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lunes, 6 de abril de 2015

CATÁSTROFE DE LOS ALPES Y PELÍCULA

Evaristo Fuentes Melián

Aunque Luis Goytisolo en un reciente artículo escribe que los típicos en general suelen ser falsos, yo opino por el contrario que los tópicos suelen coincidir con la realidad. Creo tanto en los tópicos, que lo que más menos me cuadra del reciente accidente del avión alemán de pasajeros en Los Alpes, es que el piloto y la compañía fueran alemanes. Con la fama –bien ganada, tópica, pero también típica y real--que tienen los alemanes de hacer las cosas correctamente, ahora sucede que este copiloto era alemán y era enfermo mental con certificación médica, y nadie tomó las medidas para darlo de baja. No lo comprendo en absoluto, no me cabe en mi caletre de concienzudo admirador e imitador en lo posible de los ‘cabezas cuadradas’.  En fin, que mi mentalidad hubiera asimilado mejor la traumática catástrofe si el avión y el piloto hubieran sido españoles o de algún país del Sur de Europa, o, por supuesto, de Sudamérica o de África. Y he llegado a pensar morbosamente que, como era una compañía de segunda categoría, de bajo coste, el examen rigoroso de todo ente alemán que se precie, tuvo un casi imposible rasgo de negligencia y por ahí se coló este joven copiloto sicópata reconocido más que presunto.

Por otro lado, este accidente real de Los Alpes converge y coincide en muchos puntos con el primer episodio de la película argentina ‘Relatos salvajes’ (del año 2014): un piloto de avión comercial, a quien llaman ‘Pasternak’, sicópata adulto por sus traumas desde la infancia, consigue reunir subrepticiamente en un mismo vuelo a todos los que se habían reído de él y le habían hecho daño en algún momento de su vida. Su siquiatra de siempre, llegado el momento álgido de la trama, intenta persuadirle de que la culpa verdaderamente la tuvieron los padres de ‘Pasternak’. Este episodio fílmico termina cuando el acomplejado piloto, desquiciado, vengativo reconcentrado por haberse mantenido tanto tiempo en introvertido silencio, enfila el morro del avión hacia una determinada zona residencial, exactamente hacia el jardín del chalet donde en aquel momento sestean plácidamente sus progenitores.
   En conclusión y por si hubo presunto mimetismo, ese afán de copiar tan frecuente en estos casos, hay una última morbosa e inquietante pregunta: en uno de sus tantos viajes aéreos anteriores, ¿llegó a visionar el copiloto del siniestro de Los Alpes la referida película argentina?   ¡Uff!

Espectador 

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