DE LA PROFESIONALIDAD Y LA EXPERIENCIA
Antonio-Pedro Tejera Reyes
En un bien estudiado artículo publicado recientemente en su
boletín turístico NUESTRO TURISMO, dice Lluis Mesalles, que la profesionalidad
no se improvisa. Nada más cierto ni más real, lo que ocurre es que al igual que
la experiencia, en este mundo de la corrupción esos dos valores tienen sus
matices y sus varias maneras de saber apreciarlos y - como no - aprovecharlos.
En el sector de la mala política imperante en la mayoría de
los casos, la experiencia y la profesionalidad pueden servir incluso como una
mala recomendación para obtener un puesto de trabajo, ya que quienes tiene los
poderes de decisión en sus manos no les interesa para nada contratar a
personajes que sepan más que ellos de las labores que deben realizarse. No es
de recibo quienes puedan aportar ideas y proyecto que vayan en contra de las
decisiones de estos mismos, o que permitan la discusión de ellas. Personajes
extraños, pertrechados de títulos “académicos” y currículos dudosos, tendrán
pre-ferencia como ejecutores – e incluso asesores – a la hora de conseguir una
función dentro de las empresas, fundamentalmente en las públicas, con las excepciones
de aquellas que son modelos y que se han perpetuado a través de los años como
ejemplarizantes.
Visita a la prestigiosa escuela de Hotelería
GASTROTUR, en Lima, Perú, donde se pone especial interés en la preparación para
el desempeño de una capacitación especial en el sector profesional, destacando
la honradez, honestidad, laboriosidad y experiencia.
Esta es sencillamente la razón, por la cual el mundo está
contaminado seriamente y los países no prosperan ya que estas raíces quiebran
todo tipo de proyecto que vaya contra estos espurios intereses enquistados
hasta la médula en la inmensa mayoría de los casos.
De sobra está demostrado que sin productividad es imposible
la generación de empleo y la prosperidad de un país. Sin técnicos profesionales
y con experiencia contrastada, no se pueden generar resultados positivos en
ninguna vertiente del desarrollo. Es absolutamente necesario el conocimiento
para poder llegar a buenos resultados.
Decía hace muchos años, el hombre que impulsó el turismo en
España, D. Manuel Fraga Iribarne, que los países ya no dependían de una
lotería, una mina, o una victoria militar… El ejemplo claro y preciso lo
tenemos sin ir más lejos en Japón, por mencionar solo uno de ellos.
No, no se puede improvisar cuando se trata de gestionar todo
un conglomerado de seres humanos y su bienestar y porvenir futuro. Creemos que
fue el genio de Alfonso Guerra el que dijo que “los experimentos se hacen con
gaseosa”. Así es la cosa.
El estudio del desarrollo, de un país, una ciudad, un pueblo,
una zona concreta… tiene hoy un legado que ofrece la experiencia que debe ser
tratado por profesionales para sacarle el máximo recurso para su población. Ese
estudio debe ser centrado en su DAFO, aunque estas siglas le puedan sonar a un
idioma extraño a muchos “eruditos” de la política, como un día les sonara
aquello de “la cuenta satélite del turismo”.
No es de recibo que, en el sector turístico de un núcleo
determinado, se importe el consumo que re-quiere la afluencia turística al
lugar sin poner en servicio las industrias y el comercio para producirlo en el
mismo. Ahí es donde deben de estar los puestos de trabajo y no en el aumento
indiscriminado de la administración pública. El apoyo y la ayuda en la creación
de empresas privadas de producción, tiene que estar por encima de la creación
de empresas públicas que solo sirven para “enchufar” satélites familiares y
amigos, con el fracaso más que demostrado. Claro está que esto no se conseguirá
si no tenemos al frente de los poderes constituidos, a auténticos profesionales
cargados de experiencia, honestidad y honradez.
Empresas capaces, creadas sobre las bases de la experiencia,
la honradez, honestidad y laboriosidad, que vayan contra esos principios
basados en la corrupción y en los beneficios personales, son total-mente
aniquiladas de manera cruenta, por los sistemas impuestos en el mundo actual
por la fuerza del poder constituido, ya sea capitalista o democráticamente
social. Da lo mismo.
El volcán Teide,
símbolo turístico de Canarias, en la isla de Tenerife, visitado por un selecto
grupo de técnicos de turismo hispano-americanos, que cursaron estudios de
maestría, en el Centro Internacional de Estudios Turísticos de Canarias, en la
Villa de la Orotava. Años 2011-2012. Una empresa modélica, que destacaba en sus
programas la laboriosidad y la experiencia, y que fuera lamentablemente,
literalmente aniquilada por intereses espurios.
La gestión política por impulsos la estamos soportando – lo
decimos con conocimiento de causa – viendo día tras día, en todo el mundo, un
auténtico despilfarro de recursos por estar esos poderes constituidos en manos
donde falta la profesionalidad y la experiencia necesaria para manejarlos, sin
entrar en otra serie de valores humanos también carentes en quienes deberían
ser modelos para una sociedad que duda en plantear cualquier proyecto o
empresa, por muy importante y digna que sea, si es que van contra los intereses
partidistas o particulares de quienes les gobiernan, por muy democráticamente
que hayan sido elegidos para ello.
Este es el mundo en que vivimos, no hay otro.
(Del Grupo de expertos de la Organización Mundial del
Turismo, de las Naciones Unidas. ONU)
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