Don Heliodoro Manuel García y García.
José Peraza Hernández
El tiempo pasa volando, y mirando el
baúl de los recuerdo, encontré diversas entrevistas, las que voy a recordar,
esos momento que hice a nuestro amigo y vecino de esté populoso barrio de La
Vera. Dicha entrevistar vio la luz el día 13 de julio de 2007, que publique en mí
“Diario del Valle y La Vera Paso a Paso”.
Quiero añadir esos comentario y la
imagen, para que, aquellas personas, puedan recordarle, como también lo hice
con varios amigos realejeros.
HOMENAJE EN EL RECUERDO
Testimonio
de: Don Heliodoro Manuel García y García.
ZAPATERO - La Vera – Puerto de La Cruz
Me dirijo al domicilio de don Heriberto Manuel García, quien vive, junto a la plaza de la Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria de La Vera, del sector portuense.
El
protagonista de está historia de hoy es don Heriberto Manuel, nació en la calle
Nueva, de la zona orotavense. 28 de noviembre de 1922, hijo de don Santiago y
de doña Guadalupe, me comenta que estuvo en la escuela un tiempo, su profesor
era don Francisco Machado, estando la escuela en la calle Nueva, permaneció
hasta los 14 años. Luego ya empezó a trabajar donde le salía, eran tiempo
malos. Donde estallo la Guerra Civil en 1936. En esta fecha fui a trabajar con
mi padre, era zapatero de profesión, y él aprendió de su padre. Yó aprendí del
mió. Aprendí rápido, pero tuvimos que cerrar la zapatería, ya que, con la
Guerra, no había material, solo daban ocho kilos de cuero, con eso no daba para
nada, había varios zapateros que trabaja con su padre. Aquí podemos verle a don
Manuel, en esta imagen, en un momento de
su labor realizando un trabajo.
Don
Heliodoro, hace un momento de reflexión, y me comenta que, sus padres tuvieron
ochos hijos, tres, aprendieron el oficio de zapatero. La zapatería la tenía en
La Montañeta, en Los Realejos. Visto esto, volvió a trabajar en la platanera.
Pasado un tiempo, empezó a cobrar
recibos, en esa época, se usaba mucho este trabajo de cobros de facturas, y
recibos de contribución los del Fielatos, quien iba acompañado de un Policía
Municipal.
Le
llego la hora de ir a cumplir el servicio Militar, fue de la quinta del 43. Siendo
destinado al sur de la isla, concretamente a Los Cristianos, en un Campamento.
Aquí me cuenta que, lo paso muy mal. Estuvo muy enfermo con una Pulmonía,
siendo trasladado al Hospital Militar de Santa Cruz, donde estuvo ingresado dos
meses y 8 días. Seguidamente le dieron el alta médica, y más quince días, de
recuperación en su casa. Me cuenta que el no se encontraba mejoría, estando en
su casa madre don Guadalupe, toma la decisión de llevarlo al Medico de
cabecera, don Isidoro Luz Carpente, medico que tenia su Consulta en su domicilio
en La Arenas. Don Isidoro, le informa que tiene Pleudia-pulmonar, (las paredes
del pulmón las tenía muy mal). Visto las circunstancias, y conocía a su madre
Guadalupe, don Isidoro, le dijo que hablaría con su cuñado, quien era Coronel
del Ejercito, Lorenzo Machado del Hoyo. Efectivamente hablo, y le concedió tres
mese más de recuperación. Una vez terminado la recuperación, fue destinado al
Cuartel de San Carlos en Santa Cruz de Tenerife. Luego, le dieron otros tres
meses más y dos días. Y así termino el Servicio Militar. Me comenta que en
total fueron quince mese que estuvo entre una cosa y otra.
Una
vez en casa, no tenía trabajo. La cosa era cruda. Su hermano el mayor Santiago,
era Policía de Asalto, en aquella época se llamaba así, hoy es Policía
Nacional, estaba destinado en Tarragona. Quien se da baja del Cuerpo. Y se
empleo en los Árbitros del Ayuntamiento del Puerto de La Cruz. Luego, este
decide irse para Venezuela. Donde el puesto de su hermano lo sustituyo nuestro
protagonista, don Heliodoro Manuel. Empezando en 1950. Aquí permaneció 12 años,
en los Árbitros, realizando cobros de los Fielatos, hasta el año 1962. Este
trabajo fue retirado por el Ayuntamiento por Ley.
El
Ayuntamiento, tenía que pagar a todos los empleados una liquidación de 40.000
pesetas. El Alcalde reunió a todos los empleados, y les comunico que no había
ni una peseta en las cajas de dicho Ayuntamiento. Pero si tenía trabajo para
todos aquellos que quisieran trabajar.
Me
comenta don Heliodoro que, a él, le toco el trabajo de lector de contadores de
la luz eléctrica de las viviendas, tocándole la zona del Puerto de La Cruz.
Preguntamos, por la vida familiar; y me dice que, conoció a su novia, quien es hoy su esposa, doña María Luz Pérez García. Casaron el día 5 de diciembre de 1934, en la Carretera Genera de La Vera, en casa de Don Indalecio, donde fue el primer lugar de culto, siendo el Cura Párroco don Domingo Martín. De este matrimonio hubo un fruto de tres hijos.
El
fue a vivir en la misma Carretera General de La Vera, junto y pegado al Bar
Tinerfe, y al otro costado se encontraba el Casino Recreativo. Aquí le pregunte
si recordaba quien era el Presidente en esa época. Me dice que era don Domingo
Hernández. Luego estaba en obras el Cine Vera, y la Ermita de La Cruz del Rayo.
Don Manuel ya había aprendido la profesión de zapatero,
como había comentado anteriormente, que esto viene de atrás, hasta su abuelo
José, era también zapatero. Le preguntamos que trabajo era más habitual, me
dice que, la colocación de tapas, punteras y también hacía zapatos y botas. Me
cuenta que, él recuerda que le hizo unas botas al encargado de la obra del
Cine, allá por el año 1950. Me pidió que le hiciera unos botines quien se quedo
más contento, le pregunte su recordaba su nombre. Me dice que no lo recuerda,
pero era de Punta Hidalgo, de esa zona.
Me comenta que
tuvo mala suerte, con esta casa en donde Vivian, había mucha humedad, y los
chicos no salían de un catarro para otros, siempre los tenía enfermos. Visto
esto, se decidió hablar con el Alcalde en el Ayuntamiento del Puerto de La
Cruz. En esa época se encontraba don Felipe Machado del Hoy. Y le solicito si
me daba un solar, y me lo dio, es este,
donde vivo hoy. También tuve que trabajar noche y día, para sacar estas cuatro
paredes adelante, hasta con la misma noche, sacaba arena del barranco para la
casa, me toco tiempos muy duros. Gracias a dios, hoy día tengo 84 años, y voy
escapando, tengo las hijas casadas. Ahora a disfrutar los años que me queden de
vida.
Por último, yo
me despido de Don
Heliodoro Manuel García y García. Deseándole
a él, y a todas su familia, que duren muchos años más, y que sean muy felices. Agradeciéndole
su amabilidad, su paciencia por atenderme, en esta pincelada para el recuerdo,
donde queda Homenajeado con estas líneas, mil gracias de todo corazón.
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