
construcción de esta obra cuyas imágenes las tenemos en la mente, el algo que
no nos cuesta nada. Un sueño que lo comparamos con el que un día algo lejano
nos llevó a imaginar algo parecido a lo que hoy es Canarias, revalorizada en
todos sus sectores gracias a la bonhomía de sus gentes, la calidad de las
mismas, los regalos que nos hizo La Naturaleza, y ese prodigioso clima que hace
que su turismo sea de los doce meses del año…
Un escenario natural que hemos difundido por el mundo
entero de diversas maneras, como un homenaje a hombres como Jose Miguel Galván
Bello, a quien la Isla de Tenerife, y Canarias entera por extensión, les deben
un eterno homenaje. La solución del tráfico en el norte de la isla, necesitan
un personaje como este.
Instar, presionar, insistir. Servir es mi vocación…
mi ocupación, que diría el lema internacional de los rotarios…
*Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del
Turismo, de las Naciones Unidas. UNWTO.
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