Lorenzo
Soriano
Los
edificios de la burbuja inmobiliaria empiezan a pasar examen.
No
se alarmen, no voy a descubrir muertos en armarios ni huesos mal enterrados.
No, se trata de algo más absurdo que al parecer todos los responsables están de
acuerdo en que son algo inevitable e inherente al desarrollo. Me niego por otra
parte a aceptar que no haya ningún cerebro pensante en la comunidad y el bien
colectivo, que habiendo detectado el desastre que ocasionan los edificios en
esqueleto abandonados, a medio construir o en semilunio, no hayan propuesto por
vía de URGENCIA terminar con este desastre ecológico, social y provocador de miseria,
contaminación y ruina.
Están
algunos medios escondidos, otros mimetizados con el entorno, algunos conservan
aun las grúas. Otros ocupan espacios privilegiados, en primera línea o en
urbanizaciones suntuosas. Otros dan pena, son espacios que ocupan indigentes,
que se banalizan, que provocan accidentes, incendios, basuras, suciedad,
excrementos, ratas, podredumbre. La solución a este espectáculo de horror,
máxime cuando se pretende vivir del turismo, es tan sencilla, como asombrosa la
inacción de los responsables Municipales o Autonómicos en cuanto a la simple y
facilona solución. En USA y en gran parte del mundo occidental, el que quiera
construir un edificio, necesita como sine qua non, depositar aval de termino.
Sin el cual, nadie puede empezar una construcción, sin los medios financieros
suficientes para terminarlo según el proyecto con Licencia. Puede haber cientos
de edificios vacíos, pero siempre terminados, nunca sin acabar.
Lo
que parece ser que no entienden es que el no terminar un edificio, no es
cuestión de un individuo físico o de una entidad jurídica. No, es un problema
que nos afecta a todos cuando se queda el esqueleto en medio de nuestras zonas
turísticas, residenciales, industriales, o de equipamiento. Destruye el
entorno, desestabiliza el escenario, paisaje, habitáculo o negocio. Pero mucha
gente, desde los que desde una mentalidad abierta dicen que no hay que
restringir la iniciativa individual, hasta los técnicos municipales, ávidos de
licencias, y los redactores de normas estatales que ni siquiera se han
preocupado por ello, cree que es "mejor" para la actividad económica
no impedir tamaño despropósito. Parece ser un tema que no interesa a nadie. He
intentado solucionar un esqueleto que me afecta, y la Gerencia de Urbanismo, no
solo me lo impide, sino que, a mayor abundamiento de agravio, me propone que lo
termine a mi costa entero, suponiendo que por mi "beneficio" y mi
"ambición" aceptaría lo, no solo inaceptable, sino humillante y ridículo.
Pero por si fuera poco, me solicita adamas
que tenga el permiso de los 75 copropietarios del inmueble esqueleto parado
hace 10 años. Que los busque y los haga firmar. Así, ni ellos lo arreglan ni
logran derribarlo porque las leyes protegen al creador del mamotreto. Lo
protegen y no le exigen responsabilidad alguna. Ustedes son capaces de entender
este despropósito. En fin, no me alargo más, solo que sepan que puede que haya
en España más de 50.000 esqueletos de todo tipo en ciudades, pueblos, playas, y
territorios. Y aquí nadie hasta ahora ni siquiera se ha preocupado en
catalogarlos.
A
reflexionar.
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