José Peraza Hernández
El Viernes día 10 de enero, subieron una foto del
recordado amigo y vecinos de Los realejos, un hombre muy conocido por, tanta
gente a Tonito "Pipira", al que conocí desde niños, como también
conozco al amigo Francisco Pérez y Pérez, conocido por “Pancho”, donde también
se merece una líneas.
Hoy voy a hablar del amigo y recordado Maximino. Tengo
que decir que escribí un artículo sobre él, que fue publicado en La Prensa de EL
DIA, 16 julio de 2011, luego lo publiqué en el libro titulado “LOS REALEJOS DE
AYER Y DE HOY”, libro que fue hecho con el amigo realejero, y recién fallecido
este pasado años 2024.
Esteban Domínguez, y esté
que suscribe. Donde quiero añadir ese comentario y la imagen para que, aquellas
personas la vean, y puedan recordarlas, las que dicen así, y posteriormente,
continua los artículos ya mencionados:
PERSONAJES POPULARES DE LOS
REALEJOS ANÉCDOTAS SOBRE MAXIMINO, Y PANCHO.
Según el hermano de Maximino don Miguel Pérez Hernández, murió el 19 de julio de 1991 a los 55 años de edad. era hijo de Rosario Hernández y Hernández y de don Miguel Pérez García. Sus hermanos son manuela, Antonio, Flora, Miguel, Pilar y Carmen.
En esta imagen se observa cargando la pipa o cachimba
Maximino sufría
desde su infancia ataques
pelíticos o mejor dicho pésicamente disminuido. Siempre estuvo al
servicio de los vecinos más
próximo realizando los mandados que estos necesitaban. Seguían su hermano Miguel,
Maximino era un hombre que le gustaba
acompañar a todos aquellas personas que fallecían no le importaban a la
distancia, ya que tenía unas piernas largas que le facilitaban sin cansancio
los traslados.
Murió de cáncer a la edad
ya señalada. sus honras fúnebres se celebraron en la parroquia del Carmen, que
ofició el párroco titular de aquel momento, don Ramón Padilla Brito, quién
destacó las buenas virtudes de Maximino. La mencionada enfermedad que lo llevó
una vez descubierta por el Dr. García Estrada, esto se corrió como una mancha
de aceite por todo el municipio.
Miguel señala que fueron muchísimas las personas que acudieron a su sepelio, incluso del Puerto de la Cruz La Orotava y San Juan de la Rambla, en el fondo era una persona muy querida.
En esta imagen podemos ver a Antonio "Pipira" junto a su carro y Maximino
Pero nunca perdió el
semblante y conectaba muy bien con los taxistas de San Agustín que casi siempre
le realizaban alguna pillada sin mala intención.
Cada pueblo
tiene algún “tonto” particular... Vean cómo siguen manipulando y falseando la
historia y negándole a que el tonto del pueblo pague los platos rotos. Estos se
acercan a los tonto para que los carguen, son los listos; y echados para
delante. Pero hoy no quiero hablar de estos echados para delante, hoy hablamos
de los mencionados, de los humildes, de esas buenas personas e inofensivas,
personas con corazón.
Hoy quiero hablar de estas
personas con todo el cariño del mundo, ya que se lo merecen, y todos lo que se
pueda decir, es con mucho cariño y aprecio, cosa que cuando uno era un muchacho
no lo veíamos de este modo. Claro que sí, yo era uno de esos muchos golfetes, reinito;
como pueden ver, son palabras que se utilizaban en aquellos años. Estoy seguro de
que, muchas personas que lean estas líneas saben que son ruindades sin maldad,
cosas de niños de la época. En este momento, solo he dicho disculpas, y pedir perdón
por si puedo ofender, ya que, no es mi intención. Solo recordar, y que Uds. los
recuerden también, de esta manera, lo puedan recordar próximas generaciones.
Maximino y Antonio "Pipira",
como popularmente se conocía a estos entrañables personajes cómo también al
amigo “Pancho”, que hoy día está entre nosotros, pero los dos anteriores, ya no
están entre nosotros, donde han cambiado de domicilio, a ese lugar que llama el
cielo. Donde recordamos sus virtudes y sus defectos, pero sanos y sin ninguna maldad.
La verdad que le gustaba las fiestas, no se perdían ni una, tampoco una boda o un entierro. Recuerdo que nuestro amigo Maximino con su pito se ponía a dirigir el tráfico. Así era la vida de esté amigo. Maximino, hay que destacar los caso de los entierros, Maximino tenía sus anécdotas. Cualquier persona, que lo veía, le decía Maximino, sabes que murió, decía no, “fulanito”. Salía corriendo allá donde viviera. Siempre está en todo aquello que fuese relevante, como ir en todas las procesiones.
Se encontraba en ese
pequeño en el pueblo, tres personas con quien nos divertíamos, en cualquier
lugar le decíamos el tonto, pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía y
hacían pequeños recados, pedían limosnas, donde en aquellos años decíamos
mandados.
También había malvados, lo
hacían por hacer la
gracia. El resto lo que hacían
era reírse, pero esto es cierto. Muchas veces algunos hombres llamaban a los
“tontos” al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una
de tamaño grande de 40 reales y otra de menor tamaño, pero de 200 reales. Él
siempre cogía la más grande y de menos valiosa, lo que era motivo de risas para
todos.
Hablo de la década de los
sesenta y setenta, donde no había lo que hay hoy; colegios para enseñar a estas
personas con ese “retraso”, eran tiempos muy duros. Es
verdad que los familiares tampoco eran tan pudientes, para
tomar las decisiones oportunas, es que no había esa orientación.
Hablamos de algunas anécdotas de uno de nuestro protagonista: Maximino.
Maximino vestido de "sheriff" da órdenes a sus ayudantes
Recuerdo a nuestro amigo
como una persona buena, servidora y servicial, tenía en el fondo un buen
corazón. Siempre iba corriendo a cualquier lado, con los brazos abiertos
haciendo el avión, una chaqueta de dos tallas grandes, boina, gorra, pantalón
largo, botas del 48, cuando él llevaba 45. Esto que decimos era cedido por
personas buenas, lo que le daba que en algunos momentos esas personas eran
doble de ancho que nuestro amigo Maximino. Su familia le variaba los cambios de
ropa, ya que recibía de muchas personas.
Todos esto dichos, es sobre
el mayor de los respetos. lo que me hizo recordar a nuestros protagonistas de
hoy. Nuestros amigos y queridos hombres que hoy día mérese este reconocimiento
de corazón. Esté es un homenaje en líneas a estas personas, de este lugar como
a todos en general. En esté caso a estos, un abrazo al cielos.
Publicado José Peraza, en
La Prensa de EL DIA, 16 julio de 2011
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