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sábado, 29 de octubre de 2016

EL DERECHO A DISCREPAR

Odalys Padrón

Está constatado que hemos retrocedido en derechos humanos y sociales. Con la reforma laboral del gobierno de Rajoy hay 33 millones de horas de trabajo menos, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) en el segundo trimestre de 2015, el equivalente a destruir 884.099 puestos de trabajo a tiempo completo, se han bajado los sueldos, se ha retrocedido en derechos laborales y se ha perdido la conciliación entre la vida familiar y laboral. Con la reforma educativa se ha creado un modelo elitista que promueve un sistema de reválidas con efectos punitivos hacia el alumnado, generando a la vez una total desconfianza hacia el profesorado. Con la reforma de la administración local se han mermado los servicios y prestaciones ofrecidos a la ciudadanía. En definitiva, han impuesto, sin consenso, utilizando su mayoría absoluta, unas reformas encaminadas a mejorar la economía de unos pocos, en detrimento de la inmensa mayoría.

Lo que no habíamos sopesado es que tal como demuestran las teorías relativistas de Einstein, el tiempo y el espacio están conectados, han conseguido que regresemos a la época de la transición. Esto explica que una canción publicada en 1976 detalle de una manera tan acertada la realidad que estamos viviendo. En la letra encontramos las siguientes afirmaciones: “sólo he visto gente que sufre y calla, dolor y miedo, gente que sólo desea su pan… y la fiesta en paz””hay dos Españas que guardan aún, el rencor de viejas deudas”, que seguirán sin curarse esa herida mientras el PP siga afirmando que la Ley de Memoria Histórica no preocupa a los ciudadanos, “sólo he visto gente muy obediente… gente que tan sólo pide vivir su vida, sin más mentiras y en paz” “libertad, libertad, sin ira libertad, guárdate tu miedo y tu ira porque hay libertad, sin ira libertad y si no la hay sin duda la habrá” ¿Quién les iba a decir, 40 años después, a los componentes de Jarcha que la imposición, en época democrática, de una ley conocida como Ley Mordaza actualizaría una canción que fue representativa de la transición española como canto a las libertades frente a las tendencias autoritarias?

Vivimos en una época en el que se compran las voluntades baratas y se venden a precio de saldo algunas dignidades, en el que discrepar o pensar distinto está mal visto olvidando que la discrepancia es a menudo el motor de pequeños y grandes cambios. Discrepar es un derecho y no un privilegio. Decía Voltaire “no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Eso es democracia. Es inaceptable, en un Estado, que dice ser, de derecho, que el Gobierno pretenda descalificar y satanizar el pensamiento y las opiniones que no le son favorables, distorsionando la información para acomodarla a su conveniencia. Una sociedad que dice ser democrática y pluralista no puede convertir en enemigo al que con todo derecho discrepa. La libertad de pensamiento y la libertad para la expresión de ideas, junto al consiguiente derecho a discrepar constituyen la base fundamental de toda sociedad democrática y plural, de tal forma que limitar o restringir tales premisas, consustanciales a la propia esencia humana, representa en sí misma la negación de los derechos naturales del hombre, cuya garantía, fomento y protección inspiran las Constituciones de los Estados democráticos.

En estos días hemos vivido la mentira de la democracia en España. Los diputados que han discrepado se les llama díscolos y se les amenaza. Utilizan un adjetivo que denota e implica desobediencia o rebelión contra unas normas. ¿Qué normas? ¿Las democráticas? ¿Las de coherencia? ¿Las de la honestidad? La honestidad significa que no hay contradicciones ni discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones. Las personas que dieron su confianza, a través del voto, a representantes del PSOE esperaban que sus representantes lucharan por conseguir los fondos necesarios para llevar a cabo la Ley de la Dependencia y la Ley de Memoria Histórica, que velaran por la Sanidad y la Educación de calidad, universal y pública, que aseguraran el fondo de pensiones y las pensiones no contributivas y que restablecieran la libertad sindical y los derechos laborales entre otros muchos retrocesos que hemos sufrido. No son díscolos, son representantes responsables con sus promesas electorales. Son coherentes con sus principios y honestos con su ideología.

Por todo lo que estamos viviendo políticamente y sintiéndonos engañados tenemos derecho a indignarnos y a expresarlo. Decía Hessel “el poder del dinero nunca había sido tan grande, insolente, egoísta con todos, desde sus propios siervos hasta las más altas esferas del Estado. Indignaos, luchad para salvar los logros democráticos basados en valores éticos, de justicia y libertad prometidos. Indignaos, sin violencia como Mandela, Martín Luther King o Gandhi. Indignaos”. Tal como recoge la Constitución en su artículo 21, de manera pacífica, nos reuniremos en la Puerta del Sol el viernes 28 de octubre a las 19:00 horas. Alternativa Socialista (AS) reivindica el respeto a la democracia expresada mediante el voto por los ciudadanos ante el fraude que supone la utilización de dichos votos para investir de nuevo al mismo presidente de gobierno. Es nuestro derecho y queremos ejercerlo y expresarlo democráticamente.

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