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domingo, 12 de junio de 2016

UNA RECETA EDUCATIVA PARA EL SIGLO XXI

Lima Estévez. Graduado e Historia por la ULL

En el marco del complejo y cambiante siglo XXI, observamos la presencia de toda una serie de innovaciones que, indudablemente, deberían repercutir en el ámbito de la enseñanza. Sin embargo, muy pocos centros educativos realizan transformaciones que permitan atender y responder a las necesidades, requerimientos y retos del panorama actual. En ese sentido, el Colegio Salesianos San Isidro de La Orotava, con una trayectoria casi septuagenaria, ha decidido dar un paso de valentía y gran trabajo, creando un proyecto denominado “Visión 20.20. Un sueño, un cambio, una escuela”. El marco del histórico Colegio ofrece un entorno ideal para el aprendizaje, a través de diversas instalaciones que permiten poner en práctica el desarrollo de un modelo preparado para responder a las múltiples reivindicaciones de nuestro tiempo. Una apuesta sería, firme y rigurosa que cuenta con el apoyo constante y decidido del profesorado que, asumiendo la responsabilidad de estar viviendo en un periodo de metamorfosis social, realiza una gran labor en un espacio educativo coordinado por su entusiasta director académico, Emilio Torres González.
La idea, se remonta al año 2011, momento en el que se manifiesta la necesidad de generar una reflexión interna sobre qué y cómo desarrollar el cambio. Junto al papel vital y esencial del profesor, el alumno pasa a tener una función principal, abandonando la situación de simple receptor pasivo de contenidos para convertirse en el centro y protagonista del proceso de aprendizaje, afrontando diferentes desafíos educativos. En esa fórmula, el docente prioriza la adquisición de competencias, estrategias y habilidades por parte de cada uno de ellos, no incidiendo tanto en la cantidad de conocimientos que el estudiante debe memorizar. Responder a esa propuesta obliga a partir de toda una serie de metodologías que, aplicadas en el aula, permitan cumplir con los objetivos de cada etapa, destacando el aprendizaje cooperativo. Tal dinámica genera toda una serie de interesantes beneficios en el proceso de enseñanza-aprendizaje a través del desarrollo de diferentes estrategias que favorecen la motivación, la responsabilidad y, asimismo, forjan toda una serie de habilidades esenciales para la realización de trabajos en equipo. Igualmente, el proyecto reconoce las exigencias de nuestro contexto espacial y temporal, incidiendo en la enseñanza de un segundo idioma de forma intensa y útil, transformando el currículum para ofrecer el inglés como idioma vehicular, gracias a la labor de un profesorado preparado para afrontar tales exigencias.
Del mismo modo, la inteligencia emocional y las necesidades educativas tienen su espacio a partir del intenso trabajo que desarrollan cuatro profesionales. Se introducen algunas novedades como proyectos transversales, destacando la práctica del Ajedrez, que actúa como un verdadero gimnasio mental en el que los alumnos de infantil y primaria desarrollan el pensamiento estratégico, crítico y razonamiento lógico. Además, resulta interesante la apuesta real por mejorar la comprensión lectora a través del programa Progrentis.
Los cambios comienzan a dar sus resultados y el esfuerzo coordinado y conjunto del profesorado, las familias y otros agentes externos implicados en la educación, permiten que durante todo el periodo de escolarización, los alumnos sean los protagonistas de un proyecto que se muestra como una interesante receta educativa para el siglo XXI.


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