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sábado, 18 de agosto de 2018

USAMOS FACEBOOK COMO LA GRAN PUTA QUE ES


Lorenzo de Ara

Hace poco más de un mes, en Gente Radio, un concejal de la oposición en el Puerto de la Cruz, tras finalizar una entrevista, aseguró que yo no tenía ningún tirón en las redes sociales, porque era claro que mis comentarios recibían pocos (cosecha propia) emoticonos, signos de satisfacción, o simples comentarios a favor o en contra. Y tenía razón entonces, y la tiene hoy. No soy una estrella de las redes sociales. También es verdad que no siento por ello una especial quemazón existencial. Sin embargo, el concejal, que triunfa en bodas y todo tipo de saraos o masajes populares, también en Facebook ostenta la verdad en esta cuestión. Supongo, pues, que está llamado a realizar grandes cosas en el futuro más inmediato de la política local. ¿A través del Facebook?

Otro dirigente norteño, que recuerda a Platero, si Platero en vez de burro y bonito fuese un verraco cabroncete y sucio, ha buscado entretenerse durante parte de este mes estival con afirmaciones (bombas fétidas) en la citada red social. Me he convertido en su Sebastián, y él, que no es el Greco, sino un opinante de brocha gorda, me martiriza con el peso muerto de su encefalograma plano.

Y eso que no soy, gracias a Dios, estrella en Facebook.

Entonces, me pregunto, ¿para qué sirve Facebook? 

Noam Chomsky, la voz de la izquierda intelectual en EEUU, pone en duda lo que Internet y las redes sociales han construido en las sociedades contemporáneas. Habla de una falsa idea de amistad, superficial y limitada.


Por su parte, Umberto Eco afirmaba que Internet creaba una falsa sensación de acompañamiento.

Sin embargo, para Pierre Levi, Facebook, o sea Internet, está ahí para favorecer la “interacción”. Incluso nos ayuda a tener más conocimiento sobre el mundo que nos rodea. Favorece en todos los sentidos la inteligencia de los “navegantes”.

A mí, lo he repetido muchas veces, no me gusta Facebook, pero estoy en él. ¿Por obligación? Entiendo que cuando estoy trabajando, es casi una obligación tener abierta la red, ya que pretendo dar mayor resonancia al trabajo diario en el medio de comunicación que me paga. Si por mí fuera, naturalmente, cerraría la cuenta.


El concejal de la oposición portuense (estrella del Facebook) y el dirigente político que vomita tonterías, son parte de un universo lleno de agujeros negros.

Todos, al fin y al cabo, amigos y detractores, usamos Facebook como la gran puta que es. Con Facebook nos creernos por un instante que no estamos solos. Que somos queridos, admirados. Que tenemos más amigos que nadie. Cuando la realidad es mucho más dura.

“Estoy solo y no hay nadie en el espejo”, decía mi admirado Jorge Luis Borges.

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